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Cuatro tesoros del estudio
2008-09-17 09:41:02   CRI
Cuatro objetos indispensables para cualquier erudito chino tradicional son pincel, tinta en barritas, papel y piedra de entintar. Estas son sus principales herramientas de trabajo, motivo por el cual recibieron el nombre de los "cuatro tesoros del estudio".

Las artes de la caligrafía y la pintura chinas, con su inconfundible elegancia, han pasado durante los últimos años a ocupar un lugar destacado en el panorama artístico internacional y están siendo motivo de interés y discusión. Cualquier persona relacionada con la pintura y caligrafía chinas tradicionales depende en gran medida de su pincel, tinta, papel y piedra de entintar, dado que la belleza del arte chino únicamente se manifiesta en formas concretas a través de estos instrumentos. Esta es la razón por la que siempre se han considerado muy importantes los "cuatro tesoros del estudio".

Un proverbio chino dice: "para hacer un buen trabajo, primero hay que afilar las herramientas". Un artista, como es natural, selecciona las suyas con sumo cuidado. Con dinastías en las que la literatura alcanzó una posición prominente, como la Tang (618-907) y la Song (960-1279), el arte de los "cuatro tesoros del estudio" alcanzó sus máximas cotas de exquisitez y elegancia. Muestras de esto son el pincel Chu Ke de la dinastía Tang, así como la piedra de entintar Tuan Hsi, la barra de tinta Li T'ing-kuei, y el papel Che'eng Hsin T'ang de la época de las Cinco Dinastías (907-960).

El perfeccionamiento de los tesoros del estudio influyó directamente en el desarrollo de la puntura y la caligrafía. La popularización de las técnicas de impresión, junto con la producción de papel y tinta a gran escala, durante la dinastía Song, permitió que las obras de numerosos calígrafos y pintores de la época obtuviesen amplia difusión. Muchos de los libros publicados en aquel período han llegado hasta nuestros días. El papel ha permanecido intacto y la tinta no se ha desvanecido al cabo de más de mil años, lo que prueba su alta calidad y esmerada elaboración.

El pincel (mao bi) ha sido una herramienta insustituible de pintores y calígrafos desde la más remota antigüedad. Su invención data de una época sumamente temprana de la historia de China. Según nuevas pruebas obtenidas mediante los modernos métodos de investigación arqueológica, las antiquísimas inscripciones de oráculos que hallamos en conchas de tortuga y huesos de buey eran trazadas mediante pincel y tinta y después grabadas a cuchillo, como atestiguan su forma y disposición. Los oráculos en conchas de tortuga y huesos de buey aparecieron en tiempos de la dinastía Shang (1500-1000 a. de C.), lo que indica que el pincel ha venido usándose, como mínimo, desde hace 3 000 años.

Al contrario que las plumas, los bolígrafos y otros útiles de escritura de punta metálica, el pincel se fabrica a partir del más suave y delicado pelo de animal. Esto le dota de una gran flexibilidad, que sea su característica más notable. Las posibilidades de variación en grosor y firmeza de los trazos producidos por una punta metálica son mínimas, mientras que el pincel admite múltiples variaciones en su manejo: no sólo se puede llevar a izquierda y derecha, de forma bidimensional, sino que se puede levantar y bajar para trazar líneas de distinto grosor, se puede situar la punta en el centro de la línea o desplazarla hacia un lado, se pueden trazar líneas apretadas con abundante tinta o dispersas y secas, etc. muchos de los rasgos que hacen de la pintura y la caligrafía chinas formas artísticas sin igual se derivan de las propiedades del pincel.

 
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