1 928: Amsterdam

2008-04-30 09:22:54  spanish
Según un acuerdo alcanzado por el Comité Olímpico Internacional (COI) con anterioridad, los novenos Juegos Olímpicos se celebrarían en Amsterdam, ciudad que había concedido el derecho organizador de la edición anterior a París. Aunque cuatro años antes, en Holanda todos apoyaban la celebración de las Olimpiadas, durante los preparativos de la novena edición, en el interior del país surgieron voces contrarias al evento.

Algunos parlamentarios dudaron si había sido acertada la decisión de organizar las Olimpiadas en Amsterdam, censurando al gobierno por destinar millones de florines a un evento deportivo, dejando de lado el mejoramiento de viviendas y del transporte, entre otros problemas urgentes de la vida del pueblo, afirmando que se había puesto el carro delante de las mulas. Algunos opositores dijeron que la pasión por el deporte había hecho que las mujeres perdieran su elegancia, y que la autorización dada a las mujeres para participar en los juegos era una ofensa a la decencia.

Debido a la protesta de algunos de sus miembros, el Parlamento holandés vetó al final la propuesta de ofrecer fondos para los preparativos de las Olimpiadas. Este veto dejó a los preparativos olímpicos en una crisis financiera grave. Haciendo frente a una gran presión, el presidente del Comité Organizador de las Olimpiadas de Amsterdam se vio obligado a renunciar. Esta situación fue notada por el pueblo holandés, el cual, con un fuerte sentido de dignidad nacional, apoyó en su mayoría absoluta la organización de las Olimpiadas.

El gran apoyo del pueblo fue apreciado por el Comité Organizador de Amsterdam y eso, sin duda, fue un destello en medio de la oscuridad. Gracias a los esfuerzos de los medios de comunicación, el Comité Organizador puso en marcha la iniciativa de recaudar contribuciones monetarias del público. Para garantizar la celebración exitosa de los Juegos Olímpicos de 1928, los holandeses contribuyeron generosamente. En tan sólo dos semanas, el Comité Organizador de Amsterdam recibió 1 millón 500 mil florines holandeses, cifra muy por encima al presupuesto inicial de 1 millón de florines. Con el fin de no defraudar las expectativas del pueblo, el gobierno holandés construyó un estadio con campo de fútbol en el centro y pistas a su alrededor con una capacidad para 40 mil espectadores.

El 28 de julio de 1928, se inauguraron los novenos Juegos Olímpicos en Amsterdam: estallaron los fuegos artificiales y se presentó una magnífica exhibición aérea. Todos los deportistas y funcionarios provenientes de 46 países y regiones apreciaron los preparativos del Comité Organizador de las Olimpiadas de Amsterdam. Sin embargo, los holandeses, gracias a su contribución de un millón y medio de florines, fueron los verdaderos héroes que hicieron posible la exitosa celebración del gran evento deportivo.