Anteriormente, los vehículos de tránsito ferroviario que China exportó a Europa, eran locomotoras eléctricas, metros y trenes ligeros. En comparación con dichos tipos de productos, la fabricación del tren bala es más complicada y difícil.
También es el primer pedido chino para el mercado europeo en el que se elaboran los vehículos conforme a Especificaciones Técnicas de Interoperabilidad (TSI siglas en Inglés) de la zona.
El diseñador en jefe de este tren, Lin Wenjun, dijo que el exitoso montaje de este tren significa un exitoso acceso del tren bala de China al mercado europeo:
"Para que nuestro producto acceda a Europa, primero tenemos que satisfacer la especificación europea TSI, que es una norma de los productos ferroviarios que se conectan en Europa."
Por su parte, el gerente general adjunto del departamento de ultramar de esta compañía, Zhang Minyu, dijo que van a extender su mercado hacia otros países europeos:
"Como paso siguiente, vamos a lanzar nuestra vista hacia otros países europeos y los países vecinos de China. Por ejemplo, estamos consultando con Serbia un proyecto como este."
En los últimos años, se han desarrollado mucho los proyectos ferroviarios de China en el exterior.
En 2014, el primer proyecto de ferrocarril de alta velocidad construido por compañías chinas fuera del país asiático se completó en Turquía.
Con una longitud de 533 kilómetros y una velocidad diseñada de 250 kilómetros por hora, el ferrocarril enlaza la capital Ankara con Estambul, la ciudad más poblada del país.
Ese mismo año se finalizó y entró en operación una red ferroviaria de 1.344 kilómetros en Angola. La línea, construida por la compañía China Railway Construction Corporation (CRCC), es la de más alta velocidad en el país africano y sirve como un destacado corredor económico.
En mayo del año pasado, China firmó un acuerdo para construir un ferrocarril por valor de 3.800 millones de dólares estadounidenses entre las ciudades kenianas de Mombasa y Nairobi, primera fase de una línea que deberá conectar finalmente a Uganda, Ruanda, Burundi y Sudán del Sur.
Nigeria y Etiopía también experimentaron el progreso estable de los proyectos ferroviarios asignados a compañías chinas. Una vez completados, esos ferrocarriles serán la columna vertebral del sistema de transporte público local y un componente clave de crecimiento.
Además de su importante rol en la construcción de proyectos ferroviarios en diferentes países, la industria ferroviaria china también goza de gran relevancia en el mercado de los trenes.
Trenes fabricados por China recorren la ruta de cercanías Mitre de Buenos Aires, capital argentina, desde hace casi tres meses.
"Estamos muy orgullosos de que los pasajeros sientan una vez más respeto por viajar en Argentina", dijo en noviembre pasado la presidenta argentina, Cristina Fernández, cuando entraron en funcionamiento los primeros 12 de los 30 trenes suministrados por la compañía CSR, principal fabricante chino del sector.
Una vez completado el proyecto, 709 trenes chinos transitarán en Buenos Aires, transportando a millones de personas en la ciudad y los pueblos cercanos.
En mayo pasado, el primer ministro de China, Li Keqiang, y la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, atestiguaron en la capital brasileña la firma de los documentos de cooperación sobre un estudio de viabilidad de la vía férrea transcontinental en América del Sur.
Ambas naciones dieron la bienvenida al inicio de un estudio conjunto sobre la viabilidad de la construcción de una vía férrea que enlace a la costa brasileña en el Atlántico con la costa de Perú en el Pacífico.
La vía férrea de Brasil a Perú que unirá a los océanos Atlántico y Pacífico será la primera de su tipo. La ruta propuesta tendrá una longitud de unos 5.000 kilómetros y comenzará en la costa de Brasil y concluirá en las ciudades portuarias de Perú. Estará compuesta por 2.000 kilómetros de vías existentes y 3.000 que necesitan ser construidos.