El tesoro de Margarita

por Karelys Cusidó, 18-02-2013

Al ver el depósito con sus rollos de caligrafía, esos que quién sabe cuánto tiempo y esfuerzo demandaron de esta joven de 24 años, graduada de Español en la Universidad de Comunicaciones de China, recuerda a su profesora de toda la vida: Zhang Mei, quien por más de 25 años ha enseñado caligrafía a otros 2000 alumnos y hoy forma parte de la Asociación de Caligrafía de China.
2013-02-18 17:07:23 CRI

Abrió un documento word, en chino, en su computadora, y comenzó a escribir, según los tipos de letras que se proponen:

Caligrafías de Margarita que participaron en la exhibición del Museo de Arte de China. Arriba, foto y datos de ella cuando tenía 8 años.

"Mira, ésta es escritura Kaishu. Ésta otra es Xingshu, y ésta es Lishu. Pero todos hacemos lo mismo en la computadora. Es como un sistema, un instrumento, como una fábrica. Pero eso no significa caligrafía porque no está hecho por personas. Y por eso en estos caracteres no hay espíritu. No hay personalidad. La caligrafía es como un tipo de arte, es como un dibujo tradicional chino, no es un tipo de escritura."

Le pregunté entonces qué creía que pasaría con la caligrafía china, ahora que escribir a mano es es una acción casi prehistórica. En claro desafío a la actual omniprescencia de celulares, Ipads y ordenadores, me respondió, sin prisa, segura:

Certificado del Departamento de Cultura de Beijing por el "Premio Literario Diente de León", otorgado a una caligrafía de Margarita. Este reconocimiento fue entregado en 2001.

"Yo pienso que la caligrafía china es como la Ópera de Beijing, por ejemplo, y por eso va a sobrevivir, por su valor. Los estudiantes muy chicos necesitan aprender caligrafía. Ahora el Departamento de educación establece que todas las escuelas enseñen este tipo de arte. Creo que aunque muchas personas, incluida yo, utilizamos computadoras para escribir, este arte va a sobrevivir por mucho tiempo. Porque practicar la caligrafía es además muy saludable, es como Chi Kung, como Tai Chi de China, como el Kung Fu."

A estas alturas ya había logrado estar lo más cerca que mi desconocimiento me permitía de una evidente verdad: la caligrafía china es esencia más que apariencia. Es uno de los tesoros mejor guardados de este gran país. Un diamante vivo que aguarda por jóvenes como Margarita.


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