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Los supermercados llegan a los pueblos chinos
2007-05-16 09:46:23   CRI

Hace unos años, el modo de hacer compras de los campesinos chinos se describía así: el aceite, la sal, la salsa de soya y el vinagre se compran en el pueblo; los artículos de uso cotidiano, en las ferias; y los objetos de gran valor, en la capital del distrito. Esta descripción reflejaba fielmente la escasez de tiendas propia de las zonas rurales. En el año 2005, el Ministerio de Comercio de China puso en marcha un proyecto nacional para estimular el establecimiento de supermercados en dichas zonas. Tras dos años de esfuerzos, las cadenas de supermercados, cuyo ámbito de operaciones se había circunscrito hasta ahora a las zonas urbanas, han empezado a establecerse en numerosos puntos de las zonas rurales, tendencia que beneficia considerablemente a sus habitantes.

En Xianyou, distrito montañoso de la provincia costera suroriental de Fujian, hay un pueblecito llamado Yunfeng. No hace mucho, para comprar artículos de uso cotidiano sus habitantes tenían que desplazarse hasta la capital distrital, ubicada a 60 kilómetros. La situación actual es completamente distinta, puesto que ahora solo tienen que andar unos minutos para llegar al supermercado del pueblo, donde encuentran todo lo que necesitan en su vida diaria.

En este supermercado, bien iluminado y de unos 150 metros cuadrados, nuestro reportero vio bebidas alcohólicas, fruta seca, fruta fresca, así como pequeños aparatos eléctricos, todo ello distribuido ordenadamente. Yang Shicai, un aldeano que estaba comprando, nos dijo:

"Aquí se venden todo tipo de artículos de uso cotidiano. Además, los precios son relativamente asequibles y la calidad es buena."

Todas lo que hay en este supermercado ha sido comprado y distribuido por la empresa general de la cooperativa de suministro y venta del distrito de Xianyou. De ahí que su calidad esté garantizada y que los precios sean entre un 5 y un 8 % inferiores a los de otros establecimientos comerciales.

En las ciudades chinas hay supermercados por todas partes; pero en el campo, este tipo de establecimientos comerciales no empezaron a verse hasta hace dos años. A diferencia de las tiendas administradas por particulares, muy comunes en las zonas rurales, estos establecimientos se desarrollan mediante el sistema de franquicias y la distribución unificada de las empresas matrices, lo que ha permitido crear una nueva red de venta al por menor en el campo. Según las necesidades de sus clientes, muchos de los nuevos supermercados abiertos en las zonas rurales ofrecen servicios de reserva y entrega a domicilio. Además de vender productos de uso cotidiano, algunos de ellos ofrecen servicios a la medida de los campesinos, como el de vender materiales para la producción agrícola y el de invitar a especialistas para que les asesoren.

Este drástico cambio ha sido posible gracias a un proyecto promovido por el Gobierno chino, cuyo objetivo es aumentar el número de campesinos que pueden comprar mercancías de calidad cerca de su casa. Sobre esta iniciativa, al que el Gobierno chino denomina "Mercados para 1000 pueblos y 10 000 aldeas", Bo Xilai, ministro de Comercio, nos dijo lo siguiente:

"Este proyecto no sólo permite a los campesinos comprar con garantías, sino que estimula el consumo. En el marco de dicho proyecto se han establecido hasta el momento 160 000 supermercados, cifra que este mismo año se prevé que llegue a 250 000, cubriéndose así el 75 % de los distritos del país. Gracias a este proyecto, el año pasado el consumo de la población rural aumentó 60 000 millones de yuanes, incremento que, según lo previsto, llegará este año a los 85 000 millones".

Según las estadísticas, el consumo del campesinado, es decir, del 70 % de la población china, representa solamente un tercio del total nacional. Se comprende así que, aparte de lograr que el crecimiento económico no dependa tanto de las inversiones y las exportaciones, la tarea más importante en la trasformación de la estructura de la economía china sea la de incrementar el consumo, sobre todo en las zonas rurales.

El bajo nivel de ingresos del campesinado ha constituido durante mucho tiempo el principal obstáculo para la elevación de su capacidad de consumo. Pero el Gobierno chino, decidido a mejorar las condiciones de vida de este amplio segmento de la población, abolió el impuesto agrícola y ha fortalecido la construcción de infraestructuras, entre ellas las relacionadas con las comunicaciones viarias, las telecomunicaciones y el suministro de electricidad y agua potable. Además, ha aumentado sus inversiones en educación, cultura y salud pública. A medida que estas políticas empiezan a surtir efecto, poco a poco el poder adquisitivo de los campesinos chinos aumenta.

Sin embargo, las tiendas de particulares esparcidas por pueblos y aldeas no bastan para satisfacer la demanda de consumo de la población rural. Además, de vez en cuando los campesinos deben enfrentarse con problemas como la mala calidad y la falsificación de productos. Una encuesta realizada por el Ministerio de Comercio revela que el 74 % de los campesinos chinos ha comprado en alguna ocasión semillas, pesticidas, fertilizantes químicos o algún otro producto falsificado. En tales circunstancias, la promoción del establecimiento de cadenas de supermercados en las zonas rurales no sólo contribuye a la elevación del nivel de vida de su población, sino que impide que los productos de mala calidad y las mercancías falsificadas dañen los correspondientes mercados.

La aparición de los supermercados estandarizados ha hecho que las tiendas regentadas por familias, más comunes en las zonas rurales, se sientan presionadas. Tanto es así que la mayoría de sus propietarios están dispuestos a participar en la capacitación administrativa y la distribución unificada de mercancías, y convertirse de este modo en tiendas franquiciadas por las cadenas de supermercados.

En Nanning, capital de la región autónoma zhuang de Guangxi, el aldeano Lei Jinqing se incorporó a finales del año pasado a la cadena de supermercados Likelong. Hoy en día, su tienda es la más frecuentada por la población local. Según nos contó Lei Jinqing, el Gobierno le ofreció un subsidio de unos 10 000 yuanes para acondicionar el interior de su establecimiento. Además, ha instalado estanterías para colocar ordenadamente las mercancías y ha estandarizado sus canales de abastecimiento. La consecuencia lógica de todo ello ha sido un aumento espectacular de las ventas.

"Las ventas diarias se han duplicado. Antes, su valor era de más de mil yuanes; ahora, supera los dos mil."

El mayor reto con el que se enfrentan las cadenas de supermercados al establecer nuevos puntos de venta en las zonas rurales es el de aumentar sus ganancias. Se calcula que una misma inversión rinde tres veces más en la ciudad que en el campo. Para las cadenas grandes y medianas, dos son los cuellos de botella que dificultan su expansión en dichas zonas: la debilidad de las infraestructuras comerciales y los altos costes de operación.

Refiriéndose a estas y otras dificultades, Huang Hai, ministro adjunto de Comercio, apuntó:

"La mayor dificultad es el desarrollo desequilibrado: en las regiones del este, hay supermercados en todas las aldeas, mientras que en el oeste su expansión es relativamente lenta; la segunda dificultad es que las cadenas de supermercados que abren establecimientos en las zonas rurales no son muy potentes ni de grandes dimensiones; la tercera es el precio de la electricidad de uso comercial, dos veces superior al de la de uso agrícola, lo que encarece mucho los costes".

Con el fin de resolver esta problemática, el Gobierno chino ha asignado una partida especial de los presupuestos generales al apoyo del desarrollo de los supermercados en las zonas rurales. Desde el año 2005, el Gobierno Central ha invertido más de 500 millones de yuanes en este proyecto. Por su parte, el Banco Nacional de Desarrollo ha concedido préstamos especiales por valor de 10 000 millones de yuanes. En cuanto a las empresas que invierten en la construcción de centros de distribución, los bancos les conceden préstamos preferenciales a bajo interés.

Además, con miras a formar una nueva red de circulación de los productos de consumo, el Ministerio de Comercio ha tomado medidas para que los canales de distribución ya existentes en las zonas rurales puedan incorporarse fácilmente al mencionado proyecto. A través de esta red, las empresas de supermercados compran directamente a los campesinos huevos, hortalizas y otros productos, y orientan la producción agrícola de acuerdo con la demanda, todo lo cual contribuye a aumentar los ingresos de la población rural.

Casi todas las cadenas participantes en el proyecto "Mercados para 1000 pueblos y 10 000 aldeas" están aumentando el número de sus establecimientos en las zonas rurales. Pero todo esto representa tan solo una mínima parte de los trabajos emprendidos por China para explotar el mercado de consumo en las zonas rurales. El ministro de Comercio, Bo Xilai, comentó al respecto:

"Estamos creando una red para la distribución de los productos agrícolas. Ante todo, estableceremos cien grandes mercados mayoristas en diferentes puntos del país; en segundo lugar, apoyaremos a un centenar de grandes empresas mayoristas de productos agrícolas para que desempeñen la función de pilares del mercado; y, por último, procederemos a estandarizar y modernizar 2000 mercados mayoristas repartidos por el país".

La ejecución del proyecto "Mercados para 1000 pueblos y 10 000 aldeas", que se encuentra ya en su tercer año, se extenderá a todos los distritos y ciudades de China que cumplan determinadas condiciones. Se prevé que antes de que finalice este año, en las zonas rurales se habrán abierto otros 100 000 establecimientos franquiciados por cadenas de supermercados, proceso en el que se priorizarán las tiendas de alimentos, de electrodomésticos y de productos químicos para uso diario.

 
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