Arremangándose, Hu Lanzhen, de 76 años, deja ver su brazo izquierdo, cubierto por manchas de color café.
"Me pica mucho. A veces no me puedo contener y me rasco tan fuerte que me arranco la piel", dice Hu.
El hombre sufre un envenenamiento con arsénico. En el área donde reside, el Condado Shimen, en la provincia china de Hunan, más de mil residentes son víctimas de la enfermedad.
El condado está ubicado en un vasta área de rejalgar (mineral de sulfuro de arsénico) y mineral de hierro.
Desde su establecimiento en 1950, la mina extrajo y refinó arsénico hasta que en 2011 fue cerrada por el gobierno local. Las actividades mineras han contaminado seriamente el suelo y el agua en la zona.
De acuerdo con el gobierno del condado, un total de 35 kilómetros cuadrados de suelo están contaminados, incluyendo 12 kilómetros cuadrados de tierra de labor. El arsénico contenido en el suelo y el agua superficial local está más de 30 veces por encima de los estándares nacionales. Estos elevados niveles de arsénico también se encontraron en cosechas de trigo, arroz y vegetales.
La contaminación del suelo ha concitado la atención del público tras una serie de escándalos sobre la seguridad de los alimentos en los últimos años.
La batalla china contra la contaminación de los suelos y por asignar responsabilidades a un problema que por décadas ha representado un reto han dejado ver una dificultad mayor.
El viceministro chino de Protección Medioambiental, Li Ganjie, dijo hace días que el Estado va a controlar la tendencia de empeoramiento de la contaminación del suelo en los próximos cinco años:
"En cuanto al control de riesgos de contaminación de la tierra, hemos elaborado unos principios estrictos para recuperar las tierras ya contaminadas", asegura Li.
Según un informe oficial emitido en forma conjunta por los Ministerios de Protección medioambiental y de la Tierra y Recursos el pasado 17 de abril, un 16,1 por ciento del suelo de China y un 19,4 por ciento de la tierra de cultivo se encuentran contaminados.
El estudio se basó en una encuesta hecha entre abril de 2005 y diciembre del año pasado en unos 630 kilómetros cuadrados del territorio nacional.
El informe dijo que la principal fuente de contaminación radica en la actividad industrial y agrícola.
"Comparado con la contaminación del agua y del aire, la polución de suelos es mucho más difícil de controlar y resolver, lleva mucho más tiempo y dinero y se requieren más recursos", dijo Chen Tongbin, un investigador del Instituto de Ciencias Geográficas y Recursos Naturales de la Academia de Ciencias de China.
Hace 20 años, casi nadie sabía de la contaminación del suelo y, aún hoy en día, muchas personas no tienen conciencia de la severidad del problema, dijo.
Según Chen, la contaminación del suelo se oculta más que en los casos del aire y del agua.
"Cuando una porción de tierra está contaminada, es normalmente difícil de detectar y a veces toma hasta 50 años determinar el problema", añadió.
El primer ministro de China, Li Keqiang, declaró la guerra a la contaminación durante la sesión parlamentaria de marzo y prometió pelear con la misma determinación con la que el país combate la pobreza.
Tras las palabras de Li, un plan fue aprobado en abril para establecer proyectos piloto en seis regiones altamente contaminadas, de acuerdo con el Ministerio de Protección Ambiental.
El gobierno asignará más de mil millones de yuanes para cada administración piloto a fin de apoyar el tratamiento de la contaminación de los suelos.
Se espera que el plan, junto con una ley de contaminación de suelos en proyecto, se enfoque en proteger el abastecimiento de alimentos y en asegurar que las cosechas contaminadas queden fuera de la cadena de alimentos.