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La Ciudad Prohibida, antigua arquitectura misteriosa de China
2008-09-24 10:29:52   XINHUA-CRI

El Palacio Imperial de Beijing, conocido también como Ciudad Prohibida, es uno de los prodigios arquitectónicos del mundo, también el mayor y más completo conjunto de las antiguas construcciones en China.

La obra, de 720 mil metros cuadrados de extensión, fue la residencia oficial de 24 emperadores de la dinastía Ming (1368- 1644) y Qing (1644-1911), cuya construcción demoró 15 años en concluir, movilizando más de un millón de campesinos y 100 mil artesanos muy talentosos.

A su alrededor, se ubica una muralla de 10 metros de alto y 3 kilómetros de longitud, así como un foso artificial lleno de agua de 52 metros de ancho. A ambos lados de su eje Norte-Sur, se despliegan simétricamente más de nueve mil pabellones y habitaciones de madera, todas provistas de tejas vidriadas amarillas.

La corte exterior es la parte más llamativa de la Ciudad Prohibida. Se trata de tres grandes pabellones edificados sucesivamente sobre una base de mármol blanco de 8 metros de alto: los de la Armonía Suprema, de la Armonía Central y de la Armonía Preservada.

Detrás de los tres grandes pabellones sigue la corte interior, lugar donde habitaban los emperadores y sus mujeres. Dividida en la parte oeste y este, estaba principalmente integrada por patios aislados y lujosos, que abarcan en general cuartos, galerías, quioscos y jardines.

La gran fama del Palacio Imperial proviene de su magnífica arquitectura, y también de los valiosos objetos antiguos de los que dispone. Allí se ubican más de un millón de piezas, equivalente a una sexta parte de la suma total de todo el país.

En el Salón de Tesoros, en el lado este del palacio, se exhiben muchas piezas apreciables. Por ejemplo, una cota de la dinastía Qing, rodeada por 16 dragones, se tejió con 600 mil láminas de acero y consumió 40 mil horas de trabajo para acabarla.

Cuentan que el piso de las edificaciones en la Ciudad Prohibida estuvo todo embaldosado en oro. Pero lo cierto es que para tal fin se usaron unas losas cuadradas elaboradas con una técnica especial llamada "losas de oro".

En el suelo del Pabellón de la Armonía Suprema, el salón más representativo de todos los que se empleaban para las ceremonias imperiales solemnes, podemos ver las losas producidas y colocadas cientos de años atrás. En la actualidad, el piso mantiene su finura y brillo de antaño; no es resbaladizo ni áspero y su textura favorece el frescor que durante todo el año beneficia el lugar.

Las losas de oro se caracterizan por su alta calidad, un leve color dorado y un sonido encantador cuando se les tocaba. Se estima que el calificativo de losa de oro tuvo que ver con lo complicado de su elaboración y el gran gasto de recursos humanos y materiales para su fabricación.

Una creencia ampliamente extendida es que las técnicas de elaboración de losas se había perdido. Lo cierto es que tras muchos años de estudio y experimento, se ha logrado producir losas con una calidad igual a la de aquella época.

La dinastía Qing fue una monarquía fundada por la étnia Manchú, de ahí que dicha lengua se difundiera como idioma oficial y apareciera junto a los caracteres chinos en todos los tableros de las edificaciones y puertas de la Ciudad Prohibida.

Generalmente, la inscripción en Manchú se exhibía a la izquierda y el chino a la derecha, lo que desembocó en el hábito de otorgar preponderancia al flanco siniestro. En ocasiones, también aparecían inscripciones en mongol en los tableros. Pero, ¿porqué no vemos ahora inscripciones de la lengua Manchú, sino sólo las chinas en los tableros de pabellones del corte exterior cuando visitamos al Palacio Imperial?

Cuando cayó la dinastía Qing en 1911, el último emperador, Puyi, abdicó y entregó la parte de la corte exterior de su palacio al gobierno republicano, aunque preservó para sí la corte interior. Más tarde, un caudillo llamado Yuan Shikai se apoderó del gobierno soñando con convertirse en emperador.

Pese a la resistencia del pueblo, se mantuvo aferrado a la idea, procurando consejo de su confidente para adoptar medidas que realmente funcionaran.

De esta manera, quitó las inscripciones en Manchú de los tableros del Palacio Imperial, para mostrar su ruptura con los Manchú y ganar la simpatía del pueblo. Considerando que los aún poderosos aristócratas Manchú nunca visitaron la corte exterior, Yuan Shikai ordenó eliminar nada más las inscripciones en Manchú de esa parte.

La medida fue propagada por la prensa, pero no sirvió para aliviar el resentimiento del pueblo. La monarquía de Yuan Shikai cayó sólo 83 días después de asumir el poder.

La visita al Palacio Imperial puede empezar desde Tiananmen ( Puerta de la Paz Celestial) o su puerta trasera. En general, medio día apenas es suficiente para empezar el recorrido. Por ello, se recomienda disponer de más tiempo para llenarse los ojos con este portento de la historia arquitectónica china.

 
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