La figura 1 muestra cómo China ha ido cerrando la brecha que la separa del país económicamente más desarrollado del mundo, Estados Unidos. En 2014, el PIB per cápita de China era solo el 14 % del de EE. UU. a los tipos de cambio actuales y, más significativamente para las tendencias a largo plazo, solo el 25 % de las paridades de poder adquisitivo (PPP, siglas en inglés). Esta brecha en el PIB demuestra que el nivel de productividad global de China es aproximadamente una sexta parte del de EE. UU. a los tipos de cambio actuales y una cuarta de las PPP. Durante varias décadas la principal tarea económica de China ha sido aumentar su productividad situando su economía al mismo nivel per cápita que la de los países más desarrollados.
Productividad de las economías avanzadas
Es necesario disminuir la brecha productiva con las economías avanzadas que afectan decisivamente los sectores económicos más importantes de China. Un rasgo clave incluso de las economías más desarrolladas es que la productividad manufacturera crezca más rápidamente que la no manufacturera. Esto significa en la práctica que la productividad manufacturera aumenta a mayor velocidad que los servicios productivos. Ambos sectores juntos constituyen una aplastante mayoría en la economía moderna.
Tomando como referencia a EE. UU., la más avanzada economía mundial, durante todo el periodo de la "revolución de Internet" en ese país el sector manufacturero creció mas rápidamente que el no manufacturero. La economía total no agrícola de EE. UU. incluye la manufactura, un sector de crecimiento de la productividad superior al promedio, y el crecimiento medio de la productividad no manufacturera es incluso más bajo que para toda la economía no agrícola.
Consecuentemente, desde la ralentización del crecimiento en el periodo de la crisis financiera internacional después de 2007, la tasa de crecimiento de la productividad manufacturera de EE. UU. disminuyó su velocidad de crecimiento casi a la mitad de la no manufacturera. Durante el lapso de expansión económica más acelerado, de 1990 a 2007, el crecimiento de la productividad en la industria manufacturera fue casi el doble que la no manufacturera.
Esto significa que el crecimiento de la productividad es más rápido en el sector manufacturero que en el de servicios, en momentos en que uno de los objetivos de la economía de China es disminuir la brecha con las más avanzadas economías. En términos generales, la productividad es un factor decisivo. Por ejemplo, el Instituto Global McKingsey, basado en su experiencia internacional, calcula el potencial a largo plazo de sectores económicos de China como se muestra en la tabla 1.
El más elevado potencial de crecimiento anual de la productividad es de un 8 % en la I+D de productos manufacturados, 6 % en productos de capital intensivo y un 5 % en bienes de consumo. Esto puede compararse solamente con el 4 % de los servicios no financieros y el 1 % de los servicios financieros.