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Regalos en China
2007-03-28 11:00:58   CRI

Después de la celebración del Año Nuevo del calendario gregoriano, nueva moda en China, los chinos quedamos esperando ansiosos la llegada del festivo local más importante del año, la Fiesta de la Primavera. Es una temporada intensa durante la cual se visita a los amigos y parientes y se intercambian regalos. En el país hay tres refranes que revelan la actitud de los chinos hacia los obsequios: "Los regalos recorren una ruta de doble sentido", el cual expresa la capacidad del obsequio como vía de acercamiento entre los seres humanos. "No hay regalos en exceso" resalta la importancia de hacer regalos en el trato social. "El sentimiento vale los regalos" muestra que los chinos consideran la actividad de obsequiar como un intercambio sentimental más que material.

Durante las tres décadas pasadas, según la sociedad china experimentaba el tránsito de la escasez material a la abundancia y la prosperidad económica, la costumbre de obsequiar también sufrió cambios lentos pero evidentes.

En los años 70, una insignia con el retrato del Presidente Mao Zedong era sin duda un regalo precioso. En aquel entonces, los chinos solían colocar el retrato del Presidente Mao Zedong en casa y llevarlo como insignia prendida a la ropa. La colección del máximo número posible de insignias era, además de una moda, un gran honor y orgullo.

En esa etapa, caracterizada por la escasez material y la preconización del sacrificio y el valor, prevalecía el "alimento espiritual", que podía expresarse en libros, sobre todo las Obras Escogidas de Mao Zedong. Que se recibían como obsequios muy apreciados, para su estudio minucioso.

"Aprendí mi inglés a través de una Antología de Lu Xun en inglés que me regalaron" recuerda Zhang Yang, miembro de la Academia de Ciencias Sociales de China.

A principio de la década de los 80, con la aplicación de la política de reforma y apertura hacia el exterior, el disfrute material dejó de considerarse como "pensamiento burgués". Entonces, en las ciudades aparecieron artículos de regalo como el polvo de leche, meriendas y otros alimentos que la gente no consumía de manera regular. En el campo, se obsequiaban principalmente cereales y ropa.

En aquel entonces, cuando una familia rural tenía algún motivo de celebración, sus miembros y amigos llegaban con una pértiga de cereales. Al poco tiempo, sin embargo, los receptores del presente lo reciprocaban entregando cereales por el mismo motivo. Otra tradición consistía en que las muchachas a punto de desposarse cosían zapatos para cada familiar y amigo. Este despunte en la entrega de regalos adquirió especial fuerza en aquellos momentos en que los chinos salían de una época de falta de alimentos y ropas.

Al entrar en los años 90, la vida de muchas familias chinas ha superado el nivel de satisfacción de alimentos y vestimentas. En consecuencia, se pasó a tener en cuenta artículos de más alta categoría como bicicletas y relojes.

En 1993, el Gobierno chino declaró la abolición de la circulación de cupones que por más de 40 años sirvieron para adquirir de forma racionada alimentos, telas, aceites y otros objetos cotidianos. Esta decisión supuso un alza en el nivel de vida de la población, que ya no tenía que depender de un suministro racionado. Desde entonces, los cereales y telas desaparecieron para siempre de la lista de regalos de los chinos.

Después del inicio del siglo XXI, a medida que la economía china se desarrolla y se eleva el nivel de vida, se presta cada día más importancia a la nutrición científica y el cuidado de la salud. Bajo tal tendencia, los productos reconstituyentes forman gran parte del contenido de los regalos. Entre los comerciales televisivos, este apartado ocupa el 20% del total.

Actualmente, otros elementos como la moda, la novedad y la personalidad desempeñan un importante papel a la hora de decidir qué regalar. Los teléfonos celulares, computadoras y otros productos digitales se han situado a la cabeza de la lista de favoritos.

"En esta Fiesta de la Primavera, pienso regalar a mi hermano en mi pueblo natal una cámara digital, y a mi sobrino, un reproductor MP3 de más reciente modelo". Dijo Sun Yan, joven editor de una casa editorial de Beijing, quien proviene del sur rural. "Lo cierto es que ahora resulta más difícil comprar los regalos. Antes, cuando iba a otras ciudades en viajes laborales, siempre traía regalos a mis amigos en Beijing, pero evidentemente no les gustaban. Además, hoy en Beijing se pueden localizar casi todos los productos locales del país. Por tanto, dejé de comprar regalos en esos viajes".

Cuando en el buscador de Internet se escribe la palabra regalo aparecen miles de vínculos. En las grandes ciudades de China, como Beijing y Shenzhen, se han desarrollado numerosas industrias del obsequio. Sin embargo, a pesar de ello, y quizás por dicha razón, se hace más difícil dar con el presente adecuado.

"EN los años 80, pasábamos la Fiesta de la Primavera visitando sin descanso a parientes y amigos. Llevábamos sólo una bolsa de caramelos como regalo y posiblemente pocos días después esta misma bolsa llegaba de vuelta en las manos de algún visitante. Al visitar a una familia con frecuencia encontrabamos a visitantes amigos, y luego nos íbamos a una tercera casa de familia, hasta que se reunían decenas de personas bajo un mismo techo", recuerda con nostalgia Li Qiang, que hace años abandonó su pueblo natal para venir a trabajar en Beijing.

Conciente de que difícilmente experimentará otra Fiesta de la Primavera como la de aquellos años, Li Qiang no esconde su insatisfacción. "En estos años los parientes hemos ido abandonando el hábito de visitarnos. En mi pueblo natal hay muchos que van a las ciudades grandes a trabajar, como yo, y luego nos cuesta mucho trabajo regresar a casa en los días festivales, porque los trenes están repletos y los precios del avión suben sin parar. Ahora sólo me queda encargar a algún paisano que lleve a cada pariente y amigo un regalo exquisito. Si no hay esta expresión, de veras no existe ninguna diferencia entre los conocidos y los desconocidos".

Es cierto que con el ritmo de vida cada día más acelerado, sentimentalmente la gente ya no vive tan cerca debido a las pocas ocasiones de encontrarse. por tanto, prefiere aprovechar alguna ocasión para acercarse por medio de un regalo que fue seleccionado con mucha consideración.

Por ejemplo, en las bodas siempre hay una "Libreta de Gratitud" en la que se registran los regalos o la suma de dinero obsequiados por los huéspedes. Hace 20 años, los recién casados de la zona rural podían recibir una amplia diversidad de regalos, desde cereales hasta diversos artículos de vida cotidiana. La familia anota detalladamente el tipo de regalo para posteriormente regresar la cortesía en más o menos las mismas ocasiones. Actualmente la gente ya se ha acostumbrado a regalar y recibir dinero, lo cual facilita las cosas.

 
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