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Kim Yeong Rea, "padre surcoreano" de 13 huérfanos chinos
2008-01-17 09:51:51   CRI

En Tianjin, ciudad del norte de China, vive Kim Yeong Rea , un empresario surcoreano muy querido y respetado por todos. En el 2003, año en el que estableció una fábrica en Tianjin, empezó a ayudar económicamente a trece huérfanos para que pudieran finalizar sus estudios. Por este y otros motivos, no solo se le ha concedido el título de "Residente de honor de la ciudad de Tianjin", sino que ha sido elegido como uno de los diez ciudadanos modelos de urbanidad. En nuestro programa de hoy, conoceremos la historia de Kim Yeong Rea.

El 10 de septiembre del 2006, en los estudios de la Televisión de Tianjin, Kim Yeong Rea recibía el certificado que lo acreditaba como uno de los diez ciudadanos modelos de urbanidad. Este empresario surcoreano es el único extranjero al que se le ha otorgado dicho galardón. Su solidaridad ha conmovido a los tianjineses, pero a la hora de hablar de la distinción recibida no podía ocultar su timidez:

"He ofrecido mi ayuda de manera desinteresada y creyendo que no era necesario que todo el mundo lo supiera. La verdad es que de vez en cuando me he sentido muy cohibido."

Kim Yeong Rea es director general de una empresa electrónica de Tianjin. En el 2001, estableció una fábrica, pero le entristecía el ver que algunos huérfanos no tenían dinero suficiente para costear sus estudios. Así que decidió ayudarlos y en el 2004, con el respaldo del gobierno local, emprendió una relación de ayuda a largo plazo con trece huérfanos necesitados. A partir de entonces, les empezó a entregar a cada uno 300 yuanes mensuales y les orientó para que pudieran crecer felices.

Hace quince años, cuando aún vivía en Corea del Sur, Kim Yeong Rea ayudaba a jóvenes con escasos recursos económicos:

"Cuando hace ya bastantes años establecí mi empresa en Tianjin, el gobierno local me apoyó mucho. Mi ayuda a estos niños y jóvenes es una manera de corresponder al Gobierno chino."

La primera vez que los trece huérfanos fueron a su empresa, una niña llamada Ma Yuqing permanecía escondida detrás de los demás niños y con la cabeza gacha. Poco a poco, Kim Yeong Rea fue conociéndola mejor y supo que la niña venía sufriendo un complejo de inferioridad desde la muerte de sus padres. Convencido de que la niña padecía algún problema psicológico, charlaba con ella, le animaba a afrontar la vida con valentía y, aprovechando su interés, la llevó a clases de danza. Con el tiempo, la niña empezó a mostrarse más alegre y abierta, y su rendimiento escolar fue mejorando.

Kim Yeong Rea acompañó a nuestra reportera a visitar a Ma Yuqing. Ahora ya está haciendo el sexto curso de primaria y es una de las alumnas más aventajadas de la clase. Ma Yuqing se siente muy agradecida por la ayuda recibida:

"El señor Kim nos invita a su empresa una vez al mes. Él come y charla con nosotros. Todos los meses nos da 300 yuanes para contribuir a nuestra manutención. Tengo que estudiar mucho y sacar buenas notas para corresponder a su generosidad."

Entre los trece huérfanos hay una niña llamada Zheng Rong, alumna de segundo curso de la escuela secundaria básica. Cuando sus padres murieron, dejando a ella, solita con su abuela mayor y enferma, Kim Yeong Rea se ofrecer a ayudarla y sacarla de los apuros. En el futuro, Zheng Rong quiere seguir el ejemplo del empresario surcoreano y ayudar a otros:

"Cuando sea mayor, quiero ser empresaria y ayudar a los estudiantes pobres. Y si luego no encuentran trabajo, les daré un empleo en mi empresa. "

Influida por Kim Yeong Rea, su esposa se convirtió en un firme sostén de esta noble causa. Muy a menudo compra ropa nueva para los niños. Ahora, su familia es una familia numerosa y para sus hijos los huérfanos son como hermanos. Gong Nina, una empleada de la empresa de Kim Yeong Rea, mantiene una relación muy estrecha con los huérfanos, tanto es así que para ellos es como una hermana mayor:

"Me parece muy conmovedor que, a pesar de ser extranjero, nuestro director general ayude tanto a los niños chinos. Si puedo, en el futuro yo también ayudaré a los niños pobres."

Kim Yeong Rea afirma sentirse muy feliz de que los niños pueden llevar una vida mejor con su ayuda:

"La primera vez que los vi, en sus rostros no había ninguna sonrisa. Ahora veo que se sienten felices, lo que me llena de satisfacción."

Algunos de estos trece huérfanos ya tienen más de 18 años y uno de ellos ha ingresado en la universidad. Kim Yeong Rea cree que es conveniente que a partir de cierta edad aprendan a valerse por sí mismos. A partir de este año, el generoso empresario surcoreano aumentará el número de huérfanos que apoya económicamente a treinta. Piensa construir una residencia pública para que puedan vivir y estudiar juntos.

 
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