Malinterpretar el compromiso de Obama sobre las Islas Diaoyu es peligroso
2014-04-24 21:19:42 XINHUA-CRI

  Por Tian Dongdong

  Después de asistir con su invitado al restaurante de sushi más célebre de Tokio, el primer ministro nipón, Shinzo Abe, finalmente consiguió un tan esperado compromiso del presidente estadounidense, Barack Obama.

  Con la aplicación del tratado de seguridad EEUU-Japón a las Islas Diaoyu, Obama ha tranquilizado a su ansioso aliado japonés, quien empezó una agria disputa territorial con China nacionalizando las islas del Mar Oriental de China en 2012.

  Pero sería prematuro e ingenuo por parte de Tokio sacar conclusiones convenientes de esta promesa, y convencerse de que Washington le apoyará a cualquier precio, incluso en caso de que esta provocación derive en guerra.

  Durante una conferencia de prensa conjunta con Abe el jueves, Obama dijo que las Islas Diaoyu están cubiertas por el tratado de defensa que obliga a Washington a actuar si Japón es atacado.

  Esto es un estándar en la política estadounidense, un cliché político, cuyo significado no debe exagerarse. El mismo Obama explicó que esta "postura no es nueva".

  Sin embargo lo que es extremadamente peligroso es que Abe y su gobierno nacionalista podrían verse alentados a desafiar la línea de fondo de China en las disputas territoriales, pensando que la promesa de Obama es un escudo que les ofrece inmunidad ante cualquier posible castigo.

  Desafortunadamente, ésta solo es otra de las típicas ilusiones de Tokio. Poco después de este compromiso, Obama se negó a trazar una "línea roja" en las disputas territoriales China-Japón, diciendo que su gobierno no asume ninguna postura en el asunto, y eludiendo la pregunta sobre si EEUU intervendría militarmente si ocurre alguna incursión armada en las disputadas islas.

  Llegó a decepcionar aún más a algunos belicosos políticos japonenes, pidiendo soluciones pacíficas a las disputas en la región a través del diálogo.

  La postura de China sobre las Islas Diaoyu es clara y consistente: estas islas son parte inherente del territorio chino y China mantiene la soberanía indisputable sobre las mismas.

  La ocupación de Japón de las islas es ilegal e inválida. El tratado de defensa EEUU-Japón, un anacronismo de la Guerra Fría, no puede socavar ni la soberanía de China ni sus derechos legítimos.

  Ni Japón ni EEUU deben subestimar la determinación de China de salvaguardar su soberanía nacional y sus intereses marítimos.

  Por esto, EEUU, que se presenta como un socio responsable y confiable, debe respetar los hechos, adoptar una actitud responsable y honrar su compromiso de no tomar partido en este asunto.

  En vez de aumentar el apoyo para su problemático aliado, EEUU debe ayudar a Tokio a reducir su exaltación y proporcionar salidas que lleven a Japón a relajar las tensiones con China.

  EEUU debe ser cauteloso con sus palabras y sus acciones si verdaderamente quiere jugar un rol constructivo en la paz y la estabilidad regionales. Después de todo, Tokio ya se ha convertido en un creciente lastre para la búsqueda de los intereses a largo plazo de Washington.

      Enrique

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