China y Francia son amigos singulares y socios para un beneficio compartido, describe un artículo firmado por el presidente chino Xi Jinping, publicado el martes en el diario francés Le Figaro.
El texto dice que hace 50 años, el entonces presidente chino Mao Zedong y su homólogo francés de aquel momento, Charles de Gaulle, impulsaron el establecimiento de las relaciones diplomáticas entre los dos países, con una gran visión estratégica y un magnífico coraje político, estableciendo en la arena internacional un excelente ejemplo de cooperación mutuamente beneficiosa entre países con diferentes regímenes políticos.
El artículo indica que a la vista de la trayectoria de los vínculos sino-franceses en las últimas 5 décadas, ambas naciones han mantenido una amistad especial y han culminado muchas buenas experiencias en el camino de lograr una ganancia compartida.
Asimismo, señala que las condiciones previas necesarias para un desarrollo sano y estable de los lazos bilaterales son simples: el respeto mutuo, la confianza recíproca, la franqueza y la sinceridad. De ese modo, como socios estratégicos integrales, China y Francia deben consolidar la confianza mutua y la innovación en la colaboración con el fin de seguir liderando el desarrollo de las relaciones entre China y Europa, y entre China y los países desarrollados.
Por otro lado, el texto señala que como países miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, China y Francia asumen un gran responsabilidad histórica en la salvaguarda de la paz mundial y en la promoción del desarrollo común del planeta. En este sentido, con gran sabiduría y talento, ambas naciones deben hacer más esfuerzos y contribuciones para acelerar la multipolaridad mundial y la democratización de las relaciones internacionales, e impulsar soluciones pacíficas a los problemas candentes del mundo, así como luchar conjuntamente contra el terrorismo y los desafíos generados por el cambio climático.
El texto enfatiza que tratándose de dos enormes economías mundiales, entre China y Francia existe una gran complementariedad desgranada en muchos intereses y beneficios compartidos. De ahí que ambos países puedan expandir el potencial de la cooperación, y a través del estudio conjunto, la inversión conjunta y el desarrollo conjunto, profundizar en la fusión de intereses y beneficios en ámbitos de la cooperación como las industrias de energía nuclear, aviación, aeroespacial y automovilística, creando nuevas oportunidades de avance en la agricultura, la alimentación, las finanzas y la tecnología informática.
En la actualidad, China ha entrado en una nueva etapa de desarrollo para profundizar la reforma integral y ampliar la apertura al exterior. Por eso, toda la sociedad está esforzándose por realizar el Sueño Chino de revitalizar la nación, acelerando la industrialización, la informatización, la urbanización, y la modernización agrícola. Asimismo, el gobierno galo también lleva a cabo activamente reformas estructurales e institucionales, para afianzar el crecimiento, el aumento del empleo y la elevación de la competitividad internacional.
Por lo tanto, a condición de que China y Francia, dos naciones que tienen un gran espíritu de reforma, aprovechen la coyuntura y se apoyen mutuamente, el camino de la cooperación bilateral será cada día más holgado, y las relaciones sino-francesas entrarán en una nueva etapa de otros 50 años gloriosos.
FER/SHU