"Aprendí medicina deportiva y no soy deportista, al graduarme era doctor. Pero sí me gustan los deportes. Tengo numerosos alumnos que quieren aprender a bailar salsa, y ahora muchos de ellos enseñan. La mayoría no había tenido contacto con este baile. Sin embargo después de un tiempo bailan perfectamente. Por eso, con prácticas y buenos métodos, todo es posible. La música china cuida mucho la melodía, mientras que la música latina se destaca por el ritmo. Pero bailar salsa no es una misión imposible. Los chinos somos inteligentes, tenemos una destacable capacidad imitativa. Me di cuenta que mis alumnos chinos aprenden más rápido que muchos extranjeros, italianos, franceses… Los alumnos chinos aprenden muy rápido el baile. Pero en comparación con ellos, los extranjeros tienen una gran ventaja: una mente y un corazón relajados. Para bailar salsa esto es muy importante. Los chinos se ponen nerviosos."

En Dongzhimen, zona céntrica de Beijing, Casa David tiene su sede. Durante todo este tiempo de trabajo han enfrentado muchos desafíos, entre ellos las presentaciones comerciales.

"He tenidos funciones comerciales, que generalmente tienen lugar a finales del año y a comienzos del nuevo, invitado por algunas entidades, no en teatros. Con frecuencia bailo en la televisión y además todas las semanas tengo dos días de fiesta para que nuestros alumnos practiquen. Es en Sanlitun, un lugar muy bonito. Allí mucha gente baila, es en un bar."

A ese bar asisten los alumnos de niveles mas avanzados en el aprendizaje.

"Clasifico la salsa en diez niveles. El primer nivel comienza con los pasos básicos, luego de lado a lado. El segundo nivel, bailar en pareja: arriba, abajo, adelante, atrás… Muchas personas, al igual que yo, empiezan a tener interés por la cultura cubana y latinoamericana después de aprender a bailar salsa, incluso algunos empiezan a estudiar español."

Uno de los salones de un gimnasio en el distrito Dongzhimen, de la capital China tiene enormes espejos y una tumbadora, instrumento musical de percusión que utiliza David en sus clases. Pero ¿qué piensan los espectadores de David cuando lo ven bailar?

"Piensan que soy cubano, no chino, o que llevo largos años viviendo en Cuba. Muchos chinos al verme bailar, piensan -se puede bailar así-. Quizá al principio apreciaban mi técnica de baile, pero después logran un entendimiento más profundo del baile."

David Huo aprendió a bailar salsa en Cuba y nos explica sus razones:

"Pienso que hay dos razones. Primero, la música. Cualquier movimiento se hace con la música. Bailar al compás del ritmo es un dominio superficial. Más profundo, es entender la música. Por ejemplo, cuando se canta "con las manos arriba, a gozar", haces el movimiento correspondiente. Segundo, un entendimiento profundo de la cultura latina. Me gusta Cuba. Mucha gente dice que amo ese país más que los cubanos. Cada año viajo a cuba. Visité casi todas las ciudades de Cuba, para ver su baile, hacerme amigo de los locales. Son experiencias muy interesantes."

David Huo no es solamente un chino que baila salsa, es un hombre que busca esencias en el baile. En el caso de la salsa tiene su propia visión.

"En mi opinión, hay dos tipos de baile. Uno es para agradar al público, o sea baile de arte escénico, por ejemplo el ballet. El otro es para agradarse a sí mismo. La salsa es un ejemplo típico. El bailarín de salsa, como el doctor de la medicina tradicional china, entre más viejo más valioso. En ballet, los bailes clásicos y folklóricos, entre otros bailes, los bailarines deben ser jóvenes. Después de los cuarenta, casi nadie baila en el escenario, porque ya no posee la figura física más bonita. Al contrario, la salsa se puede bailar a cualquier edad, veinte años, treinta, cuarenta hasta ochenta. Particularmente con ochenta años escuchando y bailando música, el casino está enraizado en tu cuerpo. Por eso un anciano de 80 años baila mejor que un joven de veinte."