En busca del panda gigante en Ming Shan

Juan Carlos Zamora. 04-09-2010

Eso me hizo recordar un chiste que la guía nos contó en el autobús, acerca de los dos grandes deseos de un panda: sacarse una foto a colores y lograr dormir bien (por aquello de las ojeras). Para todos fue un momento de algarabía. Muchos nunca habían visto a un panda más que en fotografías. Para mí la sensación no era tan desconocida, pues en el zoológico de la Ciudad de México hay pandas desde 1975, cuando el gobierno chino obsequio dos ejemplares (Bei Bei y Ying Ying).

Save and Share Tamaño de texto   2010-09-06 16:34:36 CRI

4 de septiembre

La primera imagen al despertar en la ciudad de Ya'an fue la de las montañas rodeando el hotel y, a lo lejos, algunas campesinos trabajando afuera de sus cabañas. Una postal que le levanta el ánimo a cualquiera, en especial a mí, que lo primero que veo al despertar en Beijing son edificios y automóviles.

Vista desde el hotel en Ya´an

Tras un desayuno ligero y con las baterías cargadas luego de la hermosa vista, enfilamos rumbo al Centro para la investigación y la reproducción del panda gigante, ubicado en las montañas del distrito Ming Shan, mientras la lluvia comenzaba a caer.

El ascenso en el autobús fue magnífico, estábamos rodeados de montañas, de un caudaloso río que parecía tener prisa por escapar de las alturas, y de enormes rocas de color marrón desgastadas por el paso feroz del agua. En cierto punto pudimos ver venados en libertad y algunos camellos, que la gente puede montar para sacarse la foto.

Vista desde el hotel en Ya´an

En breves minutos llegamos a la entrada principal del parque, donde pequeños autobuses nos estaban esperando para llevarnos a la zona de conservación de los pandas gigantes. Todos estábamos emocionados y con las cámaras en la mano para no perder detalle. El único inconveniente era la pertinaz lluvia que había arreciado en los últimos minutos, así que nos forramos con impermeables de plástico y paraguas.

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