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El famoso tenor Liao Changyong
2007-06-22 16:29:45   CRI
Liao Changyong es uno de los mejores tenores chinos y, al mismo tiempo, uno de los pocos cantantes de ópera asiáticos cuya calidad es reconocida universalmente. Galardonado en importantes concursos internacionales, sus interpretaciones se han escuchado en escenarios del todo el mundo.

 Cuando interpretó la ópera italiana El barbero de Sevilla en Shanghai, un espectador veneciano elogió su actuación diciendo que su voz era la mejor que jamás había escuchado. La ópera occidental es elegante pero difícil de cantar. Sin embargo, Liao Changyong, nacido en el campo chino, ha logrado tal dominio de este género que se ha convertido en una estrella mundial. Aparte de su genio musical, al éxito de su carrera han contribuido decisivamente la férrea voluntad del artista y su espíritu indoblegable.

Liao Changyong nació en 1968 en el seno de una familia campesina de la provincia suroccidental de Sichuan. De niño quedó huérfano de padre, pero gracias al apoyo de sus tres hermanas logró completar sus estudios. Un buen día, escuchó por un altavoz varias canciones que le conmovieron vivamente.

"Procedo del campo y mi familia nunca tuvo nada que ver con la música. En aquel entonces, lo único que nos preocupaba era poder vestirnos dignamente y comer lo necesario. Siempre me ha fascinado la música popular, pero jamás se me había pasado por la cabeza ser cantante. Sin embargo, un día, al oír por el altavoz una pieza de Plácido Domingo, sentí como una sacudida y tuve la impresión de que aquello era precisamente lo que me pedía mi corazón".

Alentado por ese sueño, a los 19 años Liao Changyong ingresó en el Conservatorio de Shanghai. Antes de trasladarse a la moderna metrópoli, su madre le compró por primera vez un par de zapatos de piel. El primer día que fue al conservatorio llovía a cantaros, así que el joven se quitó los zapatos y entró descalzo con ellos en la mano. Entrar en este santuario del arte fue para aquel joven campesino una experiencia que quedaría grabada para siempre en su memoria.

"Al principio, me creía alguien. Pero no tardé en comprobar que era el último de la clase. De repente, esa gran diferencia hizo sentirme muy disgustado".

En el conservatorio, Liao Changyong se despreciaba a sí mismo: no sabía tocar el piano y su base musical era nula. Además, no se atrevía a trabar amistad con sus compañeros, quienes a veces se burlaban de él. Como no tenía amigos, lo consideraban algo huraño. Pero fue en el terreno académico donde sufrió los ataques más virulentos. Liao Changyong recuerda muy bien aquel día en el que un especialista extranjero llegó al conservatorio en calidad de asesor y, después de haber escuchado su interpretación, lo obligó a arrodillarse delante de sus compañeros y a jurar que nunca cantaría las obras del compositor italiano Giuseppe Verdi. Aquello fue como un jarro de agua fría que apagó el fuego que ardía en su corazón. Llevado de su carácter adusto, Liao Changyong se dijo a sí mismo que cuanto más lo despreciaran tanto más se esforzaría por hacer realidad su sueño.

En su camino artístico sembrado de altibajos, Liao Changyong se esforzaba al máximo. Y la suerte quiso que encontrara a una profesora excelente: Zhou Xiaoyan, la primera soprano china, conocida en la década de 1940 en el extranjero con el apodo de "el ruiseñor chino". La profesora Zhou le enseñó no sólo el arte de la música vocal, sino a desenvolverse en sociedad.

En 1993, Liao Changyong finalizó sus estudios en el Conservatorio de Shanghai con el número uno de su promoción. Entre 1996 a 1997, ganó el primer premio en el 41º Concurso Internacional de Canto de Toulouse, en Operalia ?el concurso internacional de ópera fundado por Plácido Domingo? y en el Concurso Internacional de Música Vocal Reina Sonja, galardones que lo introdujeron de lleno en los círculos musicales internacionales. La reina noruega Sonja lo elogió diciendo de él que había demostrado ser el mejor de los concursantes.

Uno de los obstáculos que hay que superar para ser un buen intérprete de ópera occidental es la barrera lingüística. Pero convencido de que su constancia le permitiría sortear aquel escollo, Liao Changyong no se inquietó. En uno de sus viajes al extranjero se llevó un libro de inglés y, tras haber aprendido algo más de sesenta palabras, empezó a trabar conversación con extranjeros. Al cabo de un mes, ya era capaz de comunicarse en inglés. En cuanto al italiano y al francés, estudió muy a fondo su vocabulario. En el apartado de interpretación francesa del Concurso Internacional de Canto de Francia, el poderío musical y la perfecta dicción del prometedor tenor chino no solo despertaron la admiración general, sino que le valieron el primer premio.

Bajo la dirección de Plácido Domingo, en el 2001 Liao Changyong interpretó al protagonista de una de las obras maestras de Verdi: Il Trovatore. La representación tuvo una fuerte repercusión entre el público y los medios de comunicación afirmaron que Liao Changyong, una de las grandes estrellas chinas, había brillado con luz propia entre numerosas y rutilantes figuras de la ópera mundial. El tenor chino entiende perfectamente las obras de Verdi, tanto es así que parece haber nacido para interpretarlas. Por una de esas felices ironías de la vida, el joven alumno al que se le había hecho jurar que jamás cantaría un pieza del compositor italiano se convirtió en uno de sus mejores intérpretes.

Liao Changyong ha actuado en escenarios de todo el mundo, ha colaborado con más de una decena de orquestas sinfónicas de prestigio mundial y ha trabajado con maestros de la talla de Plácido Domingo y Josep Carreras.

Ahora, el principal objetivo de Liao Changyong, actual decano de la Facultad de Música Vocal del Conservatorio de Shanghai, es la formación de los jóvenes talentos operísticos. En su opinión, esta es la única manera de impulsar la rápida evolución de China en el campo de la ópera occidental.

"Como profesor, me siento muy satisfecho de ver la evolución de mis alumnos, a quienes considero la prolongación de mi carrera artística. Por poco que mejoren, me siento muy feliz".

Liao Changyong nos explicó que cuando empezó a introducirse en los círculos operísticos internacionales, la gente se sorprendía de que un chino tuviera una voz tan sonora. Entusiasmado con su labor docente, su mayor deseo es que cada día más artistas chinos puedan salir del país para darse a conocer en el extranjero.

 
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