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Resuelta y ecuánime, China enfrenta turbulencias de la economía mundial en 2008
2008-12-26 14:38:09   CRI

En 2008, la economía mundial se tambalea en medio de tempestades. La tormenta financiera y las fuertes turbulencias económicas desencadenadas por la crisis crediticia de alto riesgo de EEUU, hacen recordar ampliamente la Gran Depresión de la década de los 30 del siglo pasado. Mientras tanto, en el caso de China, a pesar de las serias pruebas que suponen el empeoramiento del ambiente externo y las frecuentes calamidades naturales, han ganado el reconocimiento del mundo el reajuste oportuno de las políticas económicas, la celebración exitosa de los Juegos Olímpicos y la cooperación estrecha con el resto del mundo en los esfuerzos por hacer frente a la crisis financiera global.

La crisis crediticia de alto riesgo, aparecida en la primavera de 2006, se transformó a principios de 2008 en una tormenta financiera que azotó a todo el mundo, y viene expandiéndose a la economía real de manera acelerada. Según los pronósticos del Fondo Monetario Internacional, el crecimiento económico mundial disminuirá del 5% de 2007 al 3,7% en 2008, nivel que se reducirá aún más, hasta 1,9%, en 2009.

Sin embargo, en China no se percibió el frío del desplome económico global hasta la segunda mitad del año, pues en los primeros meses, la economía china mantuvo la expansión acelerada. En el primer trimestre, el Producto Interno Bruto del país registró un incremento interanual de más del 10%, mientras el Índice de Productos de Consumo subió en un 8%, registrando un nuevo récord en los últimos 10 años. Con miras a prevenir la alta inflación y el sobrecalentamiento económico, China aplicó una política fiscal prudente y una política monetaria restrictiva, incrementando en gran margen los presupuestos para mejorar el bienestar del pueblo, y reduciendo los préstamos, especialmente los destinados a los bienes raíces y los sectores de alta contaminación y alto consumo energético.

Según se producían la liberación paulatina de la presión inercial inflacionaria desde el año pasado, la desaceleración notable de las principales economías del mundo, y la consecuente contracción en la demanda de productos importados, China empezó poco a poco a percibir las repercusiones provenientes del exterior. Las estadísticas dadas a conocer por la Administración General de Aduanas de China muestran que, en los primeros 10 meses, se ralentizó el crecimiento de las exportaciones de muchos productos chinos, como en el caso de las confecciones, cuya tasa de crecimiento cayó en un 20%, y los productos plásticos, en un 6%. Cheng Siwei, economista y ex-vicepresidente de la Asamblea Popular Nacional de China, afirmó,

"La ralentización del crecimiento económico mundial reducirá inevitablemente las exportaciones y el superávit comercial de China, por lo que disminuirá su crecimiento. Según mi cálculo, el mismo será de alrededor de 10% para el año 2008".

Las últimas estadísticas han confirmado los pronósticos de Cheng y sus colegas. Los datos dados a conocer en octubre por el Instituto Nacional de Estadísticas mostraron que en los primeros trimestres, el Producto Interno Bruto de China se incrementó en un 9,9%, 2,3% menos en comparación con el mismo período del año pasado.

Bajo estas circunstancias, las empresas nacionales, especialmente las dedicadas a la exportación, se enfrentan a serios problemas de subsistencia. Algunas de ellas, con dimensiones pequeñas y baja competitividad, fueron a la quiebra. Según recogen algunos medios, en la primera mitad de 2008, más de 60.000 empresas pequeñas y medianas chinas quedaron en bancarrota, entre ellas más de 10.000 del sector textil. Por otra parte, en los primeros siete meses desaparecieron más de la mitad de las empresas productoras de juegos con registro de exportación.

Frente a la penosa situación económica internacional, el gobierno chino llevó a cabo modificaciones flexibles y oportunas de las políticas macroeconómicas. En agosto pasado, la tarea prioritaria del gobierno se trasladó al mantenimiento del desarrollo estable y relativamente acelerado y el control de la subida drástica del precio. Sólo dos meses después, la política fiscal se transformó de "moderada" en "proactiva", y la monetaria, de "restrictiva" en "modestamente expansiva".

Muchos economistas indican que estos reajustes muestran que la capacidad del gobierno chino en este terreno se intensifica de forma constante. Zuo Xiaolei, economista jefa de la compañía de valores Galaxia, de China, manifestó,

"Medio año después, se han producido muchos cambios en el sector económico, y ha aumentado la presencia de elementos de inestabilidad, pues experimentamos enormes calamidades naturales, como el terremoto de Sichuán y las fuertes nevadas y lluvias frías del sur, así como las repercusiones que la crisis crediticia de EEUU generó para las exportaciones de China. Es muy necesario reajustar las metas de las políticas económicas, para mantener el desarrollo estable de la economía nacional."

Frente a la tormenta financiera global, y como mayor país en desarrollo y mayor economía emergente, todos los cambios de las políticas económicas de China acaparan naturalmente la atención del mundo. E incluso algunas personalidades extranjeras esperan que China utilice una apreciable porción de sus reservas internacionales para desempeñar el papel de "Salvador" de la economía mundial. Pero más economistas han visto con claridad que, en comparación con los países desarrollados de Occidente, tanto las dimensiones de la economía de China, como su poderío integral todavía son reducidos, por lo que el mantener un desarrollo estable y relativamente rápido ya es la mayor contribución que puede hacer el país a la estabilidad de la economía mundial.

Además, los dirigentes chinos han expresado en distintas ocasiones la voluntad de aunar esfuerzos con otros países del mundo para hacer frente a la crisis financiera global. La actitud positiva de China en este terreno ha obtenido el reconocimiento de la comunidad internacional. Durante la Cumbre de Asia y Europa, celebrada en octubre pasado en Beijing, Danilo Türk, presidente de Eslovenia, afirmó que China constituye una fuerza imprescindible para resolver la actual crisis financiera, y que su desarrollo estable y sostenido favorece a todo el mundo.

"China es una de las mayores fuerzas de la economía mundial, por eso creo que ante todo necesita garantizar el crecimiento de su propia economía. Todos los elementos que favorezcan su estabilidad y desarrollo, de seguro favorecen al mundo. Tomemos como ejemplo a Europa, donde podemos beneficiarnos de la expansión constante del mercado chino. Necesitamos mercado, y la China que se desarrolla continuamente nos lo ofrece."

Por otra parte, en 2008, la economía china experimentó una sucesión de de calamidades naturales raramente vistas en la historia. A principios del año, un vasto territorio en el Sur del país fue azotado por fuertes nevadas, lluvias heladas y bajas temperaturas. El 12 de mayo pasado, un terremoto de 8 grados en la escala de Ritcher sacudió la provincia suroccidental de Sichuan y varias provincias vecinas, dejando un saldo de unos 70.000 muertos, unos 18.000 desaparecidos y más de 370.000 lesionados. El valor de las pérdidas económicas directas superó el billón de yuanes.

Sin embargo, estas calamidades no entrañaron serios impactos para el desarrollo de la economía china. Gracias al crecimiento acelerado de varias décadas, China ha podido asignar más fondos a la reconstrucción de las zonas afectadas. Según la planificación del gobierno chino, los trabajos reconstructivos en la provincia de Sichuan concluirán dentro de tres años. Para finales de octubre pasado, se habían invertido en dicha provincia unos 130.000 millones de yuanes, incluidos fondos de la Hacienda Central, los préstamos bancarios y los apoyos financieros ofrecidos por otras localidades del país.

Recientemente, funcionarios de la provincia de Sichuan anunciaron en una conferencia de prensa organizada por la Oficina de Información del Consejo de Estado, que en los próximos dos años, en la reconstrucción de dicha provincia, se invertirán tres billones de yuanes, principalmente en mejorar el bienestar del pueblo y en la construcción de proyectos infraestructurales.

Wang Guangsi, subdirector de la Comisión de Desarrollo y Reforma de Sichuan, indicó:

"Las inversiones estarán mayormente destinadas a mejorar la vida del pueblo, en proyectos como la construcción y reconstrucción de viviendas, infraestructuras de agua potable, electricidad, transporte, correo, radio y televisión y otras instalaciones de servicio público. A través de la inversión del Estado y el desarrollo de las industrias pertinentes, se pueden ofrecer muchos puestos de trabajo, lo cual, a su vez, redunda en el aumento de ingresos del pueblo y de la demanda interna."

Aparte de los impactos provocados por el entorno económico global y las calamidades naturales, en 2008 la economía china también experimentó momentos y eventos jubilosos. Uno de ellos es la exitosa celebración de los XXIX Juegos Olímpicos, que se efectuaron del 8 al 25 de agosto pasado en Beijing. Durante los siete años transcurridos desde que China obtuvo el derecho a organizar el magno evento deportivo, hasta su culminación, la Olimpíada ofreció oportunidades sin precedentes al desarrollo económico de nuestro país, pues muchas industrias y empresas consiguieron tangibles avances aprovechando esta oportunidad.

Yang Yuanqing, presidente del Grupo Lenovo, primer patrocinador olímpico de máximo nivel de China, calificó de "inimaginables" los cambios generados en su empresa por la Olimpíada.

"Los resultados del patrocinio de Lenovo a la Olimpíada son muy notables. Cinco años atrás nuestro valor de producción anual era de unos 3.000 millones de dólares, cifra que ahora ha aumentado a unos 17.000 millones. La ganancia también se ha multiplicado por tres. Y lo más importante, hemos aprovechado esta plataforma para promover el conocimiento y la reputación de nuestra marca en todo el mundo."

En 2008, aunque no se ha alterado la tendencia general de incremento estable de la economía china, la crisis financiera global le ha impuesto muchos desafíos, dificultades, y elementos de incertidumbre. En la última Cumbre de Asia y Europa, el presidente de China, Hu Jintao, expuso explícitamente el rumbo que debían seguir las políticas nacionales para garantizar el crecimiento estable de la economía nacional.

"China es un país en desarrollo con 1.300 millones de habitantes. Los vínculos entre la economía china y la mundial se intensifican por días. Por eso, si ésta mantiene su buena tendencia de desarrollo está haciendo una importante contribución a la estabilidad del mercado financiero global y al desarrollo económico mundial. Nuestro trabajo prioritario es tratar adecuadamente los asuntos internos. En el futuro, basándonos en los cambios de la situación económica interna y externa, pondremos en práctica de forma oportuna las políticas concernientes, para que el reajuste y control macroeconómicos sean más previsores, precisos y efectivos. Nos esforzaremos por ampliar la demanda interna, especialmente en lo tocante al consumo, con miras a mantener la estabilidad económica, financiera y del mercado de capital. De tal manera promoveremos el desarrollo sano y acelerado de la economía y la sociedad".

Empeñado en cumplir estas metas, el gobierno chino formuló recientemente 10 medidas concretas, según las cuales, para finales de 2010, el país invertirá 4 mil millones de yuanes para mejorar la infraestructura, el transporte público y la construcción medioambiental, a la vez que promueve la reconstrucción en las zonas afectadas por las calamidades y otros proyectos de bienestar popular, y eleva los ingresos de los habitantes urbanos y rurales, especialmente los de menores posibilidades económicas. En el marco de este plan, se asignaron en diciembre 100.000 millones de yuanes en inversiones adicionales de la Hacienda Central. El gobierno chino espera que estas medidas incrementen la demanda interna y promuevan el empleo. Después del anuncio sobre la modificación de políticas fiscales y monetarias, el banco central del país ha reducido en varias ocasiones sus tasas de interés y el coeficiente de reservas para las instituciones financieras, con el fin de ofrecer más créditos a las empresas y los bancos, y aumentar la liquidez en el mercado monetario.

David Dollar, director para China y Mongolia del Banco Mundial, consideró que estas medidas serán elementos clave para mantener el crecimiento sano de la economía china.

"Acogemos de buen grado las 10 medidas fiscales formuladas por el gobierno chino para estimular la economía. Precisamente la aplicación de las mismas permitirá a la economía china mantener un sano crecimiento en 2009."

 
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