La tasa de inflación anual de los 19 países que tienen la moneda común europea es ligeramente superior a la que anticiparon los analistas entrevistados por el proveedor de servicios financieros Factset, que preveían una tasa del 1.4 por ciento.
El BCE considera que una inflación anual ligeramente inferior al 2% es indicativo de la buena salud de la economía, pues corresponde, según la entidad, a la definición de la estabilidad de los precios.
El alza de los precios en agosto se explica, principalmente, por el aumento de los precios de la energía, que subieron fuertemente (+4.0%) tras cuatro meses al ralentí.
La inflación subyacente (sin contar la energía, productos alimentarios, bebidas alcohólicas y tabaco, productos particularmente volátiles) se mantuvo estable, en 1.2%, el mismo nivel que en julio.