El portavoz del Ministerio de Comercio de China, Shen Danyang, declaró este martes en una conferencia de prensa en Beijing que la inversión no financiera de China en la Unión Europea (UE) ascendió a 4.210 millones de dólares en los primeros meses de este año, lo que significa un aumento del 367 por ciento anual.
Las cifras sugieren que la inversión de China en Europa ha entrado en un período de rápido crecimiento.
El portavoz indicó que el aumento se debe a la creciente inversión de compañías chinas en proyectos en el continente europeo, como la adquisición de acciones del fabricante italiano de neumáticos Pirelli por parte de la estatal Corporación Nacional Química de China.
Shen explicó que, "al mismo tiempo, la inversión china en Europa se amplía en áreas como maquinaria, automóviles, bienes raíces, astilleros, telecomunicaciones, energía y finanzas".
Señaló, además, que la cooperación financiera entre China y la UE también parece prometedora, porque países como Reino Unido, Francia, Alemania e Italia se han sumado al Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII) encabezado por China. La UE da así la bienvenida a la participación de China en su plan estratégico de inversión.
Durante su visita a Europa la semana pasada, el primer ministro Li Keqiang propuso que China y la UE aprovechen el proyecto de cambio monetario con valor superior a los 700.000 millones de yuanes para facilitar la cooperación económica y comercial bilateral. Li indicó que China mejorará su programa de Inversor Institucional Extranjero Calificado en Renminbi, un canal para la inversión exterior en el mercado de valores de China.
Shen añadió que las iniciativas de la "Franja Económica de la Ruta de la Seda" y de la "Ruta de la Seda Marítima del Siglo XXI" de China, así como su estrategia "Internet Plus", tienen mucho en común con la modernización industrial y los planes de construcción de ciudades inteligentes de muchos países de la UE, lo que indica más posibilidades de cooperación industrial entre las dos partes.
La Franja y la Ruta es una iniciativa comercial propuesta por China para impulsar el desarrollo de infraestructuras y del comercio, cuyas inversiones aumentaron de forma estable en los primeros cinco meses de 2015, a medida que China fue reforzando sus lazos económicos con los países que participan en este plan.
Las exportaciones a dichos estados subieron un dos por ciento interanual, hasta situarse en 244.000 millones de dólares entre enero y mayo.
Ese crecimiento sobrepasó el aumento general de las exportaciones de China, que fue del 0,8 por ciento en el mismo período.
Sin embargo, una bajada del 23,2 por ciento en las importaciones de los países a lo largo de la Franja y la Ruta provocó una caída del 9,5 por ciento interanual de los intercambios comerciales bilaterales, hasta los 398.400 millones de dólares.
En los cinco primeros meses, las empresas chinas invirtieron 4.860 millones de dólares en 48 países y regiones de este ruta, una subida de 3,7 por ciento interanual, señaló Shen.
El portavoz dijo además que las zonas de libre comercio (ZLC) de China recientemente establecidas en Guangdong, Tianjin y Fujian se han mostrado prometedoras en la atracción de inversiones extranjeras.
Hasta finales de mayo, más de un mes después de su creación, las tres zonas habían recibido un total de 22.600 millones de yuanes (equivalentes a alrededor de 3.700 millones de dólares) en inversiones extranjeras contratadas.
Estas zonas atrajeron 7.800, 11.700 y 3.200 millones de yuanes en inversión extranjera respectivamente, que representan el 45,3, el 69,4 y el 53,6 por ciento del total de sus respectivas regiones, indicó Shen.
Las tres zonas de libre comercio se establecieron en abril, 18 meses después de que la primera fuese creada en Shanghai como parte de los esfuerzos del gobierno chino para poner a prueba las políticas de reforma. China se proponía así integrar mejor la economía con las prácticas internacionales en unas circunstancias en las que el viejo modelo dependiente de las exportaciones ya no es sostenible.
Algunas de las nuevas normativas y reglamentos, puestos en marcha en estas zonas de libre comercio, proponían un acceso más fácil a la inversión extranjera y nacional, una mayor apertura del sector servicios y liberalizar las medidas para el sector financiero.