En los últimos ocho años, Bolivia ha experimentado un crecimiento sostenido de su economía que le permitió pasar del penúltimo lugar en América Latina en 2005 al segundo lugar en la región en 2013 en el indicador del Producto Interno Bruto (PIB), destacó el miércoles el presidente Evo Morales.
"En América Latina en crecimiento del PIB en 2005 estábamos en el décimo lugar, el año pasado llegamos a ocupar el segundo lugar en el crecimiento económico en porcentaje y este año está estimado alcanzar el primer lugar", manifestó en una sesión de honor que organizó la Asamblea Legislativa Plurinacional en la ciudad de Sucre.
Un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) pronosticó que Bolivia liderará este año el crecimiento económico en Sudamérica, con un avance del 5,5 por ciento en su PIB, estimulado principalmente por la demanda interna.
En su intervención, Morales abundó en los grandes hitos económicos que logró su gobierno desde 2006, año en el que inició un proceso de nacionalización de los sectores de hidrocarburos, electricidad, telecomunicaciones y minería, entre otros.
Esa medida estimuló el crecimiento económico del país en sintonía con el desarrollo social, destacó el líder izquierdista, empeñado en diversificar y fortalecer el motor productivo y el mercado interno de Bolivia hasta el 2025.
Según Morales, Bolivia es una economía emergente en pujante desarrollo con reservas internacionales netas de 15.000 millones de dólares, más de 16.000 millones en el sistema bancario y otros depósitos.
"Sobrepasamos los 40.000 millones de dólares, esto da estabilidad económica y esto da confianza no sólo a los bolivianos, sino también da una buena imagen en todo el mundo", expuso.
Según la proyección de la Cepal, el PIB de Bolivia crecerá este año 5,5 por ciento, seguido de Colombia y Ecuador (5 por ciento), Perú (4,8 por ciento), Paraguay (4,5 por ciento), Chile y Uruguay (3 por ciento), Brasil (1,4 por ciento) y Argentina (0,2 por ciento), mientras que la economía de Venezuela se contraería 0,5 por ciento.
En 2013, la economía boliviana registró una histórica tasa de crecimiento de 6,8 por ciento, la más alta de los últimos 38 años, gracias al dinamismo del sector de los hidrocarburos y a una fuerte demanda interna.
Morales manifestó que el PIB del país creció en promedio 5 por ciento durante los últimos ocho años, lo que le permite liderar los niveles de desarrollo económico en Sudamérica.
Aunque con una leve desaceleración del PIB en el primer semestre de este año respecto a la gestión pasada, la economía boliviana sigue boyante y su crecimiento hasta abril de 2014 está por encima del 5 por ciento.
Este buen comportamiento ha sido reconocido tanto por el Fondo Monetario Internacional (FMI) como por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que sitúan al país, junto a Perú, entre las economías con mayor crecimiento en América del Sur.
La clave del éxito del crecimiento de la economía boliviana se asienta, principalmente, en la activación de la demanda interna y no en la demanda del mercado externo (o exportación de materias primas como los hidrocarburos y minerales).
A decir de Morales, la demanda interna también tiene que ver con la elevación del consumo de la electricidad, el agua potable y el gas domiciliario.
Esto se explica porque algunos segmentos de la población, que antes no tenían poder adquisitivo, mejoraron sus ingresos (por los bonos sociales, incrementos salariales, creación de nuevas fuentes de empleo, clima económico estable para los negocios y otros factores) y ya pueden acceder a los servicios básicos, con el consiguiente mejoramiento de su calidad de vida y su salida de los márgenes de la extrema pobreza.
La actividad del mercado interno también se aprecia en los niveles de facturación de los supermercados y de los restaurantes.
En resumen, dijo Morales, la economía boliviana goza de buena salud. Esto tiene dos razones clave. Primero, las exportaciones, que tienen como puntal a los hidrocarburos, lo que permite más ingresos para el Tesoro General de la Nación, las gobernaciones, los municipios, las universidades, y se traducen sobre todo en inversión pública, en bonos sociales, entre otros.
Segundo, la más importante, la demanda interna, que se expresa en el consumo de servicios básicos y el gasto en bienes. El motor económico que se materializa en incrementos salariales, en más poder adquisitivo, mayor venta de productos, más demanda de alimentos, mayor producción, más fuentes laborales, entre otros son los elementos que conforman esta cadena que mueve la economía, que la empuja.