Los li, uno de los grupos étnicos más antiguos del sur de China, se establecieron desde la antigüedad en la isla de Hainan. Transcurridos muchos años de desarrollo hasta hoy día, dicha etnia cuenta con más de un millon 300 mil personas. El Distrito Autónomo de los li y miao de Baoting, en el sureste de la isla de Hainan, es una de las zonas donde los li viven en comunidades compactas.
Tras abandonar Haikou, capital de la provincia de Hainan, en dirección este, demora unas cuatro horas llegar al distrito de Baoting, un lugar decorado con árboles verdes y donde reina un clima agradable durante todo el año. De los 160 mil habitantes del distrito, cerca de 10 mil son de la etnia li.
La familia de Gao Yunliang ha vivido por especio de varias generaciones en la aldea de Tongzha, perteneciente al distrito de Baoting. El cabeza de familia, de 76 años de edad, goza de mucha fama por su habilidad en el arte arquitectónico. De joven trabajaba en la construcción de chozas tradicionales de los li.
Las chozas de los li se parecen mucho a barcos colocados al revés, con el casco hacia arriba. Los arquitectos modernos consideran esas chozas, largas y cubiertas de un gran techo de paja que llega hasta el suelo, la cristalización del arte arquitectónico de los li, luego de miles de años. En el centro se yerguen tres columnas altas que representan al hombre; a ambos lados hay otras seis columnas pequeñas que simbolizan la mujer. Toda la choza contiene la idea de que una familia está compuesta de hombres y mujeres. Cuando los hijos cumplen los 15 ó 16 años, los padres les construyen nuevas chozas alrededor de la vieja.
Gao Yunliang y los suyos ya han dejado de vivir en chozas. Se trasladaron hace pocos años a una casa de 300 metros cuadrados de dos pisos.
"Cuando era joven, casi no salía de casa. Mi trabajo era enseñar a los aldeanos a construir las chozas. No entendía nada de las casas de tejado plano, ni de los edificios de hormigón; menos aún de cómo construirlos. Ahora est oy viejo y no trabajo en el campo. Pero mis hijos han ganado mucho dinero y edificaron esta casa, que es muy grande y me parece muy cómoda."
Gao Jinfeng, hijo de Gao Yunliang, debió desembolsar 200 mil yuanes para construir esa casa nueva. En 2000, tras aprender nuevas técnicas de cultivo de las frutas y verduras, Gao Jinfeng abrió su propia huerta, donde cultiva ahora más de 300 longanes, 180 rambutanes y 200 lichis. Gao Jinfeng dijo que a partir del cuarto año, los frutales empezaron a producir. Gao Jinfeng ganó ese mismo año más de 40 mil yuanes de ingreso. Como el primero de la aldea en dominar las nuevas técnicas, Gao Jinfeng fue también el primer beneficiario de las mismas.
"El dinero para construir la casa proviene principalmente de la venta de la nuez de betel, y de los productos de la huerta, así como de los cereales. El ingreso por las frutas y verduras invernales es bastante considerable. Solo entre los primeros tres meses de este año ganamos unos siete u ocho mil yuanes. Los ingresos por concepto de ventas de nuez de betel del año pasado alcanzaron los diez mil yuanes."
Es una gran familia la de Gao Jinfeng, con cerca de 20 miembros. Además de los tres hijos propios, adoptó a seis huérfanos de parientes suyos. Antes de que cultivaran la huerta, la vida era bastante difícil. Entonces, Ji Meilian, esposa de Gao Jinfeng aprendió de los lugareños de la etnia han las técnicas de crianza de cerdos. Ahora los niños están crecidos, y Ji Meilian siente alivio y puede descansar un poco.
"Antes, apenas amanecía, tenía que levantarme. En general me levantaba a las cuatro; tras preparar el desayuno, daba de comer a los cerdos, y luego salía al campo a trabajar. Ahora mis nueras me ayudan en las labores. Solo necesito cuidar a mis nietos en casa."
A los li les gusta mucho cantar. Cantan en el proceso de producción, en las bodas y ceremonias fúnebres, también en los momentos en que llegan o se alejan los huéspedes, ya que para ellos, el cantar es la forma más común de expresar sus sentimientos. Cuando llega el año nuevo, los cantos se oyen con mayor frecuencia. Y con los cantos, regresan a casa los hijos desde lejos. Es el momento más alegre del viejo Gao Yunliang.
"Salimos a comprar petardos y comida. Somos una gran familia. Igual que los han, matamos un cerdo y sacamos el alcohol producido por nosotros mismos para acoger a los familiares que vienen de lejos. Cuando todos mis hijos llegan a casa, nos reunimos para disfrutar de un banquete familiar. El segundo día del año nuevo visitamos a los parientes para saludarles. También vienen a visitarnos ellos, trayendo muchos regalos. Como patrón, les invito a una vida casera."
La vida actual de los li es notablemente diferente de la de antes. Tienen una mente más abierta, y crece el número de jóvenes que s alen lejos en busca de trabajo. Dos hijos de Gao Yunliang trabajan en las ciudades. Lin Kaixue, funcionario del gobierno del distrito de Jiamao dijo que para alentar a las personas de minorías étnicas a salir a trabajar, el gobierno local asigna un fondo especial de capacitación a los que desean trabajar fuera de casa.
"La mayoría encontró trabajo en Guangdong. Los que permanecen en la misma provincia de Hainan trabajan de forma temporal, ayudando a los demás a cultivar sandía y melón chino. Algunos aprenden en las costas las habilidades de pesca. Actualmente, el gobierno organiza periódicamente cursos de capacitación para que puedan adaptarse cuanto antes a las nuevas circunstancias. Los actuales cursos comenzaron en la primavera de este año."
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