Harold Santana Gainza
Radio Internacional de China
Comienza la travesía. Caminos y caballos de hierro (como se identificó al ferrocarril en sus comienzos) nos llevan hasta Shaanxi; solo que este tren es muy diferente a aquellos del siglo XIX. Nuestro compartimento posee cuatro camas, suficientemente confortables para hacer un viaje de 17 horas, desde Beijing hasta Yan´an. Yan´an será nuestra primera escala en esta visita a la provincia.

Entre risas y conversaciones transcurren las primeras horas de viaje que comenzaron a las 9 de la noche del 29 de octubre de 2008. Somos nueve reporteros de Radio Internacional de China, pero en nuestro "camarote", estamos cuatro.
La profesora Chai es la subdirectora del Centro de Transmisiones para Europa Occidental y América Latina, de CRI; una experimentada traductora que estudió español en una universidad de Shaanxi, también vivió durante dos años con familias campesinas de Yan´an, respondiendo a un llamado de Mao Zedong para acercar a los jóvenes a las condiciones rurales en los años 60 y 70 del siglo pasado. No dejo de mirarla con respeto, pero a la vez despierta una curiosidad periodística que no puedo evitar. Me interesa todo lo relacionado con ella y los lugares a los que vamos. Esta es la primera vez que vuelve aquí, después de casi 30 años. La profesora es un testigo excepcional de los cambios que la política de Reforma y Apertura han traído a Shaanxi.
Wei Lijun, Ana, es mi colega del Departamento de Español de CRI: juventud y experiencia se mezclan en ella de forma armónica. Ana tiene una agradable voz e incomparables habilidades para la traducción simultánea.
El otro chico que viaja junto a nosotros es Ludovico, un joven periodista del Departamento de Francés. Ludou(Frijol Verde), como le llaman en chino, es un políglota por naturaleza: puede hablar el francés su idioma nativo, también el inglés y el chino, lo cual resulta sorprendente.

Solo falto yo: soy Harold Santana Gainza, también del Departamento de Español de CRI. Hablo esta lengua, porque la aprendí de modo natural, en mi Cuba natal, e inglés que aprendí para enseñar, pero terminé comunicando a través de la radio y la televisión. Del francés solo entiendo y puedo decir algunas cosas; y del chino, solo Ni hao (Hola).
No es de extrañar que en este ambiente tal multilingüe, las conversaciones transcurran en inglés, español y chino, pues son los idiomas más comunes entre nosotros. La Sra. Chai, Ana y yo hablamos en español; ellas y Ludou lo hacen en chino; en tanto, él y yo conversamos en inglés.
Es espléndido un viaje en tren de noche y con estas condiciones: duermes confortablemente y en la mañana, tiempo de conversaciones. Nuestro compartimiento es ahora el lugar de una reunión de trabajo. Los cuatro nos ponemos de acuerdo sobre cómo haremos los artículos, las grabaciones, las entrevistas y qué haremos durante la visita.
Los altavoces del tren anuncian nuestro paso por Xi´an, una de las ciudades de Shaanxi, pero no me detengo en comentarios porque nuestra última visita a la provincia será precisamente a esta ciudad. Para entonces hablaremos de la Cuna de la Civilización China, de Huang Di, del Ejército de Guerreros y Caballos de Terracota y de toda una parte de la historia que me fascina muchísimo. Movemos las agujas del reloj como en las leyendas, y cuatro horas después estamos en Yan´an, nuestro primer destino en Shaanxi.
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