Lo más divertido al volver de mi viaje en el tiempo fue cuando nos invitaron a pasar al escenario para intentar servir té en una postura de kung fu. Sobra decir que fue un verdadero fiasco, pero, eso sí, un momento inolvidable.
Yo También intento servir el té imitando a los chicos
Abandonamos el salón a media tarde, mientras la lluvia continuaba cayendo. Bajamos la montaña a bordo del teleférico y, luego, al autobús.
La jornada terminó con una gran cena en un restaurante de estilo típico en medio de la montaña. Trozos de carne de res con caldo picante, chiles asados, tofu, verduras, tallarines y demás exquisiteces formaron parte del menú, el cual fue broche de oro para finalizar una jornada muy húmeda, pero imborrable en nuestra memoria.
Después de la cena arribamos a un hotel en la ciudad de Ya'an, que es el lugar desde donde escribo estas líneas. Debo decir que estoy exhausto, pero muy emocionado, pues mañana visitaremos el hogar de uno de los animales más admirados en todo el mundo: el oso panda, símbolo de paz en China. Pero ahora, a dormir.
Ming tian jian.