Las relaciones entre China y Alemania siempre han sido consideradas como unas de las más estables entre China e importantes potencias europeas, en términos políticos y económicos.
La visita de Xi representa una oportunidad histórica para consolidar más y enriquecer la cooperación práctica de China con Alemania y con la Unión Europea (UE), en general.
Las profundas relaciones políticas entre los dos países se derivan en gran medida de su mecanismo de consulta intergubernamental, creado en 2011 como el primero de su tipo entre el gobierno chino y uno extranjero.
Además, altos líderes de ambos países han mantenido intercambios frecuentes y efectivos en los años pasados, tanto a través de visitas como de otras plataformas bilaterales o multilaterales. Eso también ha ayudado a reforzar su confianza mutua.
Aparte de sus relaciones políticas estables, Beijing y Berlín también comparten sólidas relaciones comerciales y económicas, en tanto que sus economías se han vuelto cada vez más interdependientes.
Alemania es el mayor socio comercial de China en Europa, y China es el mayor socio de Alemania en la región de Asia Pacífico.
Datos oficiales señalan que el comercio bilateral fue de 122.900 millones de dólares USA en los tres primeros trimestres de 2013, lo cual representa casi una tercera parte del gran total entre China y la UE.
Sin embargo, los dos países pueden lograr más que eso.
En su visita a Alemania, Xi lleva consigo una serie de oportunidades para ambos países que pueden traducirse en más beneficios reales para los pueblos de las dos naciones.
Durante las conversaciones de Xi con el presidente de Alemania, Joachim Gauck, y la canciller federal, Angela Merkel, las dos partes definirán las relaciones para los próximos cinco a diez años desde una perspectiva estratégica y de largo plazo.
Se espera que los líderes firmen acuerdos de cooperación sobre industria, aviación, ciencia y tecnología, educación, cultura y agricultura. Estos acuerdos ayudarán a Alemania a evitar mejor las secuelas de los problemas financieros más devastadores de Europa de la época reciente.
Más específicamente, los fabricantes de autos, productores de maquinaria y compañias de químicos alemanes podrán crear más empleos en el país y generar ganancias lucrativas en los mercados chinos a pesar de una demanda relativamente débil en Europa.
Sobre los problemas internacionales clave como el nuclear de Irán, los dos países tienen posiciones similares y han colaborado para tratar de enfrentar el problema nuclear a través de medios pacíficos.
Asimismo, Beijing espera que Alemania hará más para promover las relaciones y cooperación de China con la UE, incluido el reconocer el estatus de economía de mercado plena de China y eliminar la prohibición del bloque a la exportación de armas.
Berlín también puede desempeñar un papel más activo y constructivo en la solución de disputas comerciales entre China y la UE sobre artículos como los paneles solares fabricados en China.
Los legisladores de Alemania y Europa en general tienen que entender que una relación comercial vibrante es benéfica para los intereses de todas las partes. Por ello, los diálogos y consultas, y no las medidas punitivas, son considerados la mejor opción para resolver las fricciones comerciales.
Al final, el único estándar para medir la calidad de cualquier cooperación bilateral es si puede generar beneficios reales.
Con oportunidades que se vislumbran para mejorar ese tipo de colaboración favorable mutua, se necesitan en gran medida confianza y acciones concretas.
FRAN