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Doctrina del Confucionismo
2008-05-15 14:53:46   CRI

Culto a los antepasados

Estatua de Confucio en bronceLos confucianos eran practicantes de un culto que giraba alrededor de la adoración a los antepasados y de poderes entre los cuales el Cielo era el más claro. El Señor de lo Alto (Shangdi), que es a veces mencionado, era algo más arcaico. Cuando aparece en los textos de los Cuatro Libros, el Cielo es un poder superior, que no está ni personalizado ni tan separado del mundo. No es algo pasivo, pues de él vienen los mandatos y acciones, pero no es un dios del tipo judeocristiano. El Señor de lo Alto aparece como una divinidad suprema en los huesos adivinatorios de la dinastía Zhou. Los textos confucianos, al remontarse a épocas de la Antigüedad, lo mencionan a veces.

El culto a los antepasados tiene una gran importancia. Implica la creencia de que las almas de los difuntos pueden beneficiar o castigar a sus descendientes. Su evolución posterior lo convirtió en un rito cívico simbólico. Sin embargo, ni Confucio ni Mencio hablan de esa forma del culto a los antepasados. Otro elemento de importancia en el confucianismo es el rey o emperador, también llamado el Hijo del Cielo. Él sería quien mediaría entre el Cielo y los hombres. El gobernante chino tiene el mandato y con él la autoridad de celebrar ritos.

Armonía con el cosmos

Según el confucianismo, el hombre debe armonizarse con el cosmos, es decir, estar de acuerdo a lo ordenado por el Cielo. Para ello, debe autoperfeccionarse mediante la introspección y el estudio. Si el hombre lo logra, tendrá conocimiento de sí mismo y de los deseos del Cielo, lo que le servirá para desarrollar su Li, que significa los ritos, las ceremonias, la rectitud y las buenas formas interiorizadas. El Li es útil para desarrollar el Ren que se podría traducir por "buenos sentimientos hacia los demás hombres". La práctica del Ren supone las virtudes Zhong y Shu, que se traducen aproximadamente como "lealtad" y "perdón", o como "fidelidad" y "compasión". Si el hombre tiene Ren, podrá fácilmente practicar la justicia, los buenos principios, llamados Yi.

El Yi y el Li

El hombre que practica las anteriores virtudes es un Junzi, un hombre superior. El término viene de las clasificaciones jerárquicas que denotaban a los nobles y caballeros. Se opone a Shunin, los plebeyos. Sin embargo, en el confucianismo el término resalta superioridad moral, sin relación al origen social. El Junzi sería educado y justo, la virtud le sería inherente y siempre estaría en el Justo Medio, que indicaba la necesidad de moderación en todo. Además, el Junzi conoce y respeta los mandatos del Cielo, y conoce el propio.

El confucianismo sostiene que hay pocos hombres superiores y que la mayoría la conforman los Xiaoren, literalmente hombrecillos. Ellos son hombres vulgares que no se elevan a lo mejor de la humanidad. Debido a esto, el hombre superior tiene la misión de ocupar cargos públicos para poder dirigir a la sociedad. Este punto es importante ya que la burocracia de la China posterior llegó a identificarse mucho con esta idea, dando lugar a gran espíritu de servicio en las buenas épocas. Sin embargo, en los tiempos de decadencia, como pudieron verlo los europeos en el siglo XIX, era mayormente una doctrina seca e hipócrita, muy lejos de los pensamientos del confucianismo.

La sociedad en el confucianismo

El confucianismo ve solamente al hombre realizado en tanto ser social que ocupa un puesto y desempeña una función, no como un ser aislado. En la idea confuciana de la sociedad utópica, la jerarquía no es sólo social, sino también moral. En la China antigua, la familia no era un núcleo reducido, sino un gran clan, muchos de sus miembros vivían bajo un mismo techo, reconocían un antepasado en común y mantenían vínculos con otros grupos del mismo origen.

Una familia así era una prefiguración del Estado. Así, la familia era vista como un pequeño reino con jerarquías, protocolos y métodos de gobierno, y el Estado como una gran familia en la que debe haber afectos, relaciones y obligaciones morales. En la familia, los miembros están jerarquizados mediante un complejo sistema. Para el confucianismo, el aprecio, el amor y las relaciones que había entre los miembros debían estar graduadas según cada persona, su puesto, etc. En consecuencia, había términos para significar el amor por los padres o piedad filial (Xiao), el amor de los padres por su hijos (Ci), etc.

El aprendizaje del hombre superior se iniciaba en la familia y dificultosamente podrá el hombre gobernar el Estado si no puede gobernar primero su familia.

A pesar de lo dicho anteriormente, para los confucianos todos los hombres son de naturaleza básicamente igual, independiente de su posición o lugar de nacimiento. Pero no pueden mantenerse iguales ya que sería perjudicial para el buen funcionamiento social.

Métodos del confucianismo

Los medios para alcanzar la máxima excelencia o Zhi shan eran dos: el estudio y la introspección, entendida como un mirar hacia dentro, es decir, el conocimiento pleno de uno mismo.

El estudio de textos antiguos y de las lecciones de los sabios y la naturaleza es la base de la mejora individual. Además, sirve como soporte para la introspección porque el hombre debe ver que hay de bueno dentro de sí y desarrollarlo. La bondad natural humana, capital en las enseñanzas de Mencio, parte del mismo principio de que lo bueno se encuentra dentro del hombre y que debe ser descubierto usando la introspección. Así, un hombre superior podrá obtener Ren y Li.

También el confucianismo da gran importancia a los ritos. Al ser una forma de conservar el pasado mítico que fue legado, el confucianismo apoya que se los siga practicando y les da nuevos valores. Eran vistos por los confucianos como un símbolo de jerarquía y poder. Además, son un método de autodisciplina y dominio de uno mismo, al hacer que el individuo deba realizar algo de una manera precisa.

Los ritos garantizan que la sociedad y el Estado funcionen correctamente, ya que las acciones del gobierno deben tener orden y jerarquía.

La rectificación de los nombres

Para el confucianismo, la rectificación de los nombres es el principio y la consecuencia de muchas de sus ideas. Su fundamento es el siguiente: las palabras tienen significados precisos y, por eso, si se denomina a una cosa con un significante que no le corresponde, se comete un error.

Esta idea se desarrolla hasta llegar a los temas que más interesan a los confucianos. Por ejemplo, si a un usurpador se le llama rey, se comete un error, ya que no es un verdadero rey. Lo mismo sucede si un rey legítimo no se comporta como tal. También esta idea vale para un padre que no se comporta como padre, un hijo que no se comporta como hijo, etc. Así, la rectificación de los nombres se transforma en una herramienta para corregir a la sociedad y evitar que sea engañada.

Extensión del Confucianismo

El Confucianismo sobrevivió su supresión durante la dinastía de Qin gracias en parte al descubrimiento de obras clásicas ocultas en las paredes de la casa de un erudito. Después de Qin, con la nueva dinastía Han, el estudio de las obras clásicas del Confucianismo se convirtió en la base del sistema de exámenes del gobierno y del plan educativo. No se presentó ninguna tentativa seria para sustituirlo hasta el movimiento del 4 de mayo en el siglo XX.

Después de su reformulación como Neo-Confucianismo de Zhu en el s. XI, con Wang Yangming y otros Neo-confucianos, también se aceptó como filosofía de estado en Corea y Japón. A Corea con la dinastía Chosun se le ha llamado un "estado confucianizado."

Origen: es.wikipedia.org

 
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