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Baile en sillas de ruedas
2009-04-07 11:16:30   CRI

Al ritmo de la primavera, se ha celebrado recientemente en Beijing un concurso internacional de baile en sillas de ruedas. El concurso ha contado con más de setenta participantes procedentes de once países y regiones, incluidos Japón, Corea del Sur y China. Los concursantes, además de mostrar el peculiar encanto del baile en sillas de ruedas, impresionaron vivamente al público con su valor y su fuerza de voluntad.

El baile en sillas de ruedas provoca en los espectadores una sensación visual conmovedora. En la especialidad mixta participan dos bailarines: uno con discapacidad y otro sin discapacidad. A pesar de no poder utilizar las piernas, los practicantes de esta modalidad de baile manejan las sillas de ruedas con tal destreza que esta parece formar parte de su cuerpo. La fuerza desplegada con las sillas de ruedas compensa las limitaciones de su lenguaje corporal, permitiéndoles así expresar su concepción de la danza y su amor por este arte.

El mejor resultado de los concursantes chinos fue el obtenido por Chen Si y Sun Hao, de la provincia de Shanxi, quienes ganaron el tercer premio en la categoría de baile latino mixto. Chen Si, una bella joven de 22 años que se desplaza en silla de ruedas, empezó a aprender danzas folclóricas a los cinco años, naciendo en ella una gran afición por la danza. Pero cuando tenía 12 años, perdió ambas piernas a consecuencia de un accidente de tráfico. Durante el largo tiempo que Chen Si tardó en sobreponerse a tan duro golpe, la danza fue para ella un tema tabú:

"Después del accidente, no quería ni oír hablar del baile. Mi madre se deshizo de todo lo que tuviera que ver con la danza, incluidos los diplomas de honor y las fotos".

Pero en lo hondo de su corazón, Chen Si seguía amando la danza. En diciembre del 2008, el Centro de Administración de los Juegos Paralímpicos de China solicitó practicantes de baile en sillas de ruedas, noticia que puso fin a los diez años de silencio de Chen Si y encendió de nuevo la luz de la esperanza en su corazón. Al enterarse de la situación de la joven, dicho centro la admitió de inmediato. La propia Chen Si nos explica cómo se sintió en aquel momento:

"Al recibir la noticia me sentí muy emocionada. Para mí, era un sueño convertido en realidad. De pequeña, me encantaba la danza, pero el accidente me obligó a dejarla. En diciembre del año pasado tuve mi primer contacto con el baile en silla de ruedas y, llena de excitación, comprobé que podía volver a bailar".

Animada por la emoción, Chen Si empezó a aprender a bailar en su silla de ruedas. Gracias a su sólida base artística, en sólo tres meses hizo grandes progresos, algo que, por otra parte, no habría sido posible sin la ayuda de Sun Hao, su pareja de baile.

Sun Hao, de 26 años, empezó a practicar el baile deportivo a los 15 años. La presencia de Sun Hao, bailarín profesional, ayudó a Chen Si a recordar los fundamentos de la danza y a redescubrir su sentido en poco tiempo. Sun Hao tenía ya mucha experiencia, pero no se inició en el baile en silla de ruedas hasta finales del 2008, de ahí que para él este tipo de baile fuera algo completamente nuevo. Los dos jóvenes empezaron así a explorar un mundo totalmente nuevo para ellos. Una vez, Sun Hao se llevó un buen susto: lanzó a Chen Si para dar cuatro vueltas, pero debido a la falta de prácticas, la joven se cayó junto con su silla de ruedas. Desde entonces, cada vez que realizan este movimiento durante los entrenamientos, Sun Hao sujeta fuertemente a Chen Si para que no se caiga. Sun Hao confiesa que aún no ha superado su temor a este movimiento.

"Sigo sintiéndome incapaz de superar el obstáculo que representa este movimiento."

Pero Chen Si lo recuerda con una sonrisa:

"Siempre que hacemos este movimiento, Sun Hao se pone muy nervioso porque tiene miedo de que me caiga."

Durante los entrenamientos, la destreza y la experiencia de Sun Hao ayudan mucho a Chen Si. Al mismo tiempo, el experimentado bailarín se siente impresionado ante la constancia y la fuerza de voluntad de su pareja. El día en el que Chen Si se cayó con la silla, Sun Hao se aprestó a levantarla del suelo, pero ella rechazó su ayuda diciéndole que podía levantarse sola, actitud que le conmovió hondamente. Al principio, lo único que Sun Hao sentía por las personas con alguna discapacidad era compasión, algo que en realidad no necesitan para nada. Pero poco a poco fue valorando cada vez más la firmeza espiritual de estas personas:

"Al comienzo, sentía pena por mis parejas de baile, ya que, al fin y al cabo, son personas con algún tipo de minusvalía. Pero su fuerza de voluntad me demostró que son personas perfectamente sanas y comprendí que el hecho de tratarlas como tales les ayuda a mantener su equilibrio psicológico. Creo que la firmeza espiritual de estas personas es una lección para todos".

Después de tres meses practicando el baile en silla de ruedas, Chen Si se siente más segura de sí misma y sonríe más que antes. Su vida resplandece de nuevo y la joven alberga ambiciosos planes para el futuro: además de seguir bailando en silla de ruedas, animará a otras personas que se encuentran en su misma situación a practicar esta modalidad de danza:

"Me gustaría mucho contribuir a la difusión de esta actividad. Esta ha sido la primera vez que China ha organizado un concurso de baile en sillas de ruedas. Estoy segura de que con el tiempo nuestro nivel superará el de otros países".

 

 
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