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El embajador de España en China, Sr. Carlos Blasco Villa
2009-03-12 16:22:44   CRI
El embajador de España en China, Sr. Carlos Blasco Villa, concedió el miércoles en Beijing una entrevista al Servicio de Español de Radio Internacional de China. Se refirió entre otros temas, al Informe sobre la Labor del Gobierno, presentado el día 5 de este mes por el Primer Ministro chino Wen Jiabao ante la sesión anual de la XI Asamblea Popular Nacional y a la importancia de las políticas adoptadas por el Gobierno chino para afrontar la crisis financiera internacional. A continuación, escuchemos sus palabras:


Tuve ocasión de asistir a la inauguración de las sesiones de la Asamblea Nacional, y escuchar directamente, y al mismo tiempo leer el discurso del Primer Ministro Wen, un discurso muy largo, muy denso, duró más de dos horas.

El año pasado fue muy particular para todo el mundo. En los últimos meses tuvieron lugar acontecimientos que afectaron a todas las economías mundiales: primero, la crisis financiera y luego la económica.

En el caso de China, el 2008, pesar de ser un año que acababa en 8 y por tanto año de suerte, comenzó con las fuertes nevadas en el sur, extraordinarias, que tuvieron un efecto enorme sobre la población y la economía chinas. A continuación, tuvimos el terremoto en Sichuan, con una repercusión tremenda sobre esta provincia, que provocó la solidaridad no solo del pueblo, sino también a nivel internacional, luego China preparó los Juegos Olímpicos, lo que supuso un esfuerzo económico extraordinario: hacer unas instalaciones tan impactantes y espléndidas como el Nido de Pájaro, el Cubo de Agua, el Estadio Olímpico, las piscinas.

La crisis financiera y económica afecta a todo el mundo y por tanto a China, que es una economía globalizada ya, muy dependiente del extranjero, ya que su crecimiento depende de la exportación, en gran medida. Tenía razón el Primer Ministro Wen, cuando dijo que el 2008 tuvo acontecimientos excepcionales para China.

Creo que la respuesta ha sido muy positiva, tanto la primera mitad del año. Las nevadas y el terremoto de Sichuan tuvieron una respuesta muy solidaria del pueblo chino. Especialmente, el terremoto de Sichuan fue muy bien gestionado por las autoridades chinas. El primer ministro estuvo desde el primer momento presente en el lugar de los acontecimientos, personalmente, y siguiendo directamente las actuaciones del ejército y las fuerzas de seguridad durante el rescate de las víctimas.

La respuesta fue muy adecuada y con una gran transparencia informativa, lo cual creo que es muy positivo, pues de esta manera, se propició un conocimiento más inmediato, y por tanto mayor solidaridad, del pueblo chino y del mundo en general. También fueron positivas las ayudas de los chinos en el extranjero, chinos en China. El propio gobierno dedicó una parte del presupuesto público, si no recuerdo mal el 10 % del presupuesto público para la reconstrucción de Sichuan y por tanto creo que la respuesta fue adecuada.

También he dicho que la preparación de los JJOO fue espléndida. Creo que se desarrollaron de forma espléndida, muy positiva. No hubo grandes dificultades. China deslumbró al mundo con un gran despliegue de organización, la grandeza de las instalaciones, y luego el resultado deportivo, que fue muy positivo para China: por primera vez fue la campeona en medallas, lo cual era un récord difícil.

La actitud del gobierno chino de cara a la crisis financiera y económica ha sido de gran colaboración desde el principio. China ha manifestado su disponibilidad a encontrar soluciones dialogadas, prestándose siempre a consultar con los demás países que pueden liderar la economía mundial: G-7 o G-20, y yo creo que en ese sentido, la reacción del gobierno chino ha sido positiva a pesar de las adversidades de 2008.

En la primera reunión del G-20, en Washington, China puso de manifiesto su disponibilidad para encontrar soluciones de forma dialogada, no unilateral, lo cual es muy positivo, evitando cualquier tentación proteccionista. Ya tuvimos una experiencia en los años 30 del siglo pasado, con un crack tan tremendo, como este o más grande, y que fue más negativo porque las reacciones de los países fueron de insolidaridad, egoístas, cada uno procuró salvarse por sí mismo. Esta actitud nos es posible en la economía globalizada que vivimos en estos tiempos.

China lo ha entendido muy bien. China tiene una gran dependencia del comercio exterior. Casi el 40 % del PIB chino es comercio exterior y por tanto China está consciente de que en una época de crisis, cualquier solución que sea unilateral o proteccionista puede perjudicarla tremendamente. Además, China ha manifestado que su mejor colaboración, aparte de su participación en los organismos de regulación de las finanzas internacionales, en el Fondo, el Banco Mundial. Esa ayuda de China es imprescindible, porque es el país que dispone de más reservas de divisas del mundo: está en torno a 2 billones de dólares, el mayor tenedor de bonos americanos; por tanto, la estabilidad de EEUU depende de China.

China siempre ha manifestado su disposición a colaborar, y ya digo que su mejor aporte es mantener su propio crecimiento: si la economía china es capaz de crecer el próximo año en torno al 8 %, sería una buena noticia para todo el mundo. Eso significaría que actuaría como una especie de locomotora. Ese papel que han jugado en otras ocasiones EEUU, Alemania, o Japón, también lo puede desempeñar China, no sola; otros países también tendrán que colaborar. Creo que para la solución de esta crisis, es fundamental que colaboren economías fuertes como EEUU y China,

La situación es más complicada para Japón. Las cifras de la economía japonesa no son muy positivas, pero las de China sí. China es uno de los pocos países que incluso el año pasado cerró con un crecimiento del 9 %, que ya lo querríamos los demás.

Este año, las previsiones van hacia el 8 % y esto puede ser un aporte importante de China al sostenimiento de la economía internacional y a la superación de esta crisis. Como consecuencia de eso, y según la disposición, el premier Wen primero visitó Davos, donde tuvo una intervención muy positiva en el foro económico mundial. Después visitó 4 países europeos, para de alguna forma recomponer las relaciones con la UE, que se vieron, digamos un poco deterioradas, por razones que no hace falta ahora traer al caso, a finales del años 2008.

La parte china manifestó su deseo de mantener una relación estrecha con Europa para poder cooperar y poder encontrar soluciones comunes; por tanto, esa actitud la consideramos muy positiva. España fue uno de los países visitados y a continuación de esa visita fue enviada una misión de compras a España, que estaba dirigida por el ministro de Comercio, en la cual participaron cerca de 200 empresas chinas.

Con respecto a esta misión, nosotros la hemos visto como una muestra de la voluntad de China de mantener abierta su economía. Tengo que decir que los resultados no han sido tan voluminosos como cabía esperar. Fue una cifra relativamente modesta la que se consiguió de contratos: un poco más de 300 millones de dólares, lo cual realmente es relativamente poco.

Quizás esa misión tenía que haber sido preparada con más tiempo, quizás hubiera sido mejor que los empresarios chinos hubieran estado más tiempo en España para que hubieran visto qué podían comprar allá en los sectores que visitaron, como el de la alimentación, el siderúrgico, el textil, el de automóviles, alta tecnologías, energías renovables; en España disponemos de unas de las tecnologías más avanzadas del mundo.

Quizás la misión fue muy corta en el tiempo; y ese tipo de misiones, si somos honestos y si queremos que sea una misión de compras, necesita que los empresarios tengan más tiempo para encontrarse, que los empresarios hubieran estado más tiempo en España de manera que hubieran podido visitar los centro de venta, los de desarrollo y las fábricas españolas, para que hubieran podido ver qué cosas podían comprar en España.

Nos pareció muy positiva esa primera visita; pero creo que tiene que ser seguida de más visitas y durante más tiempo. España es un caso especial dentro de los países visitados: es el país que tenía un déficit más "abultado" y sobre todo en términos relativos. China exporta a España, en torno a este año que acaba de terminar, más de 20 mil millones de euros. Según las estadísticas, España exporta a China un poco más de 2 mil millones. Hay una proporción casi de 1 a 10. Hemos aumentado: el año anterior era de 1 a 9, y este año casi va a ser de 1 a 10 porque hemos tenido un mal cierre de año.

El último trimestre ha sido muy difícil para el intercambio comercial internacional, y por tanto, yo creo que debíamos haber preparado más cuidadosamente esta misión, con más participación de la parte española. La misión estuvo preparada sobre todo por la parte china, pues era China quien la organizaba; pero a mí como embajador de España, me hubiera gustado una mejor preparación y además nos parece muy positiva la misión.

El primer ministro Wen Jiabao es consciente de que un desequilibrio tan fuerte entre nuestros intercambio comerciales no es sano, ni sostenible en el tiempo, porque España es una economía desarrollada, una economía en dimensión de PIB del mundo; entonces se entiende mal que no seamos capaces de tener un comercio más equilibrado. Evidentemente, no se puede forzar, pero sin dudas, en España hay más productos que se pueden exportar a China, y deberíamos dar una oportunidad a los empresarios chinos para que los descubrieran. Ya digo que me parece positivo el desplazamiento, pero creo que ha sido un poco precipitada la preparación porque creo que no ha sido suficiente.

Además quería hacer observar que la apertura de la economía china debe ser no solamente en bienes y en la compra de mercancías, sino también en otro tipo de intercambios económicos, como puede ser la facilitación de la inversión española aquí, mejor acceso a las condiciones de licitación de los proyectos públicos que se van a hacer al amparo del plan chino de impulso a la economía: los famosos 4 billones de yuanes.

Tengo que reconocer que todavía, el acceso de las empresas extranjeras es difícil, que son discriminadas a favor de las empresas chinas y sobre todo tener en cuenta que una economía es abierta, si es abierta en todos los sectores, no solo en el sector de mercancías, sino también en el de servicios: Por tanto nos gustaría ver una mayor apertura por parte china en el sector bancario, por ejemplo: que tengan interés para España, en el sector de las telecomunicaciones, seguros, transportes, en el sector ferroviario; o sea, no solamente bienes, sino también servicios.

Los países occidentales, y España también, disponemos de una alta tecnología y más posibilidades. China en el sector tradicional de comercio de bienes y manufacturas es muy competitiva, porque tiene una estructura de costes más baja que la de los países occidentales por tanto estamos satisfechos.

Nos parece una buena idea este intercambio de misiones, pero creo que tenemos que ser muy cuidadosos en su preparación para no provocar decepciones. Nosotros habíamos pensado que había más posibilidades o que se podían haber hecho más cosas; pero es una primera experiencia que nos parece positiva. Queríamos que estas misiones fueran de más duración. Tampoco hace falta que se desplacen los 200 a los 4 países, pues a lo mejor, ahora, a España van entre 20 y 30 empresas en una segunda misión, de inversión; ahora no es para comprar: es para invertir en España, que también nos parece positivo. Es una continuación de la misión anterior. Ahora se complementa con una misión de posibles inversiones chinas en España.

Obviamente España es competitiva en el sector agroalimentario, automovilístico. España es un país especializado en la producción de piezas de automóviles, en el sector siderúgico, incluso en el sector textil hemos sido durante mucho tiempo una potencia, en modas, confecciones: este es un sector donde los socios chinos probablemente van a tener muchas posibilidades.

Nos parece muy bien la reunión que hubo en Barcelona a finales de octubre del año pasado, cuando se desarrolló un encuentro de negocios: Business China- Europe Meeting, el cual mostró las posibilidades de que España tiene de ser enlace entre China y otros países, sobre todo de América del Sur.

Han sido bienvenidas las dos misiones, pero tenemos que hacen grandes esfuerzos para que los resultados se encuentren al nivel de las expectativas. No obstante fueron positivas y yo creo que es una gran oportunidad para que los empresarios chinos y españoles tengan un punto y un lugar de encuentro y puedan establecer sus relaciones y vínculos para continuar esta política de incrementar las exportaciones España-China, para conseguir un saludable equilibrio en nuestros intercambios comerciales.

Es un tema que venimos discutiendo desde hace mucho tiempo. Realmente, No sabemos cuándo tocará fondo la crisis, que sigue golpeando muy negativamente a las economías de todos los países, incluida China, EEUU y España.

Yo creo que un dirigente político debe marcarse metas ambiciosas; y si los dirigentes políticos no piensan que es posible hacer una cosa como crecer al 8 %, que los economistas dicen es lo mínimo que China debe crecer.

¡Ya quisiéramos los países crecer al 8 % en la economía occidental! Desearíamos todos crecer al 8 %, pero por desgracia vamos a decrecer. En el caso de España, las previsiones del gobierno, (criticadas de optimistas) apuntan a un decrecimiento de 1,6 %, pero un crecimiento del 8 % en China, según la opinión más generalizada es lo necesario para que en la nación asiática no se produzcan situaciones masivas de desempleo.

Evidentemente, si se producen situaciones masivas de desempleo (y España va a sufrir una situación parecida), aparece una alteración de la calma social, porque la gente se queda sin empleos y no tiene ingresos, lo cual produce una inseguridad social no deseable. Por tanto, yo creo que el primer ministro ha hecho muy bien en animar a los empresarios chinos y a las fuerzas productoras chinas a conseguir el objetivo del 8 %. Personalmente, creo que es factible, viable.

Hay dudas del FMI, que en estos momentos todavía está pensando que China puede crecer en torno al 7 %, que es ligeramente inferior y está por debajo del crecimiento que permite crear empleos suficientes; pero yo aplaudo la propuesta del primer ministro. No estoy en condiciones, ni nadie lo está, de poder decir si se conseguirá o no, eso lo veremos a finales de año. Los economistas ?yo soy también economista- hacen previsiones y luego, casi siempre, se tienen que dedicar a explicar por qué no se han cumplido; por tanto, yo no me atrevería a asegurar que se va a conseguir. Soy optimista. Yo creo que es posible, es viable.

El pueblo chino ha respondido bien, y tiene una gran capacidad de recuperación, como ha demostrado después del terremoto de Sichuán y yo creo que es consciente de que el esfuerzo que ha hecho durante 30 años lo tiene que seguir manteniendo para conseguir que China no sea un país emergente, sino una economía desarrollada, lo cual será bueno para todo el mundo.

Yo creo que es una apuesta válida la que ha hecho el primer ministro Wen. Creo que es lo que debía hacer un gobernante, y por tanto tiene que insuflar optimismo a la economía. Si los gobernantes son pesimistas es muy difícil que las cosas marchen bien. Se conseguirá o no, pero se marca un objetivo que es razonable y creo que en este caso es viable. Las cifras de finales de 2009 nos dirán. Ahora es imposible asegurar si se van a cumplir o no; pero yo creo que es una expectativa razonable, necesaria y muy positiva para el resto del mundo.

El crecimiento de la economía china es la mejor colaboración que puede hacer la nación asiática para ayudar a resolver o a sobrepasar la situación de crisis económica internacional, justamente manteniendo su nivel de crecimiento.

Los progresos conseguidos después de la introducción de la reforma y la apertura económica de Deng Xiaoping son más que obvios. Yo visité antes y en esa época el país, y realmente China era un país que ni siquiera disponía de divisas; prácticamente, tenía en cero las reservas de divisas, por eso cualquier inversión era bienvenida, pues aportaba divisas. La renta per cápita era muy baja y en este momento supera ya los 2 mil dólares de renta media per cápita, aunque en otras regiones aún hay situaciones de desequilibrio dentro de la misma China, entre las ciudades del interior y las zona del Pacífico, entre el campo y las ciudades, entre los que tienen más y los que tienen menos.

En el XVII Congreso Nacional del Partido Comunista de China, del año 2007, se puso de manifiesto la necesidad de adoptar un nuevo modelo de desarrollo. Se habló por primera vez del crecimiento armónico; o sea, un crecimiento más equilibrado, que beneficiará a toda la población china. Hasta ahora el gran criterio era el crecimiento en sí: aumentar el PIB. Por primera vez se habló del incremento del PIB per cápita; es decir, que ese crecimiento beneficiará a toda la población china.

Es verdad que la población china se encontraba en una situación de pocas prestaciones sociales, fueran sanitarias, jubilaciones, infraestructura, etc; y justamente eso era una decisión ya tomada, lo mismo que no depender tanto del exterior.

Recordarán que en este mismo congreso del partido ya habían decidido reducir el índice de dependencia del exterior, no depender tanto de las exportaciones y dirigir más la producción hacia el consumo local, incorporando a la economía de mercado a una gran cantidad de ciudadanos chinos que no participaban. Prácticamente 400 ó 500 millones de ciudadanos chinos, los campesinos, no participan del proceso económico productivo, sino que están en una situación casi de autoconsumo: producen en el campo y consumen del campo. El plan de relanzamiento de la economía china con los 4 billones de yuanes está pretendiendo universalizar las prestaciones sanitarias, sociales, pensiones de jubilación, porque de esa manera, el otro componente del PIB chino que es el ahorro privado, se liberaliza.

En este momento, la población china no tiene esas prestaciones y tiene que ahorrar mucho porque si se encuentra en situaciones de enfermedad o de jubilación no va a tener prestaciones del estado, públicas; entonces, tiene que ahorrar porque no tiene más remedio y entonces tiene que consumir poco. Mediante esas políticas de prestaciones, el ciudadano chino no tendría necesidad de ahorrar tanto y podría consumir más, lo cual estimula y puede sustituir al defecto de la demanda exterior por demanda interior.

Creo que esas prestaciones, a parte de parecerme justas y recomendables, pues hay gente desprotegida socialmente, va a suponer una inyección de actividad en la economía china al incorporar consumidores locales, sin depender del extranjero. Saludo con gran alegría esas medidas de prestaciones sociales y obras de infraestructura.

Creo que esas actividades deberían de repercutir en las empresas extranjeras que están en China; pero ya he dicho al principio que para eso, China tiene que ser generosa y permitir mayor y mejor acceso de las empresas extranjeras en condiciones de igualdad. En algunos sectores que son muy interesantes para China, como el de las energías renovables y el sector de la construcción hay una discriminación de empresas extranjeras en China: hay preferencia para las chinas. Pedimos un trato igual, de la misma forma que nosotros tendríamos nuestra economía abierta a las empresas chinas y a que se compitan libremente.

China es muy competitiva en la construcción, en temas de infraestructura. China es una gran constructora. De hecho, la Gran Muralla China es un ejemplo; además no hay más que dar una vuelta por las magníficas ciudades chinas modernas, donde hay un sinnúmero de edificios impresionantes, construidos por empresas chinas. Por tanto, no tienen por qué temer; sencillamente competir con todas las empresas en condiciones de igualdad, si queremos que China sea una economía de mercado.

El papel que ha desempeñado China a nivel internacional todavía es modesto. China estaba muy ensimismada, concentrada en sí misma, atenta a su desarrollo. Quizás también derivado de un punto de vista chino de "no ingerencia" en temas de otros países, China, hasta hace muy poco, se ha mantenido bastante aislada de la participación en las cuestiones internacionales.

Al convertirse en la tercera economía del mundo, todos estamos ayudando a China a asumir las responsabilidades que le corresponden. China tiene que estar presente en todos los grandes foros internacionales, económicos y políticos; y por tanto la nación asiática se va involucrando cada vez más en estas cuestiones, en el Oriente Medio, Pakistán, en Corea del Norte ?donde hay un gran interés de China y que se resuelvan algunos problemas con este país, de forma pacífica, sin riesgos para la humanidad. China cada vez se está implicando más, como le corresponde;

China está llamada a ser uno de los grandes actores internacionales. Todavía, no tiene la implicación que le corresponde a su nueva situación: es una gran potencia, sobre todo económica, por la dimensión geográfica del país, por la población; casi es la cuarta parte de la población del mundo. Por tanto, China, inexorablemente, está llamada a ser uno de los protagonistas internacionales. Es una necesidad y todos los países la están animando a que asuma esta responsabilidad. Desde luego, España, la saluda con simpatía porque estamos convencidos de que va a contribuir a un mayor equilibrio internacional.

Hemos pasado de un mundo bipolar a un mundo casi unipolar y creemos que es bueno que haya distintas instancias en el mundo, países que puedan intervenir internacionalmente, de manera que haya un equilibrio. Esto contribuirá, sin dudas, a una situación armónica en el mundo. Si hay un solo poder, incontestable, pues obviamente, la tendencia hacia actitudes imperialistas es mucho mayor, que si realmente hay un equilibrio y nadie puede pretender o pensar que se puede erigir con la diligencia mundial, que mucho mejor sería una diligencia colectiva.

Está muy bien que el G-7, en el sector económico, se amplíe a un grupo mayor: hay una mayor representación de todo el mundo, de manera que los intereses de todos estén representados y creo que eso sería una gran contribución a la armonía de las relaciones internacionales.

España y China tienen un planteamiento muy parecido. Nosotros somos partidarios del diálogo internacional, de la concordia; de hecho, el presidente español José Luis Rodríguez Zapatero es uno de los máximos promotores de la concordia de civilizaciones, la cual creemos es la vía para resolver las posibles diferencias internacionales, junto al diálogo.

No podemos aceptar que las civilizaciones estén llamadas a chocar entre ellas. Creemos que son complementarias, compatibles, que es necesaria la convivencia entre ellas, no el enfrentamiento, que hay que respetar a todo el mundo, con sus diferencias. Y creo que eso China lo tiene muy claro. De hecho, China apoya la idea del presidente Zapatero de caminar por esa vía del establecimiento de la concordia y alianza de civilizaciones porque pensamos que es la mejor vía. China y España son partidarios de que cualquier diferencia internacional se arregle de forma pacífica, dialogante, por la vía de la cooperación. China es partidaria de que las estructuras que gobiernan el mundo (Naciones Unidas, las estructuras financieras, el sistema monetario internacional) den la máxima participación a todos los países que representen algo.

Evidentemente, es mucho mejor un liderazgo de 40 ó 50 países. La ONU ya está para que participen todos abiertamente; pero si hay que establecer algún liderazgo, es mucho que mejor que sean 40 o 50 países, a que sean 7 ó 20. Este es nuestro punto de vista y creo que en eso coincidimos mucho con China.

Wen ha dicho que en la nueva situación internacional, todos los que tengan que aportar deben participar para hacer esa aportación. China, en su papel internacional, tiene su enfoque respetuoso con todos los países, asumiendo cada vez más un nivel de compromisos, acorde con lo que China representa actualmente en el mundo: es una potencia, la tercera economía del mundo y por tanto, todos le animamos a que asuma esa responsabilidad, y creo que lo sabrá hacer.

 
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