Cordero asado en brocheta de Arim conmueve a cibernautas chinos
Save and Share Tamaño de texto   2011-02-01 10:44:53 CRI

"Cada uno un poco, por favor denme un poco de consuelo. Dejen aquí su dinero por favor, sólo quiero dinero de ustedes."

"Arim, dame algunas brochetas de cordero."

Amigos oyentes, les presentamos a Arim, un hombre que vende carne de cordero asada en brochetas. Es una persona común de la etnia uygur de Xinjiang que vende sus pinchos en una calle del municipio Bijie de la provincia de Huizhou, al suroeste de China.

En la reciente elección de "Personajes conmovedores de la red 2010", fue elegido con el mayor número de votos como un héroe, de acuerdo con un millón de cibernautas del país.

Arim, de 39 años de edad, es oriundo del distrito Hejing de Xinjiang. Dejó a su familia cuando tenía 20 años para ganarse la vida viajando de un sitio a otro. Ha ido a Urumqi, Beijing, Chongqing, Kunming, Guizhou y otros lugares, y finalmente decidió asentarse en el municipio Bijie de la provincia de Guizhou.

Arim llegó a Bijie en el verano de 2001. Había sufrido pobreza y penalidades y no tuvo otro remedio que pedir prestado 100 yuanes al dueño de un bar, para poder comenzar a ganarse la vida con un puesto de pinchos de cordero que ubicó justo a las afueras de este establecimiento. Cada día comenzó a ganar de 20 a 30 yuanes y una semana después, devolvió los cien yuanes al dueño del bar, Liu Gui, quien nos dijo:

"Por ahí de finales del 2001, Arim vino aquí luego de haber viajado mucho. Lo más apremiante para él era la subsistencia. Como no tenía dinero, le presté cien yuanes, con lo que podía mantenerse por un tiempo. Él comía y vivía en mi bar."

Posteriormente Arim adoptó la venta de brochetas como su modo de subsistencia. Al entrar en contacto con los habitantes de Bijie, Arim se ganó la simpatía de muchos de ellos:

"Aquí me encuentro con muchas personas que me han ayudado mucho."

Ante la simpatía de los lugareños, Arim transfirió su registro residencial desde Xinjiang a Bijie de Guizhou y decidió hacer caridad con el dinero de gana con la venta de cordero, para corresponder a la bondad con que este pueblo lo ha acogido.

Su caridad consiste en ayudar a estudiantes pobres del Instituto Bijie. Uno de quienes ha recibido su ayuda es , Zhou Yong, quien nos dijo:

"No sé mucho de los negocios de Arim, pero conozco su carácter. No tengo mucho contacto con él, pero sus palabras me benefician mucho. Él me ha dicho que uno no puede vivir de otros, sino de sus propias manos."

El año 2006, con los 5 mil yuanes que había ganado con la venta de cordero, Arim fue al centro de subvención del Instituto Bijie, y propuso ayudar con este dinero a estudiantes que tenían dificultades en la vida. Ante los billetes sueltos que llevaban aún olor a carne asada, los profesores del Instituto se emocionaban mucho y decidieron llamar a esta donación "la beca de Arim".

A este respecto, el subsecretario del comité del Partido Comunista del Instituto, Tang Yuhua, dijo.

"Ese dinero llevaba aún el olor de cordero ensartado. Muchos billetes sueltos de valor nominal pequeño. Dijo que va a donarlo a nuestro Instituto. Yo calculé entonces: un pincho de cordero vale 50 centavos, y cuántos pinchos sirven para convertirse en 5,000 yuanes. Luego consulté con el rector del Instituto, y decidimos asignar de nuestros fondos otros 5,000 yuanes para establecer una ´beca de Arim´."

Actualmente, en Bijie circula una frase: comprar el pincho de cordero de Arim significa apoyar a la educación de Bijie.

Desde 2006, la "beca de Arim" ayuda anualmente a 20 estudiantes pobres locales. Ahora, la suma de esta subvención ha aumentado en más de diez veces, pues muchas personas hacen donativos para sumarse al buen gesto de Arim.

Al estar en contacto con habitantes locales, Arim se entera de las carencias que padecen muchos niños de las zonas montañosas, y va hasta allá a ayudarles. La aldea Juhe del cantón Daxi del distrito Dafang es un lugar que no cuenta con carretera. Allí, más de 180 niños no tenían ni siquiera bolso de útiles escolares. Entonces Arim compró los bolsos, y viajó horas para atravesar las montañas para compartir los útiles entre los estudiantes.

Allí se encontró con una anciana de 80 años de edad, a quien le faltaba lo indispensable para alimentarse y Arim le dejó los únicos cien yuanes que llevaba consigo.

En diez años, Arim ha vendido más de 300 mil pinchos de cordero en Bijie y ha asignado el 80 por ciento de su ingreso a la ayuda de estudiantes pobres, cuyo volumen global alcanza a más de cien mil yuanes.

Además de esto, la caridad de Arim ha llegado a las familias afectadas por calamidades naturales. En 2008, cuando Guizhou sufrió de grave catástrofe de helada, y Wenchuan de Sichaun padeció los estragos de un terremoto, Arim donó parte de su dinero para ayudar a los damnificados.

En 2010, Yushu experimentó un grave sismo, Arim compró materiales de socorro valorados en 8 mil yuanes para ir personalmente a la zona afectada y montar las tiendas junto con los soldados.

Ahora Arim vive aún en una casa vieja de alquiler de 40 metros cuadrados, y lleva una vida muy sencilla. Los actos benevolentes de Arim no sólo conmueven a los habitantes de Bijie, sino también a todo el pueblo chino.

El año 2007, Arim fue elegido como uno de los diez personajes metropolitanos de Guizhou, y en 2010 como el modelo moral de la provincia de Guizhou. En la reciente elección de "ciberpersonajes conmovedores 2010", Arim ocupó el primer puesto con más de 240 mil votos a favor.

Los actos de Arim se difunde rápidamente en la red y ha llamado la atención de miles de cibernautas, quienes saludan y elogian a Arim en la red:

"Cómo uno de Xinjiang, un comerciante privado que vive afuera de su pueblo natal, es digno de ser nuestro ejemplo, y nosotros también vamos a ayudar en lo posible a las personas que necesiten nuestra ayuda".

Ahora Arim ya es reconocido en Bijie, y su negocio también va cada vez mejor.

Arim subvenciona a estudiantes pobres, y los propios alumnos del Instituto Bijie lo toman como ejemplo, pues ellos son voluntarios activos en la construcción urbana de Bijie, y se han convertido en modelos de simpatía con los otros.

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