Por Laura Olivera Sala
Hace muchos años atrás, durante la dinastía Tang, el emperador Xuanzong se enamoró pérdidamente de la esposa de su hijo, la princesa Yang Yuhuang (considerada una de las cuatro bellezas de la antigua China).
Cegado por este amor, decidió conquistarla y finalmente, obligó a la princesa a separarse de su esposo, el príncipe Li Mao, y a convertirse en una monja taoísta. Años más tarde, Yang regresó al palacio y asumió el título de consorte imperial en primer grado.
En los años 755 y 756 una rebelión militar forzó al emperador a huir de la capital Chang'an (ahora Xi'an) que había sido tomada por los rebeldes.