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Pingping compra casa
2007-03-28 10:56:02   XINHUA-CRI

A medida que se eleva nuestro nivel de vida, los chinos prestamos cada vez mayor atención a las condiciones habitacionales. Como es natural, los jóvenes que aún viven con sus padres quieren independizarse y vivir en su propia casa.

Pingping es un joven de 25 años recién salido de la universidad que trabaja en una empresa de publicidad. Pingping siempre ha vivido con sus padres en Yongle, barrio de viviendas de casi 30 000 vecinos, con infinidad de bloques nuevos, casas viejas de una o dos plantas terreras y edificios en construcción.

El apartamento de Pingping y sus padres mide unos 60 metros cuadrados y tiene dos habitaciones, cuarto de baño, cocina y sala de estar. Pingping quiere casarse y como dice el refrán: "quien se casa, casa quiere". Por eso lo primero que quiere hacer es resolver el problema de la vivienda.

"El apartamento de mis padres es muy pequeño, así que cuando me case tendré que alquilar un piso. Pero como el alquiler también es bastante caro para mí, creo que es mejor comprar un apartamento a plazos.

La señora Wu, madre de Pingping, ya está jubilada. A mediados de la década de 1970, vivía con cinco o seis muchachas en un dormitorio proporcionado por la fábrica donde trabajaba. A principios de la década siguiente se casó y ella y su marido se mudaron a un sótano de un modesto edificio. Hace ya muchos años, la vivienda de la pareja consistía en una sola habitación.

"Cuando éramos jóvenes, las condiciones de vida eran tan duras que ni siquiera pensábamos en la posibilidad de comprarnos una vivienda. Pero los tiempos han cambiado mucho"

A mediados de la década de 1990, la entidad donde trabajaba el padre de Pingping distribuyó apartamentos entre sus trabajadores. En 1998, la pareja pagó una suma simbólica de 30 000 yuanes, gracias a las nuevas políticas de subvención del Gobierno y se convirtió por fin en propietarios de su vivienda.

La historia de la familia Wu es un reflejo de los cambios operados en las condiciones de vida de los beijineses. Hace unos diez años, en la capital china la superficie de vivienda por habitante no llegaba a los diez metros cuadrados; ahora, en cambio, ya supera los veinte.

La señora Wu se siente realmente satisfecha con su apartamento de casi sesenta metros cuadrados y dos habitaciones. Pero Pingping no quiere vivir como sus padres después de casarse y está muy ocupado con la compra de una vivienda. Se conoce todos los edificios nuevos de Beijing y lo único que le falta es determinar la superficie del apartamento que quiere comprar y pensar en cómo lo pagará.

"Me gustaría comprar un apartamento grande, pero no me resultará nada fácil, porque supondrá una gran presión. Por suerte, la entidad para la que trabajo se beneficia de la reserva pública de viviendas y de la política de subvenciones".

La señora Wu aconseja a su hijo que primero compre un apartamento pequeño y que, más adelante, cuando cuente con mayores recursos, compre una vivienda más amplia. El consejo de la señora Wu parece muy sensato. En principio, una vivienda se compra con el deseo de mejorar las condiciones de vida; pero los elevados gastos que ello implica pueden tener el efecto contrario. Sin embargo, Pingping insiste en comprar un apartamento grande.

Escuchemos a continuación lo que nos comenta Dai Jianzhong, profesor de la Academia China de Ciencias Sociales:

"Desde los tiempos de la economía planificada hasta la puesta en práctica de la reforma y la apertura, las condiciones de vida del pueblo chino han mejorado mucho, sobre todo por lo que respecta a la vivienda. En este terreno, en Beijing se ha alcanzado un nivel que puede calificarse de acomodado".

No obstante, la adquisición de una vivienda sigue representando una pesada carga económica para los beijineses y los habitantes de otras grandes ciudades, quienes ven como los precios suben cada vez más. El año pasado, Beijing estableció un récord, ya que fue la ciudad china donde los precios inmoviliarios experimentaron la más rápida subida. Hace tres años, en el barrio de Yongle, un metro cuadrado de un edificio nuevo costaba 4000 yuanes; ahora ya vale 8000.

El rápido encarecimiento de la vivienda no ha pasado desapercibido al Gobierno chino. En el Informe sobre la Labor del Gobierno, presentado en la reciente sesión anual de la Asamblea Popular Nacional, el primer ministro, Wen Jiabao, indicó lo siguiente:

"El Gobierno debe priorizar la construcción de viviendas al alcance de los ciudadanos, prestar especial atención al problema que la vivienda representa para las familias con ingresos reducidos y ayudarlas a solucionarlo. Para ello, deberá utilizar adecuadamente los dos medios siguientes: los mecanismos del mercado y la regulación y el control gubernamentales. Más concretamente, deberá mantener la magnitud de las inversiones en bienes inmuebles en un nivel racional; optimizar la estructura de la oferta de viviendas comerciales; y, a fin de mantener los precios en un nivel razonable, deberá reforzar su supervisión, regulación y control, así como impedir alzas excesivas".

En el 2006, el Gobierno chino presentó varias medidas para fortalecer la regulación y el control macroeconómicos en el mercado inmobiliario. Este año, los departamentos pertinentes se disponen a resolver el problema de la vivienda para familias con ingresos bajos, mediante la ejecución de un proyecto que incluye la construcción de viviendas comerciales, viviendas económicas y viviendas de alquiler reducido. Recientemente, el gobierno municipal anunció que, en el plazo de tres años, construirá veinte millones de metros cuadrados de viviendas a precios económicos para satisfacer la creciente demanda en este sector.

En el caso de Pingping, ha decidido comprar un apartamento de unos 100 metros cuadrados con cocina, baño, sala de estar y dos habitaciones.

 
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