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Retorno a los Orígenes V
2008-04-03 09:37:11   CRI
Desarrollar la fuerza de carácter y cultivar la iluminación requiere un cierto grado de indiferencia. En cuanto que aparece la fascinación, se persiguen objetos del deseo. Ayudar al mundo o gobernar un estado requiere un sentimiento de desapego. En cuanto aparece el apego, se está en peligro.

Las buenas personas son pacificas no sólo en la acción; sus espíritus son amables incluso en sueños. Las personas malvadas son perversas no sólo en sus acciones; incluso sus voces y risas son perjudiciales.

Cuando el hígado está enfermo, la vista decae; cuando el riñón está enfermo, el oído se ve afectado de manera adversa. La enfermedad no es visible, pero si sus efectos. Por ello, las personas iluminadas, como desean liberarse de las imperfecciones evidentes, primero eliminan las imperfecciones ocultas.

No hay mayor dicha que tener pocas preocupaciones, ni mayor desdicha que tener muchos desvelos. Sólo quienes han sufrido por sus desvelos conocen la dicha de tener pocas preocupaciones. Sólo quienes han calmado su mente conocen la desdicha de tener muchos desvelos.

En tiempos de orden se debe ser preciso; en tiempos turbulentos se debe ser flexible. En tiempos de degeneración han de combinarse precisión y flexibilidad. Al tratar con buena gente se ha de ser magnánimo; al tratar con mala gente se ha de ser estricto. En el trato de la gente normal ha de combinarse la magnanimidad y el sentido de lo estricto.

No pienses en cualquier servicio que hayas podido hacer a los demás; piensa en lo que has podido hacer para ofenderles. No olvides lo que otros han hecho por ti; olvida aquello en lo que otros te han ofendido.

Cuando los que hacen obras de caridad las hacen sin sentimiento de autosatisfacción y sin pensamientos de recompensa, incluso una pequeña donación es grande. Cuando los que ayudan a los demás calculan su propio sacrificio y piden gratitud y recompensa, incluso una gran donación es pequeña.

Las circunstancias de la gente pueden ser estables o inestables; ¿cómo podrías garantizar que únicamente tú eres estable? Tus propios sentimientos pueden ser razonables o irrazonables; ¿cómo podrías esperar que los demás sean siempre razonables? Es muy útil ver las cosas bajo esta luz y corregir de este modo las contradicciones de tus expectativas hacia ti mismo y hacia los demás.

Sólo cuando tu mente es limpia estás en un estado adecuado para leer libros y estudiar a los clásicos. En caso contrario, cuando lees acerca de una buena obra, intentarás reivindicaría como si fuera tuya; y cuando oigas un buen dicho, lo tomarás prestado para encubrir tus fallos. Esto es lo mismo que prestar armas a un rebelde, o proporcionar herramientas a un ladrón.

 
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