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La trasmisión y el enriquecimiento del legado de medicina tibetana tradicional
2009-03-17 11:11:59   CRI

La medicina constituye una parte muy peculiar de la cultura tradicional tibetana. Basada en una teoría integral cuyos orígenes se remontan a hace más de 2300 años, dispone asimismo de sus propios tratamientos terapéuticos. En el programa que ahora comienza, vamos a presentarles dos de los principales métodos empleados en la preparación de medicinas tibetanas: el refinado del mercurio y la confección de la píldora rin chen chamjor.

El refinado del mercurio, conocido en tibetano como zodrup chen mo, es un procedimiento utilizado desde hace generaciones por prestigiosos médicos para preparar la zota, considerada la reina de las medicinas tibetanas. Su singular efecto curativo se obtiene tras haber frotado, restregado, hervido y molido mercurio, procedimiento mediante el cual se elimina su toxicidad.

Esta técnica se transmite oralmente de maestros a discípulos escogidos, lo que explica que sean muy pocos quienes la dominan. Uno de ellos es Nyima Tsering, director del Instituto de Medicina Tibetana de la región autónoma del Tíbet.

Nyima Tsering, de 49 años, empezó a ejercer la medicina cuando era adolenscente. Su gran interés por la medicina tradicional de su etnia le llevó a estudiar con reconocidos farmacéuticos. Khro ru Tshe rnam, célebre farmacólogo tibetano ya fallecido y director de dicho instituto, no tardó en percatarse de la diligencia de Nyima Tsering, así como de su elevado nivel cultural y excelentes cualificaciones, virtudes todas ellas que le convertían en el candidato ideal para heredar los secretos de la refinación del mercurio. Nyima Tsering nos explica la importancia de esta técnica:

"Si se domina la técnica de refinación del mercurio, resulta fácil asimilar los métodos para combinar sustancias medicinales poco habituales, incluido el método para fundir oro. Y si se conoce a fondo el proceso de preparación de la píldora rin chen chamjor, entonces uno puede confeccionar casi cualquier medicina tibetana. Por eso, estos dos métodos son fundamentales para elaborar preparados farmacéuticos a base de hierbas medicinales tibetanas".

El refinado del mercurio, el proceso farmacéutico más sofisticado de la medicina tibetana, comprende las tecnologías tradicionales más avanzadas. La transformación del mercurio en una medicina inocua con singulares virtudes terapéuticas se halla rodeada de un halo de leyenda. La preparación de las sustancias medicinales, marcadamente influida por elementos religiosos, va acompañada de observaciones astrológicas, de la elección de las fechas más propicias y de rezos en alabanza de los budas, todo lo cual cubre el proceso con un velo de misterio.

Dorje, subgerente general de la Corporación Farmacéutica Tibetana, subordinada al Instituto de Medicina Tibetana de la Región Autónoma del Tíbet, es un experto en refinar mercurio. Como él mismo nos explica, a pesar de la introducción de tecnologías y materiales modernos, el proceso sigue basándose predominantemente en los métodos tradicionales:

"El método que empleamos para refinar el mercurio sigue siendo el tradicional. Todo el proceso lo realizamos en la sombra, sin luz, y tomamos estrictas medidas para protegernos de las sustancias tóxicas. Lo primero que hay que hacer es remojar los delantales y las mascarillas de gasa en licor de qingke, una variedad de cebada que crece en la meseta Qinghai-Tíbet. Quienes refinan el mercurio se untan la cara con una pomada especial. Además, les recomendamos que coman más ajo y más carne cruda de cabra y de res. Para garantizar la desinfección, toman qingke antes de las comidas; y cuando están llevando a cabo el refinado, una vez cada hora. Pero también es cierto que usamos algunos aparatos modernos: por ejemplo, hemos sustituido los hornos que utilizan excrementos como combustible por otros alimentados con electricidad o gas líquido; y para la molienda ya no usamos aparatos hechos con cuero, sino tazones de piedra.

Desde el inicio de la reforma democrática en 1959 y, sobre todo, tras la puesta en marcha de la política de reforma y apertura en 1979, gracias al fomento de la protección y el desarrollo de las culturas tradicionales favorecido por el Gobierno Central, la medicina tibetana tradicional ha experimentado avances extraordinarios. En el 2006, los métodos para refinar mercurio y elaborar la píldora rin chen chamjor fueron incluidos en la primera lista del Patrimonio Nacional Inmaterial. Al mismo tiempo, con el fin de eliminar el obstáculo que representaba la escasez de fondos para el aprovechamiento industrial de la medicina tibetana, el gobierno de la región autónoma del Tíbet estableció centros para la producción de hierbas medicinales, centros en los que además se realizan investigaciones sobre cultivos experimentales de plantas en peligro de extinción. Estas y otras iniciativas han insuflado un renovado vigor al desarrollo de la medicina tibetana tradicional.

Antes de la reforma y la apertura, solo había una compañía dedicada a la fabricación de productos farmacéuticos tibetanos; hoy en día, ya hay diecinueve. De las más de trescientas sesenta medicinas tibetanas, una veintena se encuentran entre las medicinas tradicionales chinas protegidas por el Estado. El hecho de que muchas de ellas se vendan tanto dentro como fuera de China ha convertido esta industria en uno de los pilares económicos de esta región autónoma. Li Qian, secretario del Comité del Partido del Instituto de Medicina Tibetana, recalcaba así la importancia de la formación de personal:

"Gracias a los 7 millones de yuanes invertidos por el Gobierno Central, en 1989 pudimos abrir el Instituto de Medicina Tibetana de la Región Autónoma del Tíbet. En los diecinueve años transcurridos desde entonces, se han graduado 1508 alumnos. Entre 1998 y el 2007, el Estado ha invertido 150 millones de yuanes en la formación de personal de distintos niveles de capacitación".

Apoyado por los departamentos correspondientes, el Instituto de Medicina Tibetana colecciona y rescata valiosos manuscritos, cuyo contenido, combinado con la experiencia práctica, proporciona valiosos materiales para la elaboración de materiales docentes sobre la refinación del mercurio. Estos materiales, de amplio uso en los institutos dedicados a la enseñanza de la medicina tibetana, han venido a llenar una gran laguna en este terreno, sentando así una sólida base teórica para la protección y la transmisión de este antiguo método farmacológico. Nyima Tsering comentó al respecto:

"En 1997, la mayoría de los profesores y de los estudiantes ya habían asimilado los principios teóricos de la refinación del mercurio. Luego, montamos un laboratorio farmacéutico para que nuestro personal pudiera llevar a cabo experimentos. Eso nos permitió rescatar y perfeccionar el proceso de refinación del mercurio, el más importante de su tipo dentro de la medicina tibetana, y, por consiguiente sentar una sólida base para su ulterior desarrollo".

En cuanto a la píldora rin chen chamjor, singular preparado farmacéutico tibetano de propiedades casi mágicas, ha sido incluida en la farmacopea de la República Popular China. Dadas sus múltiples aplicaciones, entre ellas la prevención de la gripe y el fortalecimiento del sistema inmunológico, las familias tibetanas la consideran una medicina indispensable. Cuesta creer que una píldora tan pequeña contenga alrededor de doscientos ingredientes vegetales y minerales, incluidos oro, plata, nácar y almizcle. De las plantas presentes en su fórmula, más de un centenar se encuentran únicamente en la meseta Qinghai-Tíbet. Los orígenes de la píldora rin chen chamjor, el medicamento tibetano por excelencia, se remontan al siglo VIII.

Hoy en día, numerosas empresas farmacéuticas tibetanas aprovechan y protegen los remedios de la medicina tibetana tradicional, contribuyendo así a poner estos medicamentos de efectos casi milagrosos al alcance de un mayor número de enfermos.

 

 
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