Pasión por el tango tiende puente cultural entre China y Argentina
2017-04-18 11:22:52 XINHUA-CRI
  Una pareja sino-argentina está acercando las culturas de sus respectivos países gracias a su pasión por el tango.


Imagen del 13 de abril de 2017, de Shelly Hou (i) y Juan Berthier (2-i) impartiendo una clase de tango para alumnos extranjeros en un estudio, en Buenos Aires, capital de Argentina. Una pareja sino-argentina está acercando las culturas de sus respectivos países gracias a su pasión por el tango. Shelly Hou y Juan Berthier viven y bailan en esta ciudad argentina. La pareja imparte clases y se deja ver por el Salón Canning, donde se celebran "milongas", espacios en los que aficionados al tango se reúnen para bailarlo y disfrutar de la música "porteña", en el barrio de Palermo. Hou nació en Shanghai, en una familia tradicional de China. "Estudiaba y trabajaba en Shanghai, como tantos otros. Un día viendo la televisión, vi el tango argentino y me enamoré de ese baile. Después, fui de vacaciones 15 días a Buenos Aires y en 2013 decidí mudarme para aprender tango y castellano", recordó. Hou contó que conoció a su pareja en la Universidad Nacional de las Artes (UNA), a la que ambos asistían para aprender el tango. "Fuimos compañeros durante un año y terminamos como pareja, bailando juntos", agregó Berthier. La pareja simboliza el acercamiento entre China y la región, las buenas relaciones que hay entre el país asiático y, en este caso, Argentina. Ahora, movidos por la pasión, ambos cultores del género reciben alumnos de China, pero también locales y de otros países, como Estados Unidos de América y Canadá. (Xinhua/Martín Zabala)

  Shelly Hou y Juan Berthier viven y bailan en esta ciudad argentina. La pareja imparte clases y se deja ver por el Salón Canning, donde se celebran "milongas", espacios en el que aficionados al tango se reúnen para bailarlo y dar rienda suelta a su pasión por la música "porteña", en el barrio de Palermo.

  Hou nació en Shanghai, en una familia tradicional de China. "Estudiaba y trabajaba en Shanghai, como tantos otros. Un día viendo la televisión, vi el tango argentino y me enamoré de ese baile. Después, fui de vacaciones 15 días a Buenos Aires y en 2013 decidí mudarme para aprender tango y castellano", recordó.

  La pareja simboliza el acercamiento entre China y la región, las buenas relaciones que hay entre el país asiático y, en este caso, Argentina.

  "Desde chico tuve mucho interés por las cosas de Oriente. Al volver aquí tras vivir varios años allí, entre India e Indonesia, un amigo mío me dijo de ir a La Viruta (espacio tradicional dedicado al baile). Allí me enganché con el tango", explicó Berthier.

  Hou contó que conoció a su pareja en la Universidad Nacional de las Artes (UNA), a la que ambos asistían para aprender el tango.

  "Fuimos compañeros durante un año y terminamos como pareja, bailando juntos", agregó Berthier.

  "Empezamos a practicar juntos, y me sorprendió que él sabía muchas cosas orientales, por ejemplo, sobre medicina china, de la historia de China y otras culturas, tuvimos muy buena onda. Avanzamos juntos en el tango, tomamos clases, practicamos y trabajamos juntos", relató la bailarina.

  Hou destacó que "con las ventajas de dos culturas, abrimos clases regulares de tango en Buenos Aires, especialmente para los chinos que viven y viajan acá y quieren aprender tango. Allí hablamos de las experiencias de cada uno, en China y en la Argentina. Gracias al tango conocí a mi novio y compañero" de baile.

  Ahora, movidos por la pasión, ambos cultores del género reciben alumnos de China, pero también locales y de otros países, como Estados Unidos o Canadá.

  "Las clases no son solo sobre tango, también son un lugar para recibir nuevos amigos de todos lados, para compartir culturas, ideas y experiencias juntos, en especial entre argentinos y chinos", celebró Hou.

  Al explicar de qué se trata el tango, la mujer afincada en el país sudamericano no dudó en afirmar que "es un baile misterioso y bello que representa a la Argentina. Por el tango, más chinos como yo conocimos este país, su cultura y su gente, y por fin nos reunimos juntos como una familia".

  "Me convertí en una china 'porteña' por el tango. Llegué acá sola, sin saber nada y sin conocer a nadie, empecé a aprender el castellano y el tango, y empecé a conocer más al país. El tango no es solo un baile de la Argentina, sino que también representa a la cultura de Argentina", enfatizó.

  "Con los amigos del ambiente del tango compartimos el mate (infusión tradicional de la región), escuchamos y cantamos tango, bailamos en milongas todas las noches", subrayó.

  Ahora, resaltó Berthier, la pareja prepara un viaje a China. "Queremos enseñar tango allá", se entusiasmó.