Tratamiento de los campeones

2007-12-21 10:38:39  spanish
Quien logra la primera posición en algún deporte es seguro que obtendrá una presea dorada, pero en los juegos olímpicos antiguos, qué agasajo recibían los campeones? Hoy hablaremos del tratamiento dispensado a los campeones en los juegos de la antigüedad.

Pues bien, en aquellos juegos olímpicos, ser el campeón era la única meta de todos los deportistas. Quienes alcanzaban su objetivo, serían calurosamente recibidos en su tierra natal donde la gente les consideraría unos auténticos héroes. Este reconocimiento espiritual explica el porqué los deportistas griegos no se detenían ante ningún sacrificio para ser campeones.

Aquellos que ganaban las diversas competiciones, pasaban a ser adorados y respetados por todos los griegos. El honor no sólo era cosa del campeón, sino que se extendía a sus padres y a su ciudad. En la mente de los griegos, los campeones eran hombres bravos y fuertes, dignos hijos de Zeus, y los mejores civiles de toda Grecia. En aquel tiempo, una misma palabra servía para referirse a actividades tan diversas como el deporte, la competición y la guerra. Es por eso que para los griegos, competir en un deporte era como asistir a una lucha, y se necesitaba el máximo de concentración y de esfuerzo para obtener la victoria.

En los juegos de la antigüedad sólo existía el primer puesto. Al concluir la competición, la gente dejaba de interesarse por el destino de los derrotados. Los competidores no se detenían ni ante la muerte, qué cosa tan importante y valiosa lograrían a cambio? En los Juegos Olímpicos de Antenas 2004, pudimos ver que quienes subían al podio llevaban una corona hecha con una rama de olivo. Los campeones de la antigua Grecia obtenían lo mismo, una corona hecha con rama de olivo.

La elaboración de la corona debe observar un estricto código. Un joven griego de 12 años de edad, corta unas ramas de los olivos situados detrás del Templo de Zeus con un cuchillo pequeño de oro puro, las trenza con todo esmero y coloca las coronas en el templo. La ceremonia de entrega de la corona también es muy solemne. El director de la ceremonia dirige al vencedor ante la escultura de Zeus para recibir la bendición del presentador. Luego, una prelacía coloca la corona de rama de olivo en la cabeza del campeón. Después se dan a conocer los nombres del deportista y sus padres, así como su ciudad, y los espectadores aplauden y vitorean, tirando flores y cintas multicolores. Para los campeones, ese momento es el más feliz, excitante e inolvidable de su vida.

Al concluir las competiciones,el campeón se va con el árbitro a Olimpia, ofrece unos sacrificios a los dioses en el camino y, al final, asiste a un banquete para celebrar su victoria.

Cuando regresa a su ciudad natal, el campeón recibe una solemne bienvenida. En algunas ciudades se podía destruir una parte de los muros de la ciudad para construir una puerta o una calle conmemorativa, o se enviaba una comitiva de guardia con centenares de carros de batalla, y los ciudadanos, todos montados a caballo, recibían al héroe.

En aquella época, había muchas guerras, y si se atrevían a romper una parte de los muros de defensa de la ciudad era porque creían que la ciudad del campeón quedaba bajo la protección de Zeus, y ningún enemigo se atrevería a atacarla.

En las ceremonias, los ciudadanos usaban diversas formas para expresar su respeto y admiración por el campeón. Al principio, le daban premios espirituales, hacían esculturas, le invitaban a estar presente en las ceremonias religiosas y, poco a poco, se fueron entregando premios materiales y algunos privilegios, como mantenerle de por vida, o reservarle los mejores puestos en las ceremonias importantes.

Para conmemorar las victorias, a los campeones que habían triunfado en tres ocasiones o más, se les hacían esculturas en la zona del templo sagrado. Los autores de estas piezas eran los mejores escultores de su tiempo. Asimismo, los griegos dieron trato de dioses a los más sanos y bien parecidos, y cuando se acercaba algún desastre, pedían protección ante las esculturas de los campeones. Podemos darnos cuenta, entonces, de cuando los griegos rendían culto a los campeones en los juegos de la antigüedad.