En los montes y valles de la ciudad de Chongzuo vive un numeroso grupo de langures capuchinos, despiertos y simpáticos monos con pelo blanco en la cabeza, el cuello y los hombros, y una larga cola del mismo color. Los primeros langures aparecieron hace dos millones y medio de años. Muchas de las especies surgidas en aquel entonces ya se han extinguido. Los más de setecientos ejemplares de langur capuchino existentes en el mundo se encuentran en la ciudad de Chongzuo. En este sentido, se trata de una especie más rara que el célebre panda gigante.
Visitamos la Reserva Natural de Langures capuchinos de Chongzuo una mañana de principios de verano. En sus 24 kilómetros cuadrados viven más de cuatrocientos ejemplares de langur capuchino, es decir, el grupo más numeroso del planeta. En las abruptas laderas de las montañas, vemos a seis o siete langures comiendo hojas de árbol y frutas silvestres, mientras otros juguetean. Estos animales, de una agilidad admirable, se llevan muy bien con la población local, como nos explica Xiao Wang:
"Como sabemos, los pocos ejemplares de langur capuchino existentes hoy en día viven aquí. Conscientes del valor de esta especie, la cuidamos y protegemos al máximo."
Xiao Wang es miembro de la etnia miao. Así que cuando llegamos a su casa, cumplimos el ritual de tomar el licor que nos ofrece antes de cruzar la puerta. Cuando hay una boda o un banquete, los miao preparan licor y ante la puerta de su casa lo ofrecen a los invitados, que lo beben como muestra de su amistad. Los antitriones y los huéspedes empiezan a cantar canciones de felicitación y agradecimiento, y pronto reina una gran animación. Con el tiempo, esta costumbre ha ido simplificándose, de modo que, hoy en día, cuando llegan los invitados, los anfitriones se limitan a darles la bienvenida ofreciéndoles licor. En su casa, Xiao Wang nos contó una bella leyenda sobre el langur capuchino.
Hace mucho tiempo, esto era una aldea muy pobre cuyos habitantes sufrían constantes hambrunas. Un día, un anciano murió y fue enterrado en la montaña con la cabeza y la cintura envueltas en sendas arpilleras blancas. Terminada la ceremonia del entierro, los niños encontraron gran cantidad de frutas silvestres en la montaña. Muy contentos, se hartaron de comer. Al verlos tan alegres, sus padres decidieron que se quedaran en la montaña. Cuando más tarde la aldea prosperó, los padres pensaron que había llegado el momento de que sus hijos regresaran a casa. Pero los niños, reacios a compartir sus escasos alimentos con sus padres, prefirieron quedarse en la montaña. Con el tiempo, la arpillera que envolvía la cabeza fue convirtiéndose en pelo blanco; y la que envolvía la cintura, en una larga cola. Esa fue su manera de decir a sus padres lo que pensaban.
Hace diez años, Pan Wenshi, profesor de la Universidad de Beijing, se trasladó a la ciudad de Chongzuo para estudiar y proteger el langur capuchino. Según nos explicó, a principios de la década 1990 había más de dos mil ejemplares, número que fue disminuyendo drásticamente año tras año, hasta el punto de que en 1996 solo quedaban noventa y tantos. El profesor Pan asegura que este fenómeno es consecuencia de la expansión de la actividad humana y de la caza ilegal.
"Cuando se ponga fin a la caza ilegal y se restablezca el hábitat de esta especie, su número de ejemplares empezará a crecer. La población de numerosas especies en peligro de extinción puede recuperarse siempre que se disponga del tiempo y el espacio suficientes."
El profesor nos comentó también que los langures capuchinos llevan una vida regular. Por la mañana y al atardecer, comen y juguetean en la montaña; al mediodía, descansan; y por la noche, permanecen en sus cuevas. Basándose en sus largos años de investigación, el profesor Pan afirma que el requisito fundamental para lograr que el número de langures capuchinos aumente es recuperar su espacio vital. Esta es una tarea a la que el ayuntamiento de Chongzuo dedica grandes esfuerzos, como nos explica Wei Xin, miembro de su departamento de turismo:
"A fin de proteger el medio ambiente, nuestro ayuntamiento colabora en la construcción de depósitos para producir metano en todos los hogares. Cada depósito cuesta dos mil yuanes y el municipio proporciona mil yuanes en concepto de subvención y apoyo técnico. Actualmente, se utiliza el grisú tanto para cocinar como para tener luz en casa. En cuanto a la producción, dirigimos a los campesinos hacia los cultivos industriales, de modo que puedan ganarse la vida sin perjudicar el medio ambiente."
En la década 1990, las autoridades de Chongzuo prohibieron terminantemente la roturación de las montañas y el cultivo de los terrenos yermos. Al mismo tiempo, promovieron la construcción de depósitos para la producción de metano, restringieron la recogida de leña en la montaña e impulsaron los cultivos industriales, entre ellos los de caña de azúcar, maíz y arroz. Gracias a la adopción de estas medidas, el nivel de vida de los campesinos se ha elevado y se ha evitado que la expansión de la actividad humana reduzca el hábitat del langur capuchino. La mejora constante del entorno se ha traducido en un incremento incesante del número de langures capuchinos, que actualmente supera ya los setecientos. Los campesinos protegen a conciencia tanto a los langures como su hábitat. Uno de ellos, llamado Zhao, nos comentó al respecto:
"A fin de proteger el medio ambiente y crear un buen hábitat, hemos dejado de ir a la montaña a recoger leña."
Desde el 2002, año en que se creó la Reserva Natural de Langures capuchinos de Chongzuo, el turismo ecológico ha experimentado un nuevo auge. Algunos de ustedes pueden pensar que el desarrollo del turismo representa una amenaza para la supervivencia de los langures capuchinos. Sin embargo, según el profesor Pan, el desarrollo de este sector creará puestos de trabajo para los campesinos y mejorará sus condiciones de vida, lo que a su vez contribuirá a ampliar la zona protegida y a fomentar la biodiversidad.
"La explotación del turismo ecológico no solo ayudará a proteger a esta especie, sino que mejorará las condiciones de vida del pueblo. Como científico, estoy completamente de acuerdo con el desarrollo del turismo ecológico en Chongzuo y sus alrededores, puesto que además de embellecer este lugar permitirá a las próximas generaciones disfrutar de una vida más cómoda."
El profesor Pan añadió que lo esencial es delimitar claramente las responsabilidades y organizarse de forma adecuada, con lo que se evita la destrucción del entorno y se fortalece su desarrollo a largo plazo.
Los simpáticos langures capuchinos son amigos de los seres humanos. En la ciudad de Chongzuo, los campesinos conviven armoniosamente con estos animales. El resultado es un equilibrio ecológico perfecto.
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