Por la mañana, con rostro grave, el embajador de Perú en Ciudad de México, Carlos Berninzon Devescovi, escribió unas palabras en el libro de condolencias y expresó su sentido pésame al embajador chino, Yin Hengmin:

"El Gobierno y el pueblo peruanos se sienten muy tristes por esta tragedia. En los últimos días, hemos permanecido atentos a las noticias y hemos comprobado apenados como las cifras de muertos y heridos iban aumentando. En memoria de los fallecidos y como muestra de nuestra tristeza, Perú declaró el día 19 jornada de luto nacional. Nos sentimos muy afligidos, pero haremos todo lo posible por apoyar a China."

Tras escribir un largo texto en el libro de condolencias, Zehra H. Akbari, embajadora de Pakistán, manifestó visiblemente apesadumbrada:

"Las graves pérdidas causadas por el terremoto nos han impresionado hondamente. He venido aquí para transmitir al Gobierno y el pueblo chino nuestra comprensión y solidaridad. En esta catástrofe muchos han perdido a sus seres queridos. Como verdadero amigo de China, Pakistán comparte su dolor y tristeza. Al mismo tiempo, estamos convencidos de que el gran pueblo chino no tardará en superar las dificultades y hacemos votos por que la normalidad se restablezca cuanto antes."

A las muestras de condolencia de los embajadores ruso y cubano se les sumaron las de los representantes de todos los sectores de la sociedad mexicana. Carlos Rojas-Magnon, presidente de la Cámara de Comercio China-México, declaró:

"El terremoto que ha asolado el distrito de Wenchuan me ha afectado muy de cerca, ya que en él han perecido dos amigos míos de Sichuan a los que visité hace dos años. Me siento muy triste por el pueblo chino. Lamentablemente, hoy por hoy los desastres naturales parecen inevitables."

Entre los chinos que acudieron a la Embajada se encontraba Wang Jin´an, profesor vitalicio de Instituto Politécnico Nacional de los Estados Unidos Mexicanos, quien buscó un hueco en su apretada agenda para poder dar testimonio de su dolor y su solidaridad:

"Por los medios de comunicación me enteré de que un terremoto de 8 grados había provocado cuantiosas pérdidas humanas y materiales en el distrito sichuanés de Wenchuan. Como chino residente en México, me siento muy afligido. Por otro parte, la prontitud con la que se emprendieron las labores de rescate demuestran que el Gobierno chino supo responder con rapidez, reacción muy elogiada por la comunidad internacional y los medios de comunicación extranjeros. Las labores de rescate y auxilio encarnan el principio del PCCh y del Gobierno chino de que 'hay que gobernar para el pueblo y considerar al ser humano como lo primordial'. En este respecto, nos sentimos aliviados."

Sun Jiuyang, miembro de un instituto financiado por China, no pudo contener las lágrimas al redactar un mensaje de solidaridad en el libro de condolencias:

"Me siento muy abatido, como el tiempo que hace hoy en Ciudad de México. En mi corazón también llueve. Espero que, a pesar de todo, los damnificados puedan dar ejemplo de perseverancia, porque el que camino que queda por delante es todavía muy largo."

Por otra parte, numerosos diplomáticos acreditados en Buenos Aires, así como chinos residentes en Argentina y ciudadanos argentinos acudieron a la Embajada china para expresar sus condolencias.