El joven cineasta chino Chen Daming,después de pasar varios años en los EE.UU. trabajando de actor y de ayudante de dirección, abandonó Hollywood y regresó a China con el propósito de hacer realidad su sueño: ser director de cine. El año pasado se estrenó con bastante éxito su película Desorden general (One Foot off the Ground), comedia de costumbres cuyo guión escribió el propio director.
En 1988, cuando tenía 24 años, Chen Daming, finalizó sus estudios en la Facultad de Artes Escénicas del Instituto de Cinematografía de Beijing y empezó a trabajar de profesor en este centro docente. Ansioso por perfeccionarse y encontrar más oportunidades, al cabo de dos años dejó su trabajo y se marchó a Hollywood, donde compaginó los estudios superiores con la interpretación esporádica de papeles cinematográficos. Tras superar innumerables obstáculos, Chen Daming consiguió finalmente un pequeño papel, lo que además de fortalecer su confianza en sí mismo le deparó una experiencia muy valiosa:
"En Hollywood, la competencia es tan dura que tienes que ser perfecto. Cuando no tenía ningún papel, iba a clases para mejorar mi técnica. Excepto las grandes estrellas, como Tom Cruise, los actores tienen que empezar haciendo papeles de prueba. Allí hay tantos actores y tan buenos que todos intentan ser el mejor. En Hollywood aprendí que, hagas lo que hagas, debes tratar de hacerlo lo mejor posible".
A lo largo de sus ocho años en los EE.UU., Chen Daming, a base de muchos esfuerzos, consiguió que le dieran cada vez más papeles, logrando poco a poco ser aceptado por los círculos cinematográficos estadounidenses. En la producción hollywoodiense Genghis Khan, Chen Daming interpretó al héroe mongol de finales del siglo XII que, logró unificar a las tribus de su etnia. La película gozó de una buena acogida entre el público estadounidense.
Tras cosechar sus primeros grandes éxitos profesionales, Chen Daming empezó a pensar en su futuro. Consciente de que en Hollywood no hay muchas oportunidades para los actores asiáticos, sintió nacer en él la vocación de director y el interés por rodar película s que expresaran sus ideas y sentimientos:
"Cuando cumplí treinta años, empecé a reflexionar sobre si estaba satisfecho con ser actor y qué era lo que realmente quería hacer. Ya había adquirido cierta fama entre los actores chinos residentes en los EE.UU., pero mi sueño era dirigir y escribir guiones en los que se plasmarán mis valores y mi concepción del mundo".
En 1998 Chen Daming volvió a Beijing para rodar una película. Al ver los drásticos cambios sociales que estaban teniendo lugar, decidió volver a China para intentar hacer realidad su sueño. Escribió el guión de La mujer perfecta y él mismo se encargó de la dirección. La película narra la historia de un recluso que ha pasado ocho años entre rejas y que al salir de la cárcel quiere casarse con su novia. Pero se encuentra con que ella ya no es la chica tierna y honesta de la que se había enamorado. La mujer perfecta se proyectó en varios festivales internacionales y los comentarios favorables de los críticos reforzaron la vocación de director y guionista de Chen Daming:
"Escribir guiones cinematográficos y dirigir películas son cosas totalmente distintas. Cuando escribo un guión, me siento muy feliz y satisfecho de poder trabajar de manera independiente. En cambio, la labor de director forma parte de un trabajo colectivo".
En el 2006, Chen Daming dirigió Desorden general, cuyo argumento se desarrolla en Kaifeng, antigua ciudad del centro de China en la que creció el joven cineasta. La película narra la historia de tres amigos de una compañía de yuju, la ópera local, que debido a problemas económicos se ven obligados a interrumpir sus funciones y a buscarse una nueva manera de ganarse la vida. Desorden general se ha presentado con éxito en numerosos festivales internacionales y se ha exportado a varios países, entre ellos Israel. Chen Daming nos comentó que en esta película había intentado plasmar su concepción de la vida y el cine:
"Me gusta que en el cine haya humor, como en la vida, donde suceden cosas que nos hacen reír y, al mismo tiempo, derramar lágrimas. Creo que Desorden general es una tentativa en esa dirección".
Sin dejar de sonreír amablemente, durante la entrevista Chen Daming nos habló de su experiencia en Hollywood, de su futuro y de la situación del mercado chino del cine. Entre otras cosas, su trabajo le ha deparado agradecimiento, cooperación y alegría. El cine, añadió, le ha permitido cumplir su sueño y él, a cambio, avanzará resueltamente en su carrera de director, con el objetivo de plasmar en sus películas toda la belleza de la vida.
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