Como una de las capitales más grandes del mundo, Beijing reúne una nutrida oferta gastronómica no sólo de comida china, sino internacional.
Los amantes de la cerveza pueden disfrutar de esta bebida en pleno corazón de Beijing elaborada conforme a los más altos estándares de calidad. El restaurante Paulaner Bräuhaus ofrece durante la temporada de invierno una cerveza especial llamada Bock, que es ligeramente más fuerte que la cerveza tradicional, para mantener el cuerpo caliente en temperaturas bajas.
El austriaco Wolfgang Sesser es el maestro cervercero de este restaurante y es el encargado de elaborar semanalmente los cientos de litros de cerveza que aquí mismo se producen. Respecto a la cerveza Bock, Wolfgang comenta que únicamente requiere mayor cantidad de malta, el grano base de la bebida, por ello es más oscura y de sabor un poco amargo.
Wolfgang sigue las antiguas leyes bávaras de pureza, conocidas como Reinheitsgebot y que datan de 1487, para elaborar la cerveza en la pequeña cervecería al interior del Paulaner Bräuhaus. De acuerdo con estas normas, la cerveza sólo puede llevar tres ingredientes: agua, malta y flores de lúpulo. Estas leyes se inventaron porque, en aquel tiempo, había mucha gente produciendo sus propias versiones de cerveza a la que agregaban cualquier cantidad de hierbas y frutos para fermentarla y darle sabor.
En dos enormes contenedores de cobre se mezclan todos los ingredientes, en las cantidades exactas, y comienzan a hervir para que el almidón de la malta se transforme en azúcar. Después, este líquido se cuela, la parte sólida sirve de alimento para animales, y la líquida pasa a otro contenedor donde permanecerá por una semana para fermentarse y finalmente transformarse en la cerveza que todos conocemos y amamos.
En este proceso se añade levadura. La levadura son organismos vivos, que se encuentran flotando en la cerveza y no son dañinos para el organismo, pero, de acuerdo con lo que nos explica Wolfgang, es imposible beberla así, pues la levadura acelera el metabolismo y podría tener consecuencias poco favorables.
Por ello, la cerveza debe pasar por un siguiente paso después de fermentada. En enormes tanques de almacenamiento, la cerveza permanece a temperatura más baja, donde la levadura se asienta y entonces el líquido está listo para ser disfrutado.
Todo el proceso lleva alrededor de un mes y estos últimos tanques están directamente conectados a los grifos de cerveza en la barra del Paulaner Bräuhaus, donde se puede disfrutar de una cerveza lager, una oscura o la especial de temporada, Bock, acompañada de unos deliciosos pretzels.