Cao Baoming es un folclorista de 58 años que lleva más de treinta recorriendo lejanas regiones montañosas en busca de elementos desconocidos de la cultura folclórica. Gracias a su tesón, numerosas manifestaciones de la cultura popular china, incluida la cultura del halcón, han sido divulgadas entre un amplio público. En los próximos minutos, les presentaremos en detalle la labor de este prestigioso folclorista.
Durante largo tiempo, los habitantes de las zonas montañosas de la provincia nororiental de Jilin han mantenido viva la cultura relacionada con la caza y la domesticación de los halcones. Antes de que Cao Baoming escribiera El último cazador de halcones, obra publicada recientemente, esta cultura era una perfecta desconocida y se encontraba al borde de la extinción.
En su libro, Cao Baoming describe con todo lujo de detalles la cultura del halcón, cuyos orígenes se remontan a más de cuatrocientos años atrás. Por medio de fotos, ilustraciones y la transcripción de relatos orales, Cao Baoming describe vívidamente la historia de esta cultura, las técnicas utilizadas para capturar y adiestrar halcones, así como los sentimientos que se establecen entre los seres humanos y estas aves. El autor dio fin a su obra después de haber vivido dos años con el cazador Zhao Mingzhe en lo profundo de las montañas del noreste de China. Pero dejemos que sea el propio Cao Baoming quien nos lo explique:
"Durante los dos años que pasé con Zhao Mingzhe en una cabaña de las montañas, tomé nota de todo el proceso de captura y domesticación de los halcones, y las historias que él me contaba. Después de más de cuatro siglos, esta técnica está a punto de desaparecer. ¿Qué es el Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad? Pues nada más y nada menos que la sabiduría de la especia humana, incluidas sus artes, técnicas y tecnologías. Hay que proteger la cultura del halcón, salvar a esta especie y conservar las técnicas de su captura y adiestramiento. El desarrollo de esta etnia de cazadores de halcones y la preservación de su medio ambiente constituyen un patrimonio de incalculable valor para la humanidad".
Poco después de publicarse El último cazador de halcones, Yulou, aldea perteneciente a la ciudad de Jilin y último reducto de la cultura del halcón, despertó el interés de los medios de comunicación chinos y extranjeros, y empezó a atraer a un número creciente de visitantes. Zhao Mingzhe, el último cazador de halcones, se considera un distinguido heredero de la cultura folclórica china. El libro de Cao Baoming se menciona como ejemplo del éxito obtenido por China en la protección de su patrimonio oral e inmaterial.
En la década de 1970, cuando todavía era profesor universitario, Cao Baoming empezó a recoger datos sobre las culturas folclóricas junto con sus estudiantes. Lo que vio y oyó le impulsó a adentrarse en la investigación del folclore. Hasta la fecha, ha publicado sesenta y cuatro libros sobre las técnicas tradicionales, y tiene otros siete en prensa.
Actualmente, Cao Baoming preside la Asociación de Literatura y Artes Folclóricas de la Provincia de Jilin, y dedica gran parte de su tiempo a recorrer campos y montañas para investigar y registrar técnicas tradicionales. Rica en recursos minerales y forestales, la provincia de Jilin ha sido siempre una tierra de cazadores, balseros, lavadores en batea, buscadores de ginseng y pescadores. Sus habilidades y técnicas se emplean en la vida cotidiana, pero no existen registros escritos acerca de ellas, y debido al empuje de la industrialización, estas formas de trabajo físico van desapareciendo. Según Cao Baoming, el objetivo de sus trabajos era introducirse en la memoria de la humanidad para rescatarla:
"Estos conocimientos pasan de una generación a otra oralmente, una de las principales formas de transmisión de la cultura. Cuando penetramos en la intimidad de los miembros de las culturas folclóricas, percibimos que éstas se hallan por encima de todo conocimiento. Hay numerosas regiones con su propia cultura, pero lamentablemente muchas de ellas carecen de sistema de escritura, lo que aumenta el riesgo de que su patrimonio cultural se pierda para siempre. Me apasiona investigar estas culturas y anotar la información que me proporcionan sus miembros. Para mí es una gran satisfacción poder conservarlas en forma escrita".
Decidido a registrar las técnicas folclóricas tradicionales con todo detalle y la mayor exactitud, Cao Baoming se sumergió entre el pueblo y vivió y trabajó con quienes seguían conservándolas. El prestigioso folclorista nos confesó al respecto:
"He pasado largo tiempo viviendo con ellos para poder rescatar sus conocimientos y destrezas. Por lo general, los artesanos no quieren recibir invitados, ni visitas, pero los traté como debe tratarse a los amigos y a los mayores, es decir, con la mayor sinceridad".
Durante los dos años de visitas a Zhao Mingzhe, entre Cao Baoming y el último cazador del halcón se forjó una profunda amistad. Para poder alimentar a los halcones con carne, Zhao llevaba una vida frugal y pasaba apuros económicos. Su sueño era tener una zamarra que le protegiera del frío. Cao Baoming compró una piel de carnero y le pidió a un familiar que confeccionara una zamarra. Cuando el folclorista se la regaló, el halconero no pudo contener las lágrimas. Aún hoy, a Cao Baoming se le hace un nudo en la garganta al relatar esta escena.
A medida que avanzaba en la recogida de datos sobre las técnicas populares en peligro de desaparecer, la tristeza de Cao Baoming era cada vez mayor. Pero como él mismo nos cuenta, la gravedad de la situación le impedía abandonar su tarea:
"Empecé a recoger y estudiar estas técnicas llevado de la curiosidad y el afán de novedades. Pero al darme cuenta de la importancia de mi trabajo, comprendí que debía hacerlo sin demora. Mi convivencia con los herederos de las técnicas tradicionales me llevó a considerarlos tesoros de una valor incalculable. Recuerdo que, a menudo, cuando volvía a visitar a un artesano, me esperaba la triste noticia de su muerte. Puesto que no puedo hacer nada por evitar que los artesanos mueran, me he dedicado a rescatar las técnicas más valiosas y en mayor peligro de desaparecer."
En el 2002, el Gobierno chino puso en marcha un proyecto de ámbito nacional encaminado a rescatar y proteger el patrimonio oral e inmaterial del país. Desde entonces, Cao Baoming trabaja con más ánimo y se siente muy satisfecho de haber llegado a tiempo para rescatar numerosas técnicas tradicionales. El infatigable folclorista se jubilará dentro de dos años, pero asegura que, mientras su salud se lo permita, seguirá trabajando en la preservación del patrimonio intangible de China.
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