Es sorprendente pensar en el hecho que cualquier objeto que veas en tu casa y tenga la famosa etiqueta "made in china" con mucha probabilidad haya pasado por el puerto de Ningbo-Zhoushan.
La fábrica de pianos Hailun
Después de la visita al puerto, nos dirigimos a la fábrica de pianos Hailun. Allí fuimos recibidos por el joven Chen Binzhuo, gerente de ventas, quien nos hizo una presentación acerca de esta compañía que originariamente fue una fábrica de partes de pianos y lentamente se volcó por la contrucción del instrumento en su totalidad. Esta empresa viene luchando desde hace unos seis años por tratar de romper el prejuicio de que los pianos chinos son de mala calidad. Para ello Hailun ha invertido bastante en equipos digitales y líneas de producción japoneses.
Según su director y fundador, el Sr. Chen Hailun, "hacer pianos es fácil. Hacer buenos pianos, no." Razón por la cual, se han estrechado vínculos de cooperación con diseñadores de todo el mundo, entre los que se encuentran: George F. Emerson (EEUU), Peter Veletzky (Austria), Zlatkovic Sibin (Austria) y Stephan Paulello (Francia). La certificación ISO 9001:2000 CCIC es la prueba de su calidad, pues el Sr. Hailun piensa que "si uno tiene calidad, entonces tiene un mercado [para vender su producto]". Es así que este año ya se han vendido casi 3.000 unidades.
El mercado interno representa el 60% de sus ventas, mientras que el 40% restante es exportado. Actualmente la compañía, además del mercado chino, cuenta con más de 360 vendedores en Europa, 80 en Estados Unidos y más de 40 en Japón. Al igual que otros producos chinos, el éxito en el exterior es resultado de una mezcla de calidad y bajos precios. Un piano que en China se vende por 20.000 RMB, en Europa alcanza los 4.000 euros y todavía sigue siendo competitivamente más barato que cualquier otro piano de fabricación europea. En cuanto a los países de habla hispana, según el Sr. Chen Hailun, se han exportado pianos a España, pero el mercado latinoamericano todavía sigue virgen. Sin duda su estratégica locación cerca del puerto de Ningbo es una gran ventaja en su cometido por conquistar el mercado internacional. Quién sabe si el pianista de la película no habrá descendido finalmente del buque y ayudado en la construcción de pianos en Ningbo.