1948: Londres

2008-06-19 11:04:23  spanish
El estallido de la Segunda Guerra Mundial obligó al Comité Olímpico Internacional a cancelar las XII y XIII Olimpiadas, programadas para celebrarse en Tokio y Londres, respectivamente. A pesar de la difícil situación histórica, entre las dos guerras mundiales, los Juegos Olímpicos lograron un desarrollo sin precedentes y su organización se fue estandarizando, de manera que se sentó una sólida base para su futuro progreso después de la guerra.

En las primeras versiones de los Juegos Olímpicos, eran los comités organizadores del país anfitrión quienes decidían qué deportes se disputarían en el evento. La incertidumbre en el programa olímpico desfavorecía el desarrollo de los deportes. En 1930, el Comité Olímpico Internacional y las federaciones internacionales de deportes determinaron, a través de consultas, que el atletismo, la gimnasia, el boxeo, la esgrima, la lucha, el tiro y el remo, entre otros, serían deportes permanentes de los Juegos Olímpicos, y que deportes como el fútbol, el tenis, el balonmano y el baloncesto pudieran ser opcionales. Esta resolución regularizó el programa olímpico.

A partir de los Juegos de Antuerpia 1920, las pruebas de atletismo se han disputado sobre una pista regular de 400 metros. En las Olimpiadas de París 1924, se instituyó la piscina de 50 metros, estándar que se mantiene hasta la fecha. En Los Ángeles 1932, por primera vez, los medallistas recibieron sus preseas metálicas en el podio. La primera Villa Olímpicas de la historia también apareció en esta versión de Olimpiadas. En Berlín 1936, se construyó un estadio totalmente modernizado, con capacidad para 110 mil personas y una piscina cubierta para 18 mil espectadores.

La ideología olímpica también consiguió un mayor desarrollo en aquella época. El famoso lema "más rápido, más alto, más fuerte" nació en 1920. Su creador fue Henri Didon, abad de un monasterio en París y amigo de Pierre de Coubertin, quien lo usó para animar a los participantes en unos juegos del monasterio. En las Olimpiadas de Antuerpia, Coubertin citó esta frase, que se convirtió luego uno de los lemas más conocidos del movimiento olímpico. Corto y conciso, este eslogan encarna el espíritu olímpico de nunca satisfacerse con los éxitos logrados y siempre intentar vencer a los contrincantes y superarse a sí mismo, dentro y fuera del campo de competición.

Durante los más de veinte años transcurridos entre las dos guerras mundiales, el movimiento olímpico se fue desarrollando y perfeccionando, de modo que resurgiría rápidamente de las ruinas de la Segunda Guerra Mundial para seguir adelante.

Al término de la Segunda Guerra Mundial, la reconstrucción del mundo constituía una tarea primordial de todos los pueblos que habían sufrido de la devastadora guerra. Sin embargo, nunca olvidaban los Juegos Olímpicos, que habían suspendido dos versiones debido a la conflagración bélica. En 1948, la bandera de cinco anillos se izó de nuevo en Londres, declarando la celebración de las XIV Olimpiadas, que se prolongaron desde el 29 de julio hasta el 14 de agosto de aquel año.

La guerra azotó a casi todo el mundo, reduciendo a escombros los países involucrados, tanto europeos como asiáticos. Millones de personas murieron y muchas más quedaron sin hogar. Las estrellas deportivas y atletas no pudieron eximirse del sufrimiento, e incluso muchas perdieron la vida como otras víctimas de la guerra.

Sin embargo, los firmes seguidores del olimpismo decidieron restaurar los Juegos Olímpicos cuanto antes. En agosto de 1945, el comité ejecutivo del COI se reunió en Londres para abordar el desarrollo futuro del movimiento olímpico. Cuando muchas ciudades estaban ocupadas en la reconstrucción, la capital británica se ofreció a albergar las XIV Olimpiadas. El año siguiente, el COI otorgó a Londres el derecho de organizar el evento en 1948.

En aquel entonces, mucha gente veía con pesimismo la celebración de los Juegos de Londres, considerando que, si bien se podrían realizar, no resultarían más que unos Juegos mediocres. Sin embargo, el pueblo británico dio una buena respuesta con su entusiasmo a este pesimismo. Se filmó una excelente película de promoción para la televisión. Debido a la falta de fondos, no se construyó una Villa Olímpica ni instalaciones lujosas, sino que se aprovecharon las sedes deportivas existentes, y los deportistas se alojaron en cuarteles, escuelas y casas de londinenses comunes.

Las delegaciones de diversos países, que entendían la dificultad de la ciudad anfitriona, llevaron consigo sus propios alimentos. Incluso algunos países donaron a las Olimpiadas alimentos que habían sido de reserva militar durante la guerra.

Gracias a los esfuerzos conjuntos del pueblo británico y de todo el mundo, en sólo 2 años Londres ya estaba completamente preparada para la celebración de los primeros Juegos Olimpicos después de la Segunda Guerra Mundial. Más de 4 000 deportistas de 59 países y regiones particiaron en la cita de Londres. Catorce países, como Venezuela, Trinidad y Tobago, Pakistán, Myanmar y el Líbano se convirtieron en nuevos miembros de la familia olímpica, ya que varias naciones lograron la independencia después de la guerra. Participaron en este evento 385 deportistas femeninas, otra cifra récord en la historia olímpica.