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Conociendo la etnia Tujia
2005-12-29 11:00:52
La riqueza étnica de Enshi

La prefectura autónoma de la etnia tujia de Enshi, situada al suroeste de la provincia de Hubei, es una zona rica en selenio y caracterizada por su perenne color verde, pues además de bosques inmensos, la mayoría del territorio se encuentra cubierta de arbustos, ya sea en las montañas, a ambos lados de la carretera, o incluso alrededor de las viviendas. El río Qingjiang que atraviesa la prefectura es el menos contaminado de entre todos los ríos del país.

La caverna Tenglong (Dragón volador) es la principal atracción turística de la región. De hecho, está compuesta por dos cuevas ligadas. Una de ellas cuenta con una superficie explotada de dos millones de metros cuadrados y tiene altura suficiente para hacer en ella fuegos artificiales. En su interior se encuentran cinco colinas y una cascada de 20 metros de altura.

También vale la pena admirar un antiguo árbol de metasequoia (Metasequoia glyptostroboides). Por sus 500 años de edad, otros árboles de la misma especie existentes en el mundo podrían ser sus "hijos" o "nietos".

Al tomar una balsa de bambú para viajar por el río Qingjiang, se puede escuchar en la lejanía la melodía de la canción Longchuandiao, reconocida por las Naciones Unidas como una de las mejores canciones folclóricas del mundo.

El templo de Zhang Fei y la ciudad imperial

En la prefectura de Enshi han convivido las etnias tujia y miao durante generaciones, pero en el distrito de Xianfeng de dicha prefectura la mayoría de la población es tujia. Antes del reinado del emperador Yongzheng (1723-1735) de la dinastía Qing (1644-1911), se ponía allí en práctica el sistema administrativo del jefe hereditario, y Tan Ding, el entonces jefe de Tangya, mandó construir su ciudad imperial en el terreno llano de la falda de una montaña. En abril pasado, fuimos a visitarla bajo una llovizna de primavera.

Paramos nuestro carro a media cuesta de una montaña, a cuyo pie fluía el río Tangya zigzagueante. El guía, señalando con una mano la construcción levantada en la pendiente, nos dijo que aquello era el templo de Zhang Fei, que fue un famoso general en la época de los Tres Reinos (220-280), pero no tenía nada que ver con la localidad. ¿Por qué se construyó entonces all?un templo en su honor? Una leyenda dice que en la Antigüedad, debido una peste porcina morían los cerdos uno tras otro, de modo que el pueblo sufría grandes pérdidas. Alguien descubri?que las rocas de la montaña se parecían mucho a una manada de puercos que corría hacia el río Tangya. La gente empezó a creer que la peste porcina era causada por este fenómeno y, al pensar que Zhang Fei fue en su origen matador de cerdos, dedicidieron construir un templo a Zhang Fei al lado del río Tangya para "impedir que la manada de puercos llegara al río". Lo curioso fue que una vez construido el templo, desapareció la peste porcina, y, desde entonces, la carne de puerco producida de la localidad goza de fama por ser la materia prima en el proceso de tocino y jamón.

En la actualidad, el templo se encuentra semiderruido: se ha perdido la estatua del general Zhang Fei, y sólo en el patio hay un grupo de finas esculturas de piedra que están bien conservadas bajo un quiosco recién construido. Seguimos caminando hacia arriba y llegamos a un terreno llano donde está el vestigio de la ciudad imperial. Un gran pórtico de piedra se alza en la entrada. Tiene cuatro columnas y tres pasajes, y en su tejado de tres capas se alinean pequeñas esculturas de animales. En el centro del pórtico est?inscritos cuatro caracteres chinos que significan "El paso importante del sur de Hubei", debajo de la cual hay un motivo de bajorelieve que describe la inspección del jefe hereditario de Tangya. Por encima de los pasajes laterales, cuatro motivos de bajorelieve reflejan la vida cotidiana del pueblo, cuyos títulos son la pesca, la preparación de leña, el cultivo de tierra y la lectura de libros. Alrededor del pórtico están diseminados pedazos destrozados de antiguas esculturas de hombres y animales.

Se dice que la ciudad imperial fue bien construida con numerosos salones y tuvo tres avenidas y dieciocho calles. Sin embargo, cuando entramos en ella y pasamos por la única calle principal pavimentada con losas de piedra, ya no vimos ningún salón imperial sino las residencias típicas de la etnia tujia. Por lo general, estas construcciones son casas de dos pisos: la gente vive arriba y la planta baja no tiene tabiques de distribución y sólo sirve de depósito de cereales o establo.

La tumba del jefe hereditario Tan Ding, situada en un patio, todavía se encuentra bien conservada. Delante de la tumba se levanta un salón donde se localiza una lápida. A la entrada dos columnas con la escultura de un animal sirven como guardia de la tumba. 

La historia dice que Tan Ding, jefe hereditario de Tangya se cas?con la señorita Tian, hija del jefe hereditario de Longtan, lo que puso fin a las guerras continuas entre ambos clanes. Tian era virtuosa y ayudaba a su marido a fomentar la agricultura, de modo que el pueblo podía vivir feliz y trabajar en paz. Hoy en día, el matrimonio Tan Ding sigue siendo respetado por los habitantes locales y se cuentan sobre él muchas leyendas.

 
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