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Vida feliz en la aldea de Xingfu.
2005-11-23 09:28:11   CRI

Gracias al desarrollo de la economía rural y a la consiguiente elevación de los ingresos de sus habitantes, el campesinado chino lleva una vida cada vez más rica y variada. En los próximos minutos, vamos a hacer un recorrido por la aldea de Xingfu para conocer de cerca la vida de la población local.

Ubicada en las afueras de Pingxiang, ciudad de la provincia suroriental de Jiangxi, Xingfu es una "aldea de urbanismo ejemplar" de nivel provincial. Desde la carretera distrital que conduce a ella, se ven sus casas, recostadas al pie de la montaña, perfectamente dispuestas y rodeadas de frondosa vegetación.

Al entrar en la aldea se oye un ruido ensordecedor de gongs y tambores. No los tocan músicos profesionales, sino los habitantes de Xingfu, quienes formando una "guardia de honor" se reúnen una vez al día en un amplio campo deportivo público para ensayar. Aparte de la tradicional danza del tamboril, las mujeres bailan el yange ?una danza folclórica? y practican bailes de salón, aficiones que moldean su carácter y les ayudan a mantenerse en buen estado de salud. Estas actividades que combinan el ocio con la cultura se han convertido en un destacado elemento de la pintoresca aldea de Xingfu. Liu Wenzhi, una señora de 58 años perteneciente a la "guardia de honor", nos lo explicaba así?

"Por la mañana, las mujeres solemos hacer las labores del hogar; y por la tarde, nos reunimos para cantar, bailar o hacer ejercicio en el gimnasio. Nos encanta participar en actividades deportivas y recreativas. Es una buena manera de enriquecer la vida cultural de nuestra aldea. Por eso, comprar instrumentos y vestidos para nuestras actuaciones es, en cierto sentido, una inversión".

Aparte del campo deportivo, los habitantes de Xingfu cuentan con otros lugares para su esparcimiento. Cuando no hay muchas labores agrícolas que hacer, van a la biblioteca a leer y a jugar al ajedrez, a la sala de audiovisuales para escuchar música y mirar películas, o a una sala con mesas de ping-pong.

A medida que su nivel de vida se eleva, los xingfuneses participan en actividades cada vez más diversas y dinámicas. Desde la década de 1970, momento en que China empezó a aplicar su política de reforma económica y apertura al exterior, Xingfu ha prestado especial importancia al perfeccionamiento de sus sistemas administrativos, lo cual ha dado un fuerte impulso al desarrollo de su economía. Bajo la dirección de sus cuadros, la aldea ha promovido una agricultura científica y ecológica que, año tras año, ha ido incrementando los ingresos de sus habitantes. Los centros de agricultura ecológica de Xingfu, entre ellos los de producción de flores y plantas, arroz híbrido y frutas sin pesticidas, han establecido relaciones comerciales con numerosas provincias. La mejora general de la condiciones de vida anima a los campesinos a participar en actividades de bienestar y a prestar mayor atención a la protección ambiental. Tanto es así que el medio ambiente de la aldea es ahora muy satisfactorio, sobre todo gracias a los conocimientos sobre ecología adquiridos por sus habitantes y a la campaña de reforestación que han llevado a cabo.

El aldeano Liu Huilan nos comentó orgulloso:

"Hemos decidido esforzarnos al máximo por evitar la contaminación y proteger el medio ambiente. Aquí utilizamos carbón todos los días. Pero ahora, en los patios de las casas se reserva un lugar para enterrar las cenizas del carbón y los desperdicios domésticos biodegradables. De este modo, no solo evitamos la contaminación, sino que obtenemos un abono natural muy apropiado para las frutas y las verduras".

La repoblación forestal ha alcanzado ya el 90% y muchos hogares cuentan con sanitarios ecológicos. Liu Gingfen, un anciano de 80 años, disfruta de esta notable mejora de las condiciones de vida. En su opinión, la aldea se encuentra en el mejor momento de su historia:

"Cada vez vivimos mejor. Los ancianos dedicamos una parte de nuestro tiempo libre a hacer ejercicio para conservar la salud. De vez en cuando nos visitamos y charlamos animadamente. Solemos hablar de la situación de China, ya que todos estamos muy interesados en el desarrollo del país".

Buena prueba del espíritu emprendedor de los xingfuneses es el hecho de que dediquen parte de su tiempo y de su dinero a la construcción de infraestructuras públicas. En efecto, uniendo sus esfuerzos, los ochocientos habitantes de la aldea enlazaron sus 185 casas por medio de una red de calles de doce metros de ancho y siete kilómetros de largo. En la construcción de esta red de calles los aldeanos invirtieron cuatro años y más de un millón de yuanes.

La belleza del entorno y la alegría que reina en Xingfu están promoviendo el ecoturismo rural. Los visitantes procedentes de las ciudades, cada vez más numerosos, también contribuyen a la elevación de los ingresos de los campesinos. Los turistas se alojan con las llamadas "familias modelo de urbanidad", es decir, aquellas que por su armoniosa vida familiar y las condiciones higiénicas de sus hogares se considera que reúnen las condiciones necesarias para atender a los visitantes. Liu Deshang, alcalde de Xingfu, nos comentó al respecto:

"A las familias que no cumplen las condiciones se les retira el permiso de alojar a turistas. Es una manera de animarlas a mantener su competitividad. El año pasado había una treintena y ahora ya hay alrededor de ochenta".

Con esta iniciativa se estimula a los campesinos a responsabilizarse de sus propios asuntos. Por medio de su inteligencia y laboriosidad, día tras día los habitantes de la aldea de Xingfu van mejorando sus condiciones de vida y van alcanzando una existencia más feliz.

 
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