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Breve historia del Tíbet
2009-03-17 14:11:34   CRI

China es un único país integrado por numerosas etnias. Desde mediados del siglo XIII, momento en que pasó a formar parte del territorio chino de la dinastía Yuan, el Tíbet ha permanecido siempre bajo la jurisdicción del gobierno central de China.

Hace más de 2000 años, ya existían relaciones entre los habitantes del Tíbet y los chinos han del interior del país. A principios del siglo VII, la dinastía Tang extendió su hegemonía por toda China. En la misma época, el rey tibetano Songtsen Gampo unificó las tribus de la meseta tibetana y fundó el imperio Tubo. Como gesto de amistad hacia los Tang, Songtsen Gampo contrajo matrimonio con Wencheng, princesa de esta dinastía china, lo que le facilitó la asimilación de los avances tecnológicos, políticos y culturales de los Tang. Durante largo tiempo, el imperio Tubo y la dinastía Tang mantuvieron una relación y una cooperación amistosa en diversos ámbitos, entre ellos el político, el económico y el cultural.

En 1271, el príncipe mongol Genghis Khan fundó la dinastía Yuan. Pasados ocho años ya había unificado toda China, incluido el Tíbet, que pasó a ser una división administrativa subordinada directamente a la dinastía Yuan. Sobre el gobierno central de los Yuan recaía la responsabilidad de nombrar a los funcionarios encargados de los asuntos tibetanos, el más importante de los cuales era el conocido como tutor imperial. Durante la dinastía Yuan, se establecieron infinidad de postas en el Tíbet y en tres ocasiones se enviaron funcionarios a esta región para elaborar otros tantos censos de su población.

Entre mediados y finales del siglo XIV, la dinastía china de los Ming despachó enviados al Tíbet para conferir títulos honoríficos, entre ellos los de príncipe y príncipe del Dharma, a los líderes de las poderosas sectas religiosas tibetanas, líderes cuyo nombramiento y sucesión eran ratificados por los emperadores chinos. El gobierno central de los Ming heredó de sus predecesores, los Yuan, la facultad de administrar el Tíbet.

A mediados del siglo XVII, momento en la que la dinastía Ming fue reemplazada por la Qing, el gobierno central de esta última promulgó una serie de normas y reglamentos sobre la administración del Tíbet. En aquel entonces, la secta lamaísta dominante en el Tíbet era la de los Gelug-pa o gorros amarillos, secta a la que pertenecen los dos Budas Vivientes, el Dalai Lama y el Panchen Lama. En 1652, el eminente lama Losang Gyatso fue recibido en audiencia por Shunzhi, emperador de la dinastía Qing, quien al año siguiente le confirió el título de V Dalai Lama y le hizo entrega del libro de confirmación así como del sello de oro que acreditaba su autoridad. En 1713, Kangxi, tercer emperador de la dinastía Qing, ratificó el título honorífico de Panchen Lama, otorgado por el V Dalai Lama a su maestro. A partir de entonces, los dos Budas Vivientes, el Dalai Lama y el Panchen Lama, se afianzaron como las máximas autoridades política y espiritual, respectivamente, de la región del Tíbet.

En el siglo XIX, las potencias occidentales aprovecharon la decadencia de la dinastía Qing para penetrar en China, pese a lo cual la soberanía sobre el Tíbet permaneció en manos de dicha dinastía. Las grandes transformaciones históricas propiciadas por la Revolución de 1911 contribuyeron al derrocamiento de la dinastía Qing y desembocaron en la fundación de la República de China, cuyo gobierno siguió administrando la región del Tíbet.

En 1949, se fundó la República Popular China. Dos años más tarde, en 1951, representantes del Gobierno Central y del gobierno local del Tíbet lograron un consenso sobre varias cuestiones relacionadas con la liberación pacífica del Tíbet. Según lo acordado, el Gobierno Popular Central se encargaría de los asuntos exteriores del Tíbet y se comprometía a respetar las costumbres del pueblo tibetano así como a proteger sus creencias y su libertad religiosa. Tanto el Dalai Lama como el Panchen Lama enviaron telegramas al presidente chino Mao Zedong para expresar su adhesión al acuerdo y su apoyo a la salvaguardia de la unidad y la soberanía de la patria. El acuerdo recibió asimismo el firme respaldo de los monjes, los laicos y los dirigentes de las diversas regiones del Tíbet.

En 1954, el XIV Dalai Lama y el X Panchen Lama se trasladaron a Beijing para tomar parte en la I Sesión de la I Asamblea Popular Nacional (APN) de la República Popular China. En el transcurso de esta reunión, el Dalai Lama y el Panchen Lama fueron elegidos, respectivamente, vicepresidente y miembro del Comité Permanente de la APN.

En marzo de 1959, la camarilla reaccionaria formada por la clase alta del gobierno local del Tíbet se levantó en armas con el fin de separar al Tíbet de la patria, restablecer el sistema feudal basado en la servidumbre y oponerse a la reforma democrática. Sofocada la rebelión, el Dalai Lama se refugió en la India. El 28 de marzo del mismo año, el Gobierno Popular Central ordenó la disolución del gobierno local del Tíbet, siendo transferidas su autoridad y sus funciones al Comité para la Fundación de la Región Autónoma del Tíbet. Paralelamente, el Gobierno Popular Central, haciéndose eco de la voluntad del pueblo tibetano, implementó la reforma democrática y abolió el sistema feudal. Gracias a estas medidas, un millón de siervos y esclavos tibetanos lograron la manumisión, es decir, recuperaron la libertad y, con ello, el derecho a ser dueños de su destino.

Este año se conmemora el cincuentenario de la reforma democrática del Tíbet. En enero, conforme a la voluntad del pueblo tibetano, la Asamblea Popular de la Región Autónoma del Tíbet declaró el 28 de marzo Día de la Emancipación de los Siervos.

 
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