Sus Recomendados
Palacio Yonghe
2008-10-01 17:11:25   CRI
Desde que Beijing se hizo capital de la China unificada en siglo XIII, la ciudad se convirtió en el centro de las actividades religiosas que ha conocido el país. Tanto en la ciudad como en sus suburbios se han construido a lo largo de los siglos pasados templos budistas, mezquitas e iglesias. Estas notables edificaciones no sólo son lugares para el culto de los creyentes sino también preciosas joyas del patrimonio cultural universal.

El Palacio de la Eterna Armonía se halla en el extremo norte de la calle mismo nombre, y es un templo lamaísta, de muros rojos y tejas amarillas. Levantado en 1694, fue residencia de Aisin Gioro Yinzhen antes de que Úste se hiciera emperador, Yongzheng. Posteriormente, cuando subió al trono en 1723, el lugar se transformó en su hospedaje temporal. En 1735, después de su muerte, el palacio sirvió de sala mortuoria. En 1744, el Palacio de la Eterna Armonía pasó a ser, oficialmente, templo lamaísta.

La principal edificación del palacio está compuesta por cinco unidades dispuestas una tras otra. En la primera de ellas se halla el Salón del Rey Celestial, en cuyo centro se yergue el buda Maitreya y a sus lados, las estatuas de los cuatro Reyes Celetiales. Detrás del salón, la imagen de Skanda, discípulo de Sakyamuni y uno de los genios protectores del budismo, empuñando el arma que simboliza el poder de la sabiduría.

Al salir del Salón del Rey Celestial se ve un gran incensario verde de bronce, de 1,4 metros de alto. En él fueron grabadas seis escenas de dragones que se divierten con una perla, y en su base tres leones jugando con una bola. Este es uno de los dos únicos incensarios de su tipo que existen en todo el país.

Más adelante, en un pabellón hay una lápida con inscripciones en idioma han, manchÜ, mongol y tibetano que explican el origen y los fines del lamaísmo. Fuera del pabellón aparece el Monte Sumeru, fundido en bronce, en el centro de un estanque de mármol blanco, sostenido por una base de piedra tallada finamente con figuras de ídolos. Este objeto fue hecho en 1573, en tiempos Ming, y trasladado allí desde otro lugar.

En la segunda unidad se encuentra la sala principal del palacio. En su centro los budas de los tres tiempos: Sakyamuni, Mahakasyapa y Maitreya. Sakyamuni fundó el budismo hace 2.500 años y es el buda presente. A su derecha se coloca siempre Mahakasyapa, el buda pasado, y a su izquierda, Maitreya, el buda futuro.

A los lados oriental y occidental hay dieciocho arhats, es decir, los dieciocho discípulos de Skyamuni, que, por encargo suyo, debían vivir eternamente para propagar los principios del budismo y salvar a los hombres, sin pasar al nirvana. En el rincón noreste de la sala se halla Bodhisativa, dios que juzga las almas y las salva del infierno; en el noroeste, Maitreya.

La tercera unidad corresponde al Salón del Socorro Permanente. En su centro está Amitayus, buda de la longevidad inconmensurable; a su derecha, Bhaisajyaguru, buda que cura las enfermedades y sana de la ignorancia, y a su izquierda, Sinhanada, buda de rugidos de león.

La cuarta unidad es formada por el Salón de la Rueda de la Ley. Allí se admira la estatua de bronce de Zongkhapa (1417-1478), gran reformador del budismo tibetano y fundador de la Secta Amarilla, de 5,5 metros de altura. En el halo del retrato de Zongkhapa fueron pintadas sus cinco transformaciones. Un poco al norte de este lugar, la "Montaña de los quinientos arhats", tallada en sándalo, los arhats hechos en oro, plata , bronce, hierro y estaño. Es una preciosa obra de arte pocas veces halladas.

En este salón se hallan en buen estado de conservación dos cánones budistas: el Tripitaka (108 tomos) y el Abhidharma-pitaka (207 tomos). Además, se exhiben dos sutras escritas en oro. En las paredes del salón, murales vivaces y finos describen parte de la predicación de Sakyamuni.

La última unidad la conforma el Salón de las Diez Mil Felicidades (o del Gran Buda). Es ésta la más alta de todas las construcciones del Palacio de la Eterna Armonía. En el centro del salón se yergue una estatua de Maitreya, de 18 metros sobre el nivel del piso y 8 más bajo tierra, esculpida en un tronco entero de sándalo blanco de 8 metros de diámetro. Fue un presente del Dalai Lama VII del Tibet al emperador Qianlong. Según registros históricos, cuando el emperador Qianlong ampliaba el Palacio de la Eterna Armonía, quería levantar un edificio alto para realizar el brillo del palacio, pero faltaba material para hacer una gran estatua de buda. Esta noticia la llevó el enviado tibetano a su localidad. Dalai Lama VII hizo todo lo posible para obtener este gran sándalo blanco y lo hizo transportar vía Sichuan a Beijing.

Aparte de las edificaciones principales ya enumeradas, las secundarias no dejan menos impresiones al visitante. A ambos lados del Salón de la Rueda de la Ley se hallan los pabellones secundarios. En el pabellón oriental se encuentran las estatuas de los cinco Vajra, y en el occidental, un buda de sándalo a cuyos lados se hallan Anada y Mahakasyapa y otros ocho discípulos de Sakyamuni.

El budismo se fraccionó inicialmente en dos sectas: una esotérica, otra exotérica. De ambas hay en el palacio edificaciones. Además, existen las salas dedicadas, por los lamas, al estudio de la medicina y la farmacología, las matemáticas, la astronomía y los libros sagrados.

 
Déjenos saber su comentario sobre el artículo
 
Temas Relacionados