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Un río que une atractivos paisajes
2008-11-28 14:24:34   CRI

Los turistas extranjeros que visitan China suelen decir que para ver restos arqueológicos lo mejor es visitar Xi´an y que para ver majestuosos paisajes de montañas y ríos hay que ir a Guilin. Esta ciudad es conocida por sus verdes montañas, bellos ríos y fantásticas cuevas. La zona paisajística Guilin-Lijiang, formada principalmente por Guilin y atravesada por el río Lijiang, se extiende desde el distrito de Xinan, en el norte, hasta el distrito de Yangshuo, en el sur. Se trata de una zona abundante en puntos de interés turístico, entre los que destacan el río Lijiang, las rocas de Ludi y Qixing, el monte Duxiu y las montañas de Xiangbi, Fubo y Dicui. De todos estos atractivos turísticos, el de la montaña de Xiangbi es el más representativo de todos.

La montaña de Xiangbi, emblema de la ciudad de Guilin, se yergue a orillas del río Lijiang en su confluencia con el Taohua. Formada por rocas calizas, parece un elefante gigantesco que con su trompa bebe del agua que fluye por ambos ríos. El agua pasa por el hueco abierto entre la trompa y el cuerpo del "elefante". En las noches de luna llena, al contemplar la montaña desde lejos, el hueco se muestra como una brillante luna flotando sobre las aguas. Como al mismo tiempo la luna se refleja en las aguas del río, parece que haya dos lunas. Los habitantes de Guilin llaman a este singular fenómeno "Las lunas en las aguas de la montaña de Xiangbi". Ma Weimin, que vive al pie de la montaña, nos relata una leyenda sobre Xiangbi.

"Una manada de elefantes divinos del Emperador de Jade, el legendario Emperador Celestial, llegó a Guilin. Fascinados por la belleza de las montañas y los ríos, no querían volver al Cielo. El Emperador de Jade les ordenó una y otra vez que regresaran, pero uno de ellos se obstinó en quedarse allí porque no quería abandonar tan hermosos parajes. Entonces el Emperador de Jade montó en cólera y mató al elefante desobediente atravesándole el lomo con una espada y dejándolo clavado en la orilla del río Lijiang."

Quienes recorren la zona paisajística Guilin-Lijiang no pueden por menos que quedarse embelesados ante su belleza. En el apacible y relajante entorno que ofrecen las orillas del río Lijiang, los turistas pasean, toman té y pescan.

En muchos lugares del mundo, el rápido desarrollo del turismo y el aumento del número de turistas ejercen una fuerte presión sobre el medio ambiente, llegando en ocasiones a deteriorarlo. No es este el caso de Guilin, donde los turistas comprueban satisfechos que la calidad del aire es excelente y que las aguas del Lijiang son tan nítidas como siempre. Chen Yungchun, funcionario de la Oficina de Turismo de Guilin, nos explicó que la mayor prioridad de las autoridades locales consiste en armonizar el desarrollo del turismo y la protección eficaz del medio ambiente.

"Para nosotros, lo más importante es la protección medioambiental. Por eso no apoyamos en absoluto aquellos proyectos que no superen la evaluación medioambiental. De ahí que las autoridades no autoricen el establecimiento de empresas que emitan sustancias contaminantes. Las industrias que quieran establecerse aquí deben pertenecer al sector de las altas tecnologías."

Normalmente, tras visitar Guilin, los turistas se dirigen por el río Lijiang hacia Yangshu, distrito donde se encuentran los paisajes más majestuosos. Este río de más de 400 kilómetros nace al norte de Guilin, en la montaña de Maoer. Resulta difícil expresar con palabras la belleza de los paisajes que se suceden a lo largo de los 83 kilómetros que median entre Guilin y Yangshu. Este tramo del Lijiang es considerado la mayor zona turística kárstica del mundo y también la más bonita. En ambas orillas del río se levantan innumerables cumbres de caprichosas formas. Por todas partes se ven cañas de bambú, frondosos bosques, campos de cultivo, aldeas y pueblecitos de pescadores. Un turista alemán llamado Hermawa Haerthe describía así su experiencia de recorrer el río en una embarcación para contemplar la belleza del paisaje.

"Antes de venir aquí, había visto muchas fotos del río Lijiang. Pero lo que he visto hoy no puede compararse con las fotos. En mi tierra hay un paisaje similar, menos extenso, pero de una belleza increíble."

Huashan es la montaña más conocida del río Lijiang, mientras que la escena más hermosa es la correspondiente al tramo de la playa de Huangbu. La altura de la montaña de Huashan supera los 400 metros. En sus precipicios cortados a pico sobre el río, las algas y los restos calcificados de organismos dibujan líneas de variados colores, que unidas a las trazadas por los minerales de la roca crean murales en los que se perciben formas parecidas a caballos, carpas y otros animales.

En el distrito de Yangshu, al anochecer, el río Lijiang se convierte en un amplio escenario. En un tramo de dos kilómetros se monta un gran espectáculo nocturno de cantos y danza. En medio de la oscuridad, a lo lejos se escuchan las melodías de las canciones populares. De repente, se encienden las luces y ante la mirada atónita de los espectadores se iluminan las cumbres de la orilla opuesta. El público no puede evitar prorrumpir en aplausos y gritos de admiración.

La mayoría de los más de seiscientos participantes en el espectáculo no son artistas profesionales, sino campesinos de los alrededores. En los casi setenta minutos que duran sus actuaciones, aparte de narrar leyendas e interpretar canciones de la etnia zhuang, representan ante varias escenas de la sencilla vida cotidiana de los pescadores y las etnias minoritarias de la región, incluidas las relacionadas con la pesca, las labores agrícolas y el pastoreo. Todo ello armoniza perfectamente con el telón de fondo formado por las montañas y el río.

Un turista alemán llamado Thomas Laubis y su esposa no escatiman elogios a la hora de valorar el espectáculo. Es la primera vez que visitan China y tenían previsto que el viaje durara una semana, pero han decidido prolongar su estancia en nuestro país. Thomas Laubis nos comentó lo siguiente:

"Este lugar es precioso. Estoy seguro de que esta no será nuestra única visita a China ni a Asia."

Tras el espectáculo, los turistas suelen pasar la noche en Yangshu, distrito que además de contar con los paisajes más hermosos de Guilin ofrece otro atractivo: la calle Oeste, una calle de más de 1400 años de antigüedad y poco más de 500 metros de largo. Empedrada con celestita, sus viejas casas de ladrillos y tejas azules atraen a numerosos turistas extranjeros.

La calle Oeste esta repleta de turistas de diferentes razas que pasean y de vez en cuando entran en una tienda de antigüedades o en una galería de pinturas y caligrafías. En el restaurante "Fortunas", Lu Huaping, su dueño, enseña a un grupo de turistas extranjeros a preparar platos chinos. Nos asegura que sus cursillos de cocina china son muy bien acogidos por los extranjeros y que cada día vienen más de diez para aprender a cocinar.

"Al principio, cuando tenía un bar en la calle Oeste, muchos de los clientes extranjeros me pedían que les dejara entrar en la cocina para ver cómo se preparaban los platos. Cuando los cocineros no tenían nada que hacer, algunos de estos clientes entraban en la cocina para aprender. Luego abrí este restaurante y pensé que sería una buena idea organizar cursillos de cocina."

Además de restaurantes de comida china, en la calle Oeste hay restaurantes de comida occidental, cafeterías y cervecerías de estilo exótico. Sus nombres y menús están en inglés, francés, alemán y otras lenguas. Entre los dueños de estos establecimientos hay muchos extranjeros, como Alf Young, propietario de Buffalobar.

Hace cinco años, Alf Young, australiano, vino a China en un viaje turístico. Sin embargo, lo que vio en la calle Oeste le gustó tanto que finalmente decidió establecerse aquí. Luego se casó con una china y ahora ya es padre. Más tarde, abrió el Buffalo Bar. Alf Young asegura que pasará el resto de su vida en esta calle.

"Después de cinco años viviendo aquí, sigo sintiendo la misma fascinación que cuando llegué. La calle Oeste tiene un marcado sabor occidental. En ella uno puede charlar y trabar amistad con mucha gente. Los paisajes de Yangshu son muy bonitos y resulta muy agradable pasear por la calle y montar en bicicleta. Además, en verano podemos ir al río a nadar. Por eso decidí quedarme aquí. Mi esposa y yo nos conocimos y nos enamoramos en este lugar. Ahora que ya tenemos hijos, lo más probable es que pase el resto de mi vida en la calle Oeste."

En esta calle, caracterizada también por la tolerancia, uno puede tomar café y leer tranquilamente sin hacer caso del ir y venir de la gente; o si lo prefiere, puede beber en un bar y charlar en voz alta con amigos o desconocidos.

 

 
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