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Una feliz aprendiza de sastra
2008-04-11 14:40:31   CRI

Antes de la década de 1980, cuando los chinos queríamos un traje o un vestido, lo habitual era que compráramos la tela y la lleváramos a la sastrería para que nos los hicieran. Ahora, en cambio, como hay tantas marcas de ropa y tal diversidad de estilos, cada vez menos gente sigue esta costumbre. Sin embargo, las sastrerías del mercado de las telas de Hangzhou van viento en popa. En el programa de hoy vamos a presentarles a Zhou Xiaoyan, una joven que trabaja de aprendiza en una de estas sastrerías.

Zhou Xiaoyan trabaja de aprendiza en "Hojas Rojas", una de las numerosas sastrerías del mercado de las telas de Hangzhou:

"Mi trabajo consiste en hacer faenas de poca importancia, principalmente en recibir a los clientes. Pero es un trabajo que me gusta mucha y me hace sentir alegre, ya que me apasiona la ropa".

Zhou Xiaoyan es una incansable lectora de revistas sobre moda. La abundante información que obtiene con sus lecturas le resulta de gran utilidad a la hora de aconsejar a los clientes:

"Nuestra sastrería está especializada en la confección de prendas de uso diario,y ropa de trabajo".

Según nos explicó Xiaoyan, por lo general los clientes llegan a la sastrería sabiendo lo que quieren, ya que antes han consultado las revistas sobre moda. Para alguna gente, resulta más conveniente ir a las sastrerías en lugar de a los establecimientos que venden ropa confeccionada en serie.

"Nuestra clientela es muy variada. Incluye a estudiantes de más de 20 años y también a extranjeros. Unos vienen aconsejados por otras personas; otros simplemente prefieren vestir ropa hecha a medida".

Xiaoyan, que lleva ya bastante tiempo trabajando en la sastrería "Hojas Rojas", conoce muy bien las principales tendencias de la moda. Una clienta llamada Tan Xiaohui nos comentó:

"En esta sastrería puedo elegir el estilo de la ropa que más me convenga. Y si hay que hacer algún arreglo, los empleados toman nota y lo hacen".

Los clientes de la sastrería donde trabaja Xiaoyan, además de hacerse trajes y vestidos a medida, pueden elegir el tipo de corte que prefieran, lo que supone una ventaja frente a los establecimientos que solo ofrecen prendas prêt-à-porter. Además, como las sastrerías se ahorran las rentas de la fachada de la tienda y los gastos de transporte, sus artículos salen más baratos que en las tiendas y los grandes almacenes.

Dentro del sector del corte y la confección, las sastrerías como en la que trabaja Xiaoyan son un buen negocio. Wang Ying, directora del Departamento Textil del Comité Económico de Hangzhou, nos contó que esta ciudad es uno de los centros tradicionales del corte y la confección, y que el gobierno local está impulsando resueltamente el desarrollo de la industria del vestido.

"Del año 2002 al 2006, el gobierno local invirtió anualmente 3 millones de yuanes en el sector de la ropa para mujer. Desde el 2006, el gobierno de Hangzhou viene asignando 20 millones de yuanes anuales a la investigación de los métodos de producción, la construcción de centros industriales, la formación de personal cualificado, etc."

Wang Ying también nos dijo que el gobierno local, decidido a impulsar el desarrollo el sector del corte y la confección, ha adoptado varias medidas para financiar la capacitación tecnológica del personal.

"Los empleados de este sector tienen que participar en los cursos de formación tecnológica impartidos por el Instituto de Tecnología Textil de Hangzhou. Estos estudios son costeados a partes iguales por los empleados y el gobierno local. Además, para obtener el correspondiente título acreditativo, quienes siguen dichos cursos deben aprobar unos exámenes muy rigurosos".

Wang Ying añadió que estos cursos, organizados por la Asociación de Fabricantes de Ropa de Hangzhou, constituyen un proyecto abierto a todos los empleados del sector del corte y la confección de dicha ciudad. Entusiasmada ante esta iniciativa, Xiaoyan ha decidido aprender el oficio de sastra para poder participar en el proyecto.

"De momento solo tengo conocimientos rudimentarios; pero estoy segura de que lo que aprendo en la sastrería será una buena base para aprender el oficio".

Xiaoyan tiene la costumbre de dibujar sus propios diseños en un cuaderno, diseños que estudia con detenimiento en su tiempo libre. Ahora su mayor deseo es obtener el título necesario para abrir una sastrería; y cuando en el futuro vea a la gente vistiendo alguno de sus modelos, se sentirá muy feliz.

 
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