El tiro es deporte olímpico desde Atenas 1896. El inicio de las competencias con armas de fuego se remonta al siglo XIX y es una disciplina que envuelve una de las mayores historias de superación de los Juegos Olímpicos.
La historia olímpica abunda en atletas que superan terribles dificultades para lograr medallas de oro, pero el regreso de Karoly Takacs representa, sin duda, la anécdota más bella de todas. En el programa de hoy les invitamos a conocer al húngaro Karoly Takacs, que nació en 1910 y fue considerado un auténtico ejemplo del desarrollo de las cualidades físicas y morales que deben caracterizar al verdadero espíritu deportivo.
En 1938 el entonces sargento del ejército húngaro, Karoly Takacs, era uno de los mejores competidores mundiales en pistola de tiro rápido, integraba el equipo de su país en esta especialidad y era un firme candidato a conquistar el oro en los Juegos Olímpicos programados para disputarse en Tokio, en 1940.
Un día, durante unas maniobras militares en las participaba, ocurrió un terrible accidente; una granada defectuosa hizo explosión y Takacs sufrió serias lesiones. Por más intentos y esfuerzos que se hicieron la situación fue irreversible y perdió su mano derecha.
Cuando todo el mundo pensaba que este era el fin de su carrera deportiva, el militar no abandonó y empezó a aprender a tirar con la mano izquierda. Sus incesantes esfuerzos se tradujeron luego en varios títulos de campeón nacional e internacional. Y uno de sus mayores deseos era obtener una medalla de oro olímpica.
Pero desgraciadamente la Segunda Guerra Mundial postergó los Juegos programados para 1940 y 1944, por lo que Takacs veía alejarse sus esperanzas de alcanzar su sueño. Debido a sus lauros como deportista y a su incapacidad física, durante el transcurso de la guerra Takacs continuó sirviendo en el ejército de su país y se mantuvo entrenando, hasta que al reanudarse los Juegos, en Londres 1948, integró el equipo de su país al magno evento.
El día anterior a la competencia le presentaron al Campeón Mundial de 1947, Carlos Díaz Sáenz Valiente, de Argentina, gran favorito para hacer suya la medalla de oro. "Carlos Díaz Sáenz Valiente se sorprendió mucho al verme, pensó que mi carrera había terminado y me preguntó por qué estaba yo en Londres", declaró Takacs en una ocasión. "Yo le dije que estaba allí para aprender y Carlos Díaz Sáenz Valiente me miró extrañado". Luego Karoly Takacs ganó la medalla de oro, a los 38 años de edad, batiendo por diez puntos el récord mundial del argentino.
Cuatro años más tarde, en los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952, el húngaro volvió a ganar la presea áurea, venciendo a su compatriota Szilárd Kun por un punto. En esa oportunidad Carlos Díaz Sáenz Valiente terminó cuarto, con dos puntos menos. Después de la Ceremonia de premiación y según palabras de Takacs, "Valiente se acercó a mí, recordando la conversación de Londres, y dijo sonriente 'Capitán Takacs, usted ha aprendido muchísimo; ahora es tiempo de que se retire y me enseñe a mí'". |