Las zonas pobres y la población necesitada constituyen los principales puntos débiles en el proceso de culminar la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada.
Debemos efectuar a fondo una actuación afinada en la prestación de ayuda contra la pobreza y en la liberación de la misma. A tal respecto, este año haremos que la población rural necesitada disminuya en más de 10 millones de personas, incluidas 3,4 millones que serán trasladadas a lugares más convenientes para su manutención. La hacienda central aumentará en más de un 30 % los fondos especiales destinados a la ayuda contra la pobreza.
Hay que fortalecer la explotación de las zonas colindantes con dificultades especiales y las antiguas bases revolucionarias; mejorar las infraestructuras y los servicios públicos; promover la ayuda contra la pobreza mediante el desarrollo de sectores con peculiaridades propias, la movilidad de la mano de obra, la generalización de la educación y el fomento de los servicios sanitarios; y ejecutar obras tendentes a promover el ascenso general de las aldeas pobres, con el fin de acrecentar la capacidad de autodesarrollo de las zonas pobres y de la población necesitada.