La guía del parque nos explicó que los pandas (que en China se conocen como Xiong Miao, "osos gato") viven en zonas boscosas de entre 2,300 y 3,200 metros de altura, y su principal alimento es el bambú, debido a que su sistema digestivo es bastante primitivo y no toleran otro tipo de comida; diariamente se zampan entre 15 y 20 kilos de bambú. Nos dijo también que pueden vivir hasta 25 años, un periodo bastante corto, y su reproducción es muy complicada.
Oso Panda
El primer panda fue descubierto en esta zona de Ya'an en 1869. Hoy quedan poco más de mil ejemplares en todo el mundo, por ello se considera una especie en peligro de extinción. La razón: al panda no le gusta hacer reproducirse, prefiere comer y dormir. De ahí la importancia de los centros de conservación como el que visitamos en el distrito de Ming Shan.
La primera parada fue la zona de incubadoras, donde a través de un cristal pudimos ver a un panda de unos días de nacido que dormía apaciblemente. Se nos permitió tomar fotos sin flash, así que podremos conservar toda la vida una imagen digna de contar.
Después nos dirigimos a la zona de los pandas adultos y también a la de los ejemplares más jóvenes, que a pesar del aguacero que ya caía en ese momento, posaron graciosamente para nuestras lentes.
Oso Panda
Eso me hizo recordar un chiste que la guía nos contó en el autobús, acerca de los dos grandes deseos de un panda: sacarse una foto a colores y lograr dormir bien (por aquello de las ojeras).
Para todos fue un momento de algarabía. Muchos nunca habían visto a un panda más que en fotografías. Para mí la sensación no era tan desconocida, pues en el zoológico de la Ciudad de México hay pandas desde 1975, cuando el gobierno chino obsequio dos ejemplares (Bei Bei y Ying Ying).
Recuerdo mi infancia marcada por las imágenes de los pandas, que eran y siguen siendo las estrellas del Zoológico de Chapultepec. En la década de los 80 todo mundo hablaba de ellos, pues en 1981 nació en México Tohuí, el primer panda gigante en sobrevivir en cautiverio fuera de China. Desde entonces, ocho ejemplares en total han nacido en mi país, todo un éxito en cuanto a la reproducción de la especie más protegida del planeta.
Oso Panda
Cabe mencionar que la República Popular de China ha regalado 23 pandas gigantes a nueve naciones desde 1957 en señal de amistad. Y no hay mejor muestra de reciprocidad de México que el realizar grandes esfuerzos para que uno de los símbolos de este país sobreviva durante muchos años más.