El dragón y el águila

Por Raúl López Parra, 21-02-2012

Para mí, China nunca ha estado tan alejada. Mi casa en la Ciudad de México está a una calle del barrio chino, ubicado en el callejón de Dolores. Ver la danza del dragón y de los leones siempre es un espectáculo para propios y extraños. A los mexicanos, como a los chinos, también nos encanta quemar cohetes y observar los fuegos pirotécnicos.

Save and Share Tamaño de texto   2012-02-22 15:48:03 CRI

También he probado toda clase de tallarines. El tofú, que adopta el sabor del condimento con el que lo preparen, es como nuestro queso. He comido pescados de todo tipo. Hasta caldo de tiburón.

Por supuesto, no puede faltar el pato laqueado, que es un platillo tradicional de Beijing.

En la turística calle de Wangfujing, donde se ofrecen platillos exóticos como víboras e incluso murciélagos, yo opté por los alacranes.

Pero mi encuentro con los ravioles, que en mandarín son los jiaozi, ha sido muy especial, porque fue el primer platillo que comí en China.

Pasar el año nuevo chino en la tierra originaria ha sido lo más significativo. Ahora sé que este festejo, que en México dura un fin de semana, es la festividad más importante del pueblo chino, que dura 15 días y que se conoce como el Festival de la Primavera.

Según el calendario lunar, el 23 de enero dio comienzo el año 4710 que, como todos saben, es el año del dragón.

Viví las celebraciones como las viven los chinos.

Vi la Gala de la Fiesta de la Primavera, que es el espectáculo televisivo más importante del año, el cual se transmite en la noche vieja, previa a recibir el año nuevo. Fui parte de los 770 millones de televidentes que siguieron esta transmisión.

En las pantallas del metro de Beijing se transmitió en vivo la Gala de la Fiesta de Primavera, el evento televisivo más importante de China.

Comí jiaozi en la noche vieja, según la costumbre.

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